domingo, 8 de marzo de 2009

Se busca familia de acogida

 
La provincia de Cádiz cuenta con un total de 15 parejas dispuestas a recibir a niños de forma inmediata y temporalmente mientras se resuelve su situación o se hacen mayores
24.02.09 - C. CHERBUY
 
Cádiz es la segunda provincia que más familias preparadas tiene para acoger a menores que lo necesiten a cualquier día y a cualquier hora. Un total de 15 familias forman parte en estos momentos del programa de acogimiento de urgencia, una modalidad especial de acogimiento simple, que se aplica con menores de siete años sobre los que hay que intervenir de forma inmediata a fin de evitar su institucionalización temprana en un centro de protección. En la actualidad, la Junta de Andalucía está priorizando esta modalidad de acogimiento para menores de cero a dos años, ya que así se consigue un entorno más favorable para el niño.

Sevilla es la provincia que encabeza esta lista, con más de 20 familias, que suman un total de 59 en toda Andalucía y que en Cádiz alcanzan la quincena. Un número, de todos modos, preocupante por su escasez, si se tiene en cuenta que en los últimos años ha aumentado el número de pequeños que integran las listas de espera para poder formar parte de un entorno familiar, mientras se resuelve su situación de acogida.

De esta forma, en la comunidad andaluza existen 321 niños de cero a dos años de edad, que se encuentran en centros de protección mientras le llega el turno se ser recibidos por las parejas que participan en el programa de acogimiento familiar de urgencia de la Junta.

A diferencia de lo que sucede en la adopción, donde cada año muchas personas la solicitan, en el caso del acogimiento familiar es necesario realizar actuaciones de captación, a lo que se dedican las Instituciones Colaboradoras de Integración Familiar (ICIF). En Andalucía existen diez entidades de estas características, y cada una de ellas cuenta con uno o varios equipos de profesionales, compuestos por psicólogos, trabajadores sociales y licenciados en Derecho. En Cádiz la fundación Márgenes y Vínculos es la responsable de llevar a cabo tales programas, realizando actualmente unas campañas informativas por toda la provincia con la intención de conseguir que las familias se integren dentro del programa, ya que el número de parejas disponibles está totalmente descompensado con los niños que precisan de tal atención, sin llegar a cumplir las necesidades que se le presenta a una entidad que se enfrenta a diferentes problemas infantiles que van desde trastornos psicosociales a programas de prevención de malos tratos, tratamiento de víctimas de abusos sexuales y dificultades de los progenitores para garantizar la seguridad del menor.

En cuanto al perfil de las personas que solicitan formar parte del programa, la edad media de las personas acogedoras está en torno a los 45 años, el 75% forman matrimonio, el 10% corresponde a mujeres viudas y un 7% a solteras.

Normalizar la vida

De esta manera, el acogimiento familiar se ha posicionado como la mejor forma para que los pequeños recuperen la normalidad de sus vidas una vez han sido retirados de su familia biológica, al no ejercer adecuadamente el cuidado y protección que puedan necesitar por diversos motivos.

Desde la organización se procura que sea otra familia quien lo cuide mientras que sus padres biológicos se rehabilitan o se realizan trámites de adopción, con la prioridad de darle una estabilidad que los pequeños no encontrarían en ningún tipo de centro destinado a menores.

Es importante tener en cuenta que el niño comienza a convivir con una familia que no es la suya, pero que tampoco se pretende que lo sea en ningún momento. Por ello se intenta que no se creen vínculos de parentesco, tan sólo de afecto.

Es decir, en la medida de lo posible la familia de acogimiento debe intentar hacer entender al menor que ellos no son sus padres, sino que éstos vendrán a recogerlos más adelante y que se trata de una etapa en su vida, marcando una clara diferencia entre la adopción y el acogimiento.

A pesar de los beneficios que obtiene el menor, desde la fundación advierten que son pocas las familias que se atreven a llevar a cabo tales medidas y apuntan a la desinformación y al desconocimiento del programa como algunas de las principales causas, siendo complicado romper con las creencias de las personas de que se van a encontrar con pequeños con demasiados problemas o que no pueden realizar el programa al no verse capacitados de superar la posterior marcha del menor.

Por ello existen diferentes cursos para permitir a las familias afrontar las necesidades especiales de estos niños y que comprendan que se trata de una medida temporal necesaria para la normalización de la vida del menor.

Tipos de acogimiento

Existen diferentes modalidades de acogimiento familiar, que dependerán de la finalidad del mismo. De esta forma, se puede encontrar el acogimiento simple, con una temporalidad que oscila entre los seis y los 18 meses, tiempo en el que el niño permanecerá en una familia acogedora mientras que un equipo técnico valora la posibilidad de retorno con los padres biológicos. De esta forma, el pequeño podrá mantener relaciones con sus padres de origen siempre y cuando permitan mantener y potenciar los vínculos afectivos existentes.

Dentro de este tipo de acogimiento existe un programa de urgencia, precisamente aquel en el que la provincia se sitúa como la segunda que más familias aporta en toda Andalucía. En este tipo de acogimiento se ofrece una familia de forma temporal entre menores de 0 a 7 años que se encuentra en emergencia psicosocial.

Más disponibilidad

Tiene una duración máxima de seis meses ampliándose en casos excepcionales. En esta modalidad las familias acogedoras deben reunir una serie de condiciones específicas, como la aceptación de que el pequeño presente necesidades especiales o enfermedades infectocontagiosas. Además, deben acreditar la disponibilidad de 24 horas de un miembro de la familia para garantizar la atención que precisa el pequeño.

Por otro lado se encuentra el acogimiento permanente en el que no hay una previsión de retorno del menor con su familia biológica. Se utiliza cuando no es posible o aconsejable adoptar otra medida de protección tanto por las circunstancias en las que se encuentra el niño como por la consideración de su edad. De todos modos, e independientemente al tipo de acogimiento, los pequeños, la familia acogedora y la familia biológica cuentan con el apoyo de técnicos de la fundación que realizarán un trabajo exhaustivo de seguimiento y apoyo antes, durante y después del proceso.

Requisitos

Para poder ser una familia o persona acogedora uno de los requisitos indispensables es que se cuente con una perspectiva realista sobre lo que significa acoger a estos menores en casa. Sobre todo, porque se trata de pequeños con diferentes problemas que precisa en la mayoría de los casos de una atención permanente y especial.

Pueden solicitar formar parte del acogimiento familiar cualquier tipo de persona y familia tanto monoparentales como parejas de hecho, parejas del mismo sexo, familias tradicionales o sin hijos. En definitiva, lo que deben es estar dispuestos a colaborar con el equipo técnico en todos los procesos que desencadena el acogimiento tanto en la selección inicial, como en las posteriores formación, ingreso del menor, seguimiento y asesoramiento a lo largo del proceso.

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