jueves, 16 de abril de 2009

Las renuncias de bebés por parte de sus madres se doblan en una década en la Comunitat

 
Bienestar Social asume la tutela de 15 recién nacidos abandonados durante los últimos seis años
15.04.09 - BEATRIZ LLEDÓ | VALENCIA
 
Es una decisión complicada. Pero no encuentran otra salida. No pueden asumir su cuidado. Veintinueve madres renunciaron el año pasado a sus bebés tras dar a luz en hospitales valencianos. La cifra de mujeres que entregan en adopción a sus hijos recién nacidos se ha doblado en sólo una década. En 1998 hubo 19 casos de renuncia a los hijos y en 1999, se contabilizaron 14 rechazos, según datos de la Conselleria de Bienestar Social.

En lo que va de año, otras siete madres han entregado a sus bebés a la Generalitat por no poder hacerse cargo de ellos.

En total, el número de renuncias en 11 años y tres meses (enero, febrero y marzo de 2009) asciende a 238. Un dato significativo es que el 70% de ellas están protagonizadas por mujeres inmigrantes.

Fuentes de Bienestar Social explicaron que el incremento de casos en los que madre cede al recién nacido en el paritorio se explica porque es "la alternativa al abandono y a la interrupción del embarazo que les permite preservar el anonimato".

Y es que la Conselleria asume la tutela del menor desde el momento del alumbramiento. Además, no se le pide explicaciones a la mujer que deja a su bebé, basta con su decisión manifestada de forma expresa.

Las madres que optan por renunciar a su bebé tras el parto pueden comunicarlo a los trabajadores sociales del ambulatorio donde las atiendan o bien a los servicios sociales municipales o a los de protección de menores de la Generalitat.

Es entonces cuando el bebé es asignado a una familia adoptiva seleccionada previamente por el Consejo de Adopción de Menores de la Generalitat.

Renunciar a un hijo no constituye delito civil ni penal. Abandonarlo, sí. Las madres que se desentienden de los neonatos no quedan impunes, sino que se enfrentan a penas de prisión.

La Conselleria asume cada año la tutela de una media de dos pequeños desatendidos por sus padres. En los últimos seis años, se han producido 15 abandonos en la Comunitat. Se trata de recién nacidos dejados en lugares públicos cuyas madres intentan alejarse de ellos por diferentes motivos.

Un jardín de Valencia fue el lugar elegido por una mujer para dejar a su hijo de cuatro días en octubre de 2007. Fueron unos vecinos quienes oyeron los quejidos del bebé, que no había dejado de llorar en toda la noche que pasó a la intemperie, rodeado de matojos y suciedad. La madre, Guadalupe, de 32 años y de nacionalidad paraguaya, fue condenada a dos años de prisión, una pena que se sustituyó por su expulsión de España. Según aseguró en el juicio, abandonó a su hijo porque no quería tener más descendencia.

Sólo tres meses antes, otra mujer de 21 años alertaba a la Policía Nacional de que había un niño dentro de un contenedor de la calle Duque de Calabria en Valencia. Finalmente la propia joven, de nacionalidad boliviana, resultó ser la madre de la recién nacida.

En septiembre del año pasado, un vecino de la calle Rubén Vela de Valencia encontró a otro bebé en el portal de su casa. Estaba envuelto en una camiseta y tenía el cordón umbilical colgando.

En todos los casos de abandono, Bienestar Social asume automáticamente la tutela de los menores. En algunas ocasiones, los bebés requieren de asistencia hospitalaria. Una vez se les da el alta, su destino puede ser una familia educadora -hay 35 en la Comunitat que están disponibles las 24 horas, en cualquier momento y en cualquier circunstancia- o uno de los 90 centros valencianos de acogida asistencial.


5.400 menores
Actualmente en la Comunitat hay cerca de 5.400 menores con medidas de protección atendidos por la Generalitat. De ellos, el 60% están en régimen de tutela y un 40% tienen medidas administrativas de guarda. Las causas más comunes por las que se declara el desamparo del menor en la Comunitat Valenciana suelen ser, en un 58 la negligencia, en un 12% el maltrato físico, un 6% la renuncia, un 3% por abusos sexuales, un 1% por abandono y otro 1% por explotación.
 
 
 

Un total de 83 familias pitiusas esperan para adoptar un niño

 

Las solicitudes de adopción se han reducido a la mitad desde 2006, según la responsable del servicio de menores. El Consell pondrá en marcha una campaña para promocionar la acogida temporal

En estos momentos, 83 familias de Eivissa y Formentera están a la espera de adoptar un niño. De ellas, 33 han solicitado una adopción nacional mientras que el resto, 50, han optado por la vía internacional. Desde el servicio de menores destacan que en los últimos años el tiempo que deben esperar hasta la llegada del niño se ha alargado considerablemente, incluso en aquellos países en los que hasta ahora el proceso era más rápido. Ahora mismo, la espera puede alcanzar los cinco años, por lo que recomiendan a los que se planteen una adopción que se lo tomen con calma.

EIVISSA | MARTA TORRES Un total de 83 familias de Eivissa y Formentera están a la espera de adoptar un niño en estos momentos, según detalla el servicio de menores del Consell de Eivissa. De ellas, 33 han solicitado una adopción nacional mientras que el resto, 50, han optado por la vía internacional. La responsable de este departamento, Lourdes Juan, señala que estas familias cada vez deben afrontar el proceso con más calma, ya que en estos momentos desde que solicitan adoptar un menor hasta que el niño llega a sus hogares pueden pasar entre tres y cinco años. «Ésa es la pregunta del millón, lo que piden todas las familias», apunta. Lourdes Juan destaca que incluso en las adopciones internacionales, que solían ser la vía más rápida, los plazos se están alargando. «No garantizamos ni tiempo ni que tengan un niño. Hay países, como China, en los que antes tenías el niño a los ocho meses. Ahora el tiempo de espera es de tres años y eso cuesta mucho de asimilar a los que cuando lo pidieron la espera era de un año», indica. «Hay familias que desesperan», reconoce. «Los solicitantes de adopción son expertos en paciencia. Y si no lo son, lo acaban siendo», añade.
El número de solicitudes recibidas en el servicio de menores se ha reducido a la mitad en los últimos dos años. La responsable de este departamento asegura que es un fenómeno que se está dando en toda España. «Se ha tocado techo. Éramos el país que más adopciones internacionales solicitaba y eso tenía que acabar», apunta. De hecho, Juan explica que en los últimos años los procesos para las adopciones internacionales han estado cambiando constantemente. «Muchos países han cerrado las adopciones a familias monoparentales. Además, la ley del 2007 prohíbe tramitar adopciones con países que no ofrecen garantías del origen de los niños. Muchos países no tienen un sistema administrativo fiable y tanto el Gobierno como desde La Haya van haciendo recomendaciones en función de las informaciones que les llegan de los consulados y si se recomienda no adoptar en un país determinado no se tramitan», detalla. «Ha pasado que los padres dejan a sus hijos en una institución de manera temporal porque no los pueden atender por algún problema y cuando han regresado a buscarlos no estaban porque los habían dado en adopción. Por eso hay que tener mucha cautela», añade. «La adopción internacional es un proceso complicado porque hay que combinar dos legislaciones, la de España y la del país del niño. Muchos te preguntan la situación y sabes que en seis meses España puede no recomendar la tramitación o ese país cerrarse a las adopciones internacionales», concluye.
Las adopciones nacionales tampoco son fáciles, ya que únicamente se considera esta opción cuando no hay ninguna posibilidad de que el niño vuelva a su familia. «Lo último es la adopción porque supone la ruptura definitiva con sus padres biológicos», apunta. «Hay menos solicitudes de nacional porque hay menos posibilidades», insiste. En estos casos, cada comunidad tiene competencias, es decir, que las familias de las Pitiüses únicamente pueden adoptar (salvo excepciones) niños de Eivissa y Formentera.

Adopciones nacionales
Más fáciles son las llamadas adopciones especiales: las de niños mayores de seis años, grupos de hermanos o menores con alguna discapacidad o enfermedad crónica. «Ahora no tenemos ninguna familia que esté dispuesta a aceptar a uno de estos niños», señala la responsable del servicio de menores.
En estos momentos hay 23 niños en acogida en las Pitiüses. Un total de 22 de ellos viven con alguno de sus familiares (tíos, abuelos o hermanos mayores) y únicamente uno lo hace en casa de alguien ajeno. Lourdes Juan reconoce la dificultad para encontrar personas que quieran acoger a un niño. «Generalmente son familias que vienen a ofrecerse. Lo hacen como un acto solidario, pero es difícil», apunta. Precisamente por eso el Consell empezará en breve una campaña para promocionar estas acogidas temporales. «El problema es que en Eivissa no hay cultura de acogida. Hay países que tienen una larga trayectoria como Inglaterra, Francia o Alemania. En España no es así y en Eivissa. menos. Además, la isla es muy pequeña y tener muy cerca a los padres biológicos da un poco de miedo a pesar de que hay una regulación y se busca la manera de que si se tienen que producir encuentros se lleven a cabo de la manera más segura posible», indica. «Hay reticencias y también mucha gente que desconoce que esto se pueda hacer», afirma antes de recordar que las acogidas son una medida temporal. «No es para siempre», recalca. Estas 23 familias que tienen a un menor en acogida reciben del Consell de Eivissa una ayuda para la manutención del pequeño.
En 2008 tres niños acogidos en la Llar Mare del Remei pasaron a una familia para una preadopción. «Todas las adopciones tienen que pasar por este proceso que pretende dar un tiempo al niño y a la familia para que se adapten. La ley obliga a este periodo», explica Lourdes Juan. La responsable del servicio de menores asegura que no suele haber problemas en esta etapa. «Cuando proponemos una adopción es porque hemos agotado todas las vías. No vamos a aventurar a un niño y a una familia en un proceso del que no estamos seguros», garantiza. «Se hace porque no hay otro remedio. Un niño tiene derecho a crecer en familia y los niños no pueden esperar todo el tiempo que necesitan los padres para superar su situación. Un año, que para un adulto no es nada, es mucho tiempo en la vida de un niño de tres años», concluye.

 
 

Cada vez más parejas descartan la adopción por los problemas económicos

 
 
La Consejería de Asuntos Sociales constata un descenso de los procesos internacionales de acogida, al que contribuye el incremento de las trabas en origen
10.04.09 - AMANDA SALAZAR | MÁLAGA
 
La adopción es un proceso largo y a menudo desesperanzador para las parejas que optan por esta alternativa cuando no pueden tener hijos propios o simplemente deciden acoger en el seno de su familia a un menor para darle una infancia llena de cariño y mayores comodidades. Pero al final del camino, la sonrisa de ese hijo deseado aleja los recuerdos de todos los que surgieron durante el trayecto. El problema es que las dificultades económicas pueden hacer que ese viaje no llegue siempre a buen puerto.
Asociaciones de padres y madres adoptantes alertan de que muchas familias que estaban en trámites de adoptar a un niño se han visto obligadas a echarse atrás debido a la crisis. «Si se ven afectados por el paro, es muy comprensible que decidan no seguir adelante», indica Adriana Alba, de la asociación Adopma. «Pero esto ocurre cuando la adopción no está demasiado avanzada y están esperando el estudio de idoneidad, porque cuando ya saben el nombre de su hijo y han ido a conocerlo a su país de origen, resulta mucho más doloroso abandonar el proceso», indica.
Según datos de la consejería de Asuntos Sociales, las adopciones internacionales cayeron el año pasado un 10%, pasando de las 551 en 2007 a 493 en 2008. Los países de procedencia más solicitados fueron Rusia (150 menores), China (111), Etiopía (77), Ucrania (47), Colombia (21) y Kazajstán (21). Por provincias, Málaga fue la tercera en este tipo de adopciones con 91, después de Sevilla y Cádiz.
 
Esclavos de la hipoteca
 
Las asociaciones que gestionan los acogimientos temporales de familia ajena, es decir, por parte de familias que no tienen parentesco con el menor, también temen que caiga el número de familias acogedoras. «Por ahora no hay datos que lo corroboren porque en 2008 todavía no se notó el efecto del desempleo, pero tememos que este año algunas de las familias que ya están en el programa lo abandonen y que recibamos menos solicitudes de familias nuevas», indica Rocío Rueda, presidenta de la asociación Infania. «Es normal, porque bastante tienen muchas parejas con pagar sus hipotecas y alimentar a sus hijos, pero el problema es que si esta red de familias disminuye, aumentará en número de menores que tenga que ir a centros de acogida.
Lola Pérez, de la asociación de Acogimiento de Niños Ucranianos explica que su asociación ha empezado a hacer actividades benéficas para ayudar económicamente a las familias y que no abandonen el programa. «Hay que pensar que si la crisis nos afecta a nosotros, para ellos será peor», sentencia.
 

LAS CIFRAS

Adopciones
Total de adopciones internacionales en Andalucía en 2008: 493, 58 menos que en 2007.
Países de procedencia: Rusia, China y Etiopía son los más solicitados.
Acogimientos
Datos facilitados por Hogar Abierto e Infania, las dos entidades que gestionan el acogimiento por parte de familia ajena.
En 2008: 102

Cruz Roja busca familias que vivan en la misma zona para acoger a hermanos

 

07.04.2009 Ahora hay 15 niños, un grupo de cuatro hermanos y el resto de tres y dos, que viven en centros tutelados en espera de un hogar ·· Marisa y Antonio, que tienen a tres en acogida, la mayor de 6 años y el pequeño un bebé, animan a seguir su ejemplo "porque les das una infancia y garantizas su futuro"

M.MERA • SANTIAGO

Marisa y Antonio son un claro ejemplo de solidaridad y altruismo. Este matrimonio compostelano con dos hijas, Brétema, de 19, e Iria, de 15, es familia numerosa desde enero, en que acogieron a tres hermanos, de seis y cinco años, y el pequeño de diez meses. "Es una experiencia tan enriquecedora que animo a otros a que lo hagan, porque lo que te dan se multiplica por muchos números, frente a lo que les puedas ofrecer". Esta pareja es la segunda vez que se suma al Programa de Acogimiento Familiar de Cruz Roja en Santiago. En la primera ocasión tuvieron en su casa a un recién nacido abandonado, con el que estuvieron "tres meses y cinco días", hasta que fue dado en adopción.

Actualmente, la entidad compostelana tiene a quince niños que, por problemas familiares, viven en centros tutelados por la administración, y que están en espera de un hogar. ¿El problema? Que son grupos de hermanos, uno de cuatro, otro de tres y el resto de dos. "Comprendemos que es difícil acoger a tantos niños de golpe, pero vemos como una salida viable que los acojan en zonas cercanas, por ejemplo familias que vivan en Bertamiráns o Teo, para no tener que separarlos", señala Marta Pintos, trabajadora social de Cruz Roja.

No es el caso de Marisa y Antonio, que tras acoger a un recién nacido, no dudaron en repetir la experiencia, a pesar de que, como relata Marisa, "la separación del bebé fue dura y te marca, aunque la satisfacción de darle un hogar para que no tuviera que estar en un centro, además de saber que ahora está con sus padres adoptivos, conforta, y mucho".

Así, no titubeó cuando les dieron la oportunidad de acoger a tres hermanos, pese a que su marido trabaja fuera, y que ella también lo hace en una explotación agraria. La acogida fue en enero y aseguran que la adaptación fue extraordinaria, "enseguida surgió el flechazo y el cariño". Este matrimonio subraya la necesidad de que haya más parejas o familias monoparentales que se sumen a la iniciativa de Cruz Roja. "Hay muchos niños en los centros de la Xunta, y hay que dejarlos vivir su infancia, darles un hogar y cariño, además de una educación y unos valores en positivo, prepararlos para que tengan un futuro", comenta esta madre que no teme el momento en que los niños se vayan con sus padres.

En este sentido, subraya que "no te los quitan, se van con su familia, porque tienen ya normalizada su situación. Estos niños tienen padres que, por circunstancias, no se pueden hacer cargo temporalmente de ellos, lo que no quiere decir que no los quieran".

Otra de las experiencias vitales de esta acogida la resume Marisa con una frase: "El roce hace el cariño". Y es que en solo tres meses estos tres hermanos han pasado de ser introvertidos, manipuladores y sin apego, a todo lo contrario. "Ahora son una delicia, van muy bien en el colegio y la convivencia es estupenda, tanto con nosotros como entre ellos", explica.

Y es que a diferencia de lo que se pueda pensar, la niña de seis años "no ejercía como una mamá de su hermano de diez meses, o del otro. Entre ellos apenas había relación, pese a convivir en el mismo centro tutelado".

Además, destaca que la mayor "era demasiado madura para su edad, porque no hay que olvidar que su vida no ha sido fácil. Pero ahora ha recuperado su niñez, le gusta jugar y es muy cariñosa, siempre en busca de un abrazo".

Marisa, por último, lanza un SOS para que otras familias, como la suya, sigan su ejemplo. "Ojalá que ningún niño necesitase una familia de acogida, pero están ahí, y necesitan un hogar".

. mmera@elcorreogallego.es

martes, 7 de abril de 2009

Más de 400 menores están bajo la tutela de la Junta en Granada

 

domingo, 05/04/2009 12:43

EFE
Unos 420 menores están acogidos en la provincia de Granada a las distintas medidas incluidas en el sistema de protección de la Junta de Andalucía, según la Delegación de Igualdad y Bienestar Social.

La mayoría de esos 420 menores que se encuentran bajo tutela de la Junta son adolescentes de 16 ó 17 años, al ser esa franja de edad la de los inmigrantes menores de edad que intentan acceder a la provincia por el litoral, según los datos facilitados a Efe por la Delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta.

Para el acogimiento residencial -ingreso en centros de protección-, la provincia de Granada cuenta con 23 centros residenciales que suman 394 plazas, aunque no todas están cubiertas.

En acogimiento familiar -otra de las modalidades incluidas en el sistema de protección de la Junta- se encontraban el año pasado 300 menores, 170 de ellos en familia extensa y 130 en ajena.

Según la delegación, durante el año pasado fueron 56 los menores que encontraron familias acogedoras y 147 las familias a las que la Junta les hizo un seguimiento por tener a algún niño a su cargo.

Las familias acogedoras reciben ayuda económica para la atención de esos menores a fin de que no les suponga un sobrecoste, ha explicado la delegada de Igualdad y Bienestar Social, Magdalena Sánchez, que ha subrayado el hecho de que cada vez sean más las familias granadinas que deciden acoger.

Hay tres tipos de acogimiento familiar: el preadoptivo, que derivará necesariamente en adopción, el temporal, el de urgencia y el permanente.

En cuanto al número de adopciones, la provincia cerró el año pasado con 28 nacionales y 46 internacionales, en su mayoría de Rusia (17), seguida de China (12), Etiopía (7) y Kazajstán (3).

Por otra parte, de entre los programas dirigidos a la detección y prevención del maltrato infantil, la Junta cuenta con un teléfono de atención a la infancia que atendió durante el año pasado 64 casos de violencia a menores, de los que 35 están en investigación, cuatro se saldaron con la declaración del niño en desamparo y 25 se derivaron a servicios sociales para su tratamiento a través de los equipos de tratamiento familiar.

Estos equipos, que se encargan de detectar situaciones familiares conflictivas para ayudar a las familias a resolver estos problemas, atendieron el año pasado a 625 menores, según los datos de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social.

Marta Pintos: “Lo más gratificante es ver que los niños puedan vivir su infancia

 

MAR MERA • SANTIAGO

Marta Pintos lo tiene claro. Lo más satisfactorio de su labor como trabajadora social del Programa de Acogimiento Familiar que lleva a cabo Cruz Roja en Santiago es "darles infancia a muchos niños", además, por supuesto, de que "regresen con su familia biológica, que es nuestro objetivo". Lleva cuatro años lanzando SOS para que parejas, matrimonios o solteros se animen a llevar a sus hogares de forma temporal a niños que viven en centros tutelados debido a diversos problemas de desamparo, por abandono por parte de sus padres o debido a abusos o problemas económicos o de drogadicción. Sabe que este acto "es de solidaridad puro y duro" porque, a diferencia de la adopción, no es cuestión de "querer ser padre o madre" de un niño, sino de darle un hogar durante un tiempo a estos menores que, como ella reconoce, "no viven como tales porque no están en un ambiente familiar". Ahora busca familias para acoger a grupos de hermanos, el más numeroso de cuatro. Una tarea difícil, pero que no ve imposible, ya que Marta es optimista en cuanto a la solidaridad social.

_ El Programa de Acogimiento Familiar funciona desde hace cuatro años en Santiago, ¿cuál es el objetivo?

_ Buscar familias, ya sea monoparentales o no, que puedan atener a niños y niñas que por diferentes circunstancias no pueden estar viviendo con sus padres, por lo que están en centros tutelados por la Administración. Es un programa que tiene una buena acogida pero en 2008 de las cien entrevistas que hicimos solo quedaron tres familias acogedoras.

_ ¿Cuáles son esas circunstancias de las que hablas? ¿Problemas de drogadicción, malos tratos...?

_ Son múltiples causas, aunque los malos tratos, afortunadamente, son los menos. Además, cuando se dan situaciones muy graves de malos matros suelen ir directamente al programa de adopción, porque lógicamente no tiene sentido que mantengan una vinculación con quien los maltrata. Lo más habitual es por negligencias, es decir, niños que no son alimentados o vestidos adecuadamente o a los que dan pautas educativas inadecuadas.

_ Con la crisis económica, ¿se ha acentuado el caso de padres que no puedan atender a sus hijos?

_ Gente con problemas económicos que deben recurrir a la Administración para que se hagan cargo de sus hijos hasta que solucionen su problema es algo que estamos notando, pero no ahora, sino desde hace ya uno o dos años. Hay que tener en cuenta que al problema del dinero se une que muchas son familias monoparentales, que no cuentan con apoyos, por lo que no tienen con quién dejar a sus hijos. Puede ser el caso de una madre soltera que sólo encuentre trabajo como interna y no pueda estar con su hijo. También hay papás solos y que trabajan en el mar, por lo que les es incompatible el cuidado de sus hijos.

_ Seguro que para muchos padres es difícil separarse de sus hijos porque tienen problemas de drogadicción o con la Justicia, pero supongo que será todavía más duro para estos padres solos a los que te refieres.

_ Es muy duro, porque eres buena madre o buen padre y estás educando más o menos bien a tu hijo pero ves que es imposible. Pero también son los acogimientos más fáciles porque los progenitores son los que demandan este programa y la relación con la familia acogedora es muy fluida y muy buena. Pero no me canso de repetir que en Galicia tenemos mucha experiencia en estas cosas, porque quién no conoce a una familia que se ha hecho cargo del niño del vecino o unos abuelos de sus nietos...

_ Pero en este caso, cuando hay vínculos familiares ¿el menor no se puede quedar con sus tíos o abuelos?

_ Hay miles de acogimientos de familia extensa en Galicia. Pero antes se hacía de una manera más o menos irregular, y ahora está más controlado por la Administración. No hay que olvidar que en la época más negra de las drogas en Galicia cuántas abuelas se quedaron al cuidado de sus nietos... Pero no eran tutoras legales para, por ejemplo, algo tan simple como inscribirlos en el colegio. Al estar tutelados por la Administración o en guarda ya tienen permisos, funciona de forma diferente.

_ ¿Cómo viven estos niños salir de su casa, ir a un centro y después ir con una familia de acogida? Porque es un proceso complicado.

_ No es tan duro como podamos pensar los adultos. Los niños lo único que necesitan es información. Cuando la tienen no presentan ningún problema, ni traumas. Tienen una capacidad de adaptación asombrosa. Además, de pequeño lo que más te hace sentir seguro es que alguien te cuide, ver que perteneces a un sitio... Muchas familias acogedoras me comentan que cuando llegan a sus casas no se comportan como niños. Vienen de estar en un centro, claro que no hablamos de Oliver Twist, ya que están bien cuidados, pero no están en un ambiente familiar. Cuando llegan a un hogar de acogida aprenden a jugar, a ser trastes, a ser lo que son, niños.

_ Llevas cinco años al frente del programa, ¿hay alguna novedad?

_ Sí. Desde mayo del año pasado todos los bebés de madres que renuncian a ellos y que se van a llevar al programa de adopción pasan a acogimiento primero. La ley establece que estas madres disponen de un mes para meditar sobre la renuncia, y lo que la Administración quiere evitar es que ese tiempo lo pasen los recién nacidos en un centro tutelado.

_ ¿Qué tal funciona?

_ Estupendamente. De hecho, ya se acogieron quince bebés.

_ ¿Hay más novedades?

_ Otra modalidad nueva es buscar a familias que acojan a niños de cero a tres años para acogimientos simples, es decir, que no tienen por qué ser de larga duración, ya que la directriz de la Administración es que ningún niño de estas edades ingrese en un centro, aunque sea por poco tiempo.

_ Ahora buscáis además de a familias para niños solos, también para grupos de hermanos. ¿Es lo que más urge?

_ Es lo más complicado. Tenemos un grupo de cuatro hermanos, otro de tres y algunos de dos. No es fácil acoger a tantos niños, aunque hay parejas, incluso con hijos, que lo hace. Una buena opción sería poder reunir a familias de la misma zona, por ejemplo de Teo, para que los niños vayan al mismo cole o al mismo parque a jugar, así no perderían su vínculo familiar.

mmera@elcorreogallego.es

 
 
 
 

sábado, 4 de abril de 2009

Trescientos menores esperaban una familia el pasado año acogidos en centros asistenciales

 
 

I. OLAIZOLA. PALMA. La Ley de Protección del Menor establece que los niños de familias desarraigadas que no pueden hacerse cargo de ellos deben estar, en la medida de lo posible, arropados en núcleos familiares propios o ajenos.
Esta recomendación se cumple a medias en Mallorca donde en el año 2008, según datos facilitados por el Servei de Menors del Consell, había alrededor de 300 menores acogidos en centros residenciales del propio Consell o privados con los que se han llegado a convenios a la espera de ser acogidos por alguna familia.
En lo que se refiere a los programas de acogimiento en activo, el pasado año había 61 menores en familias canguro ajenas con carácter provisional de hasta dos años de duración, 49 en familias ajenas con una intención más definitiva, 322 en familias propias y otros 14 en familias ajenas pero con carácter temporal, esto es, durante fines de semana o determinadas épocas del año para sumar un total de 446 menores acogidos en alguna de estas modalidades.
Gori Estarellas, director ejecutivo de Protección al Menor y Atención a la Familia dependiente del Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS), señaló que "nuestra primera actuación consiste en valorar a través de los servicios sociales los riesgos de maltrato por negligencia o por otras circunstancias a los que está expuesto el menor, siempre con el objetivo de intentar preservar el núcleo familiar biológico".
Pese a ello, Estarellas cifró en unas 170 las declaraciones de riesgo cada año y que, en 2008, en Mallorca se realizaron 140 declaraciones de tutela por las que la Administración asume hacerse cargo del menor provisionalmente al valorar que sus familias biológicas no pueden hacerlo. No obstante, Estarellas recalcó que "los servicios sociales trabajan con las familias biológicas, a través del servicio de capacitación parenteral, para que recuperen a sus hijos. Además, en lo que atañe a los acogimientos temporales, intentamos que los menores de cero a tres años no pasen en ningún momento por un centro de acogida sino que vayan directamente de su familia a una canguro".
En lo que se refiere a los centros residenciales, el director de Protección al Menor señala que el IMAS cuenta con 85 plazas repartidas entre dos centros de primera acogida con 55 plazas y tres Llars de la Infancia con otras treinta. Asimismo, se han firmado convenios con otros dieciséis centros externos que disponen de otras 245 plazas. "Todas estas infraestructuras suelen estar ocupadas al 90%, por lo que estaríamos hablando de que unos trescientos menores se encuentran en esta situación de acogimiento temporal en centros residenciales", admitió Estarellas.

Veinticuatro adopciones nacionales

 
 
El pasado año se produjeron en Mallorca 24 adopciones nacionales de menores de familias desarraigadas, cifra que contrasta con las 28 realizadas de carácter internacional. El director de Protección al Menor, Gori Estarellas, alegó para justificar estas cifras que "las adopciones requieren un largo proceso" que desanima a las personas interesadas.
Sobre las familias de acogida, Estarellas recalcó que los pasados meses de noviembre y diciembre en el IMAS se organizaron unas jornadas para informar a familias interesadas en ayudar a estos menores procedentes de familias problemáticas a las que asistieron 130 personas. Estas familias de acogida perciben una ayuda económica por su labor que puede oscilar entre "los doscientos y pico euros y los seiscientos y pico al mes dependiendo de la situación del niño acogido, de la modalidad del acogimiento y de muchos otros factores", apuntó el director de la institución insular. "No es lo mismo hacerse cargo de un menor que alguna enfermedad o algún grado de minusvalía que ocuparse de un niño normal" razonó Estarellas.

"Paulina vale 150.000 euros"

 

Regina Laguna, Valencia
"La niña vale dinero. Tú querer cerveza, pagas cerveza. Tú querer coche, pagas coche. Tú querer casa, pagas casa. Tú querer Paulina, pagas Paulina. Y Paulina vale 150.000 euros". Con estas palabras pretendían cerrar la venta de la niña R. J. y A. J., padre y tío respectivamente, tras las conversaciones mantenidas con una pareja en una población de la Ribera para que la tuvieran en acogida. Los acusados negaron ayer en el juicio, celebrado en Valencia, haber pedido dinero por la niña.
El fiscal, no obstante, mantuvo su petición de 11 meses de prisión por un delito de entrega de un menor sin los trámites legales, en grado de tentativa. Mientras que la defensa pidió la absolución de ambos, cuya patria potestad está suspendida.
Los hechos ocurrieron el 12 de noviembre de 2007. El fin de semana anterior, Paulina lo pasó con el director de su colegio y su mujer, que se interesaron en la niña al conocer que su padre y su tío pretendían enviarla a un internado en Lituania porque no podían hacerse cargo de ella. Desde los dos años, la niña había crecido sin madre.
El director les ofreció cuidar a la pequeña si ellos no podían e incluso buscó un intérprete para explicarles que podían tenerla en acogida de forma temporal. Padre y tío le hablaron incluso de adopción, pero al final quedaron conformes en que se averiguaran los trámites legales para el acogimiento.
No obstante, el lunes por la noche y ya sin intérprete, citaron a la pareja en un bar del pueblo y les propusieron la compra de la niña por 150.000 euros, según declararon ayer los denunciantes. Aquella mañana ya se habían puesto en contacto con los servicios sociales del ayuntamiento para que les explicaran los pasos a seguir.
Pero aquella noche, al no aceptar la transacción, fueron a la casa del matrimonio y se llevaron las cosas de la niña. La pequeña estaba fuera y "lloraba desesperadamente", dijo la mujer.
"Paulina ser guapa, Paulina ser buena, Paulina ser inteligente. Paulina valer dinero", declaró ayer la denunciante que les reiteraron por teléfono. "Yo le dije que no compraba personas", añadió. Por ello, al día siguiente los denunciaron ante la Guardia Civil.
La niña está internada en un centro
Paulina se encuentra desde hace año y medio en un centro de acogida. Al padre y al tío no les han dejado ir a verla mientras estaba el proceso penal pendiente, ya que el padre tiene suspendida la patria potestad judicialmente. No obstante, ha recibido las visitas periódicas del matrimonio que quiso cuidarla, al menos hasta hace poco.
Recientemente, esta pareja hizo las gestiones para su acogimiento, "pero hace tiempo que no la hemos visto", declaró la mujer ayer en el juicio.
La que más sufre aquí es Paulina, alejada de todos. También de su hermano adolescente, quien ayer declaró en el juicio protegido por un biombo a favor de su padre y de su tío.
El joven explicó durante la vista que, cuando la Guardia Civil les llevó al cuartel tras la detención de su familia, les dijeron: "Paulina, tú tranquila. Tu padre y tu tío se van a la cárcel y tú puedes vivir con el director". El chico vive con su familia y la patria potestad sobre el chaval podría peligrar en caso de condena.

Veinte familias más preparadas para acoger a niños tutelados por la Comunidad

 
 
Veinte familias han participado durante el presente mes en el Programa para la Formación de Familias Acogedoras, organizado por la Dirección General de Familia y Menor, y que esta tarde ha clausurado el consejero de Política Social, Mujer e Inmigración, Joaquín Bascuñana.

Con este curso se ha pretendido ofrecer una alternativa de integración social a los niños que se encuentran tutelados en los centros de menores dependientes de la Comunidad Autónoma. Actualmente, 57 menores en situaciones especiales se encuentran acogidos en 50 familias, que cobran entre 180 y 720 euros al mes, en función de las características de los menores.

Asimismo, otros 19 están incluidos en el Programa de Acogimiento Especial, que distingue dos perfiles. Unos menores pertenecen al grupo para el que, por sus características personales (minusvalía, edad, conducta) o por su situación familiar (previsión de un internamiento prolongado), se considera más adecuada una integración familiar que su atención en una residencia, y que precisaría de un acogimiento temporal o permanente sin fines preadoptivos. Y otro grupo estaría compuesto por menores, cuya alternativa sea el acogimiento preadoptivo, pero que ya sea por su edad, minusvalía, estado de salud, hermanos, problemas de adaptación y conducta, no están entre los demandantes familias adecuadas para acogerlos. Este grupo precisaría de un acogimiento permanente con posibilidades de reconvertirse en acogimiento con fines preadoptivos.

Además, estos menores presentan algunas características particulares, como tener una edad próxima a los 8-12 años o mayores, ser de etnias distintas a la mayoritaria; padecer enfermedades crónicas y/o algún tipo de minusvalía; sufrir retraso escolar y problemas de conducta o adaptación y tener problemas emocionales asociados. También presentan situaciones familiares graves, que dificultan su retorno sin perder vinculación afectiva con su familia biológica; son menores adolescentes con alternativa de preparación para la emancipación, que necesitan de una referencia afectiva y de apoyo. E, igualmente, llevan una larga institucionalización o tienen perspectiva de ello y cuyas edades dificultan, cuando no impiden, una adopción.

En cuanto al tipo de familia que puede ser acogedora, cualquier unidad familiar puede aspirar, siempre y cuando ofrezca un ambiente afectivo al niño que esté dispuesto a formarse y prepararse para participar en el programa.

No se establece una familia-tipo, mientras que el denominador común debe ser aquella que disponga de unas condiciones socioeconómicas mínimas, una capacidad afectiva y estar dispuesta a formarse y prepararse para ello.

Los interesados en el acogimiento pueden dirigirse al centro municipal de servicios sociales más próximo a su domicilio o al Servicio de Protección de Menores, sito en la calle Nelva, edificio Torres Azules, de Murcia, donde se les informará del procedimiento a seguir.

En la actualidad, hay 266 menores tutelados en los distintos centros dependientes de la Comunidad Autónoma.

Juez ordena a la Junta que retorne a una niña de seis años dada en acogimiento a su padre biológico

 
ALMERÍA, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
 
La Audiencia Provincial de Almería ha revocado una orden de acogimiento familiar preadoptivo dictada por la Junta de Andalucía en noviembre de 2006 y ha ordenado que, en aras de lo "mejor para la menor", de seis años de edad, ésta retorne con su padre biológico al estimar que la Administración autonómica no valoró "adecuadamente" las circunstancias familiares en las que se encontraba la pequeña ni su evolución posterior antes de adoptar una decisión que, además, "no le está favoreciendo".

   La sentencia de la Sección Segunda, a la que tuvo acceso Europa Press, da la razón al progenitor, David C.L, un abderitano que reside en Suria (Barcelona) al que el tribunal reconoce su tenacidad al afirmar que "jamás abdicó de su voluntad para poder tener a la pequeña consigo" pese a que se vio obligado a acreditar la paternidad mediante un proceso judicial después de que su ex compañera sentimental reseñase como padre ante el registro civil a otro hombre, ya fallecido.

   Reprocha, asimismo, a la delegación provincial para la Igualdad y el Bienestar Social que adoptase la resolución "teniendo pleno y perfecto conocimiento de la situación por la que pasaba la filiación" de la niña tras ser apartada de su madre "debido al estado de abandono en que la sumió" con apenas 12 meses de vida ya que, tal y como consta en los informes adjuntos, tres meses antes de que se dictase la orden David C.L. comunicó que estaba dispuesto a hacerse cargo de su hija "sin poder evitar" la decisión administrativa posterior.

   Señala, asimismo, que la Junta de Andalucía, que ha anunciado ante el Tribunal Supremo (TS) la interposición de un recurso extraordinario, consignó en los citados informes que hasta marzo de 2006, la pequeña estuvo al cuidado de su tía y abuelos, al tiempo que desarrolló "una fuerte relación de apego y afectividad con su familia extensa paterna" que se truncó debido a una "fuerte depresión postparto" de la primera que, una vez superada "no debió privarle de la oportunidad de permanecer" con sus allegados, según ahonda.

   Para el magistrado-ponente, José María Contreras Aparicio, priman en este caso "los lazos de sangre, los sentimientos y la afectividad" demostrada por David C.L., a quien la Junta de Andalucía --subraya-- "nunca evaluó en relación con su hija", sobre el criterio de "mayor capacidad económica" en la familia de acogimiento que recogen los informes periciales psicológicos aunque atribuye al recurrente "remuneración suficiente para atender sus necesidades" a través de la venta ambulante.

   David C.L. visitó con frecuencia a su pequeña incluso en la medida en la que se lo permitió su estancia en prisión durante poco más de dos años debido a la comisión de un robo que cometió mientras fue adicto a las drogas, un hábito del que ha sido sometido a un tratamiento que, tal y como enfatiza la sentencia, "está superando satisfactoriamente, sin consumo desde tiempo atrás y con evidente interés".

   En su parte dispositiva, --adelantada hoy por el diario El Mundo en su edición Andalucía-- el fallo que revoca la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 6 de la capital dictada en 2007, ordena, no obstante, que se establezca previamente a la ejecución un régimen de visitas a la menor por parte de su progenitor, la pareja estable de éste y familia extensa para posibilitar una "reintegración gradual" con el "menor impacto psicológico".

   La constitución del acogimiento definitivo de la niña significó la suspensión de ese régimen de visitas y la negativa a ofrecerle toda la información relativa a su estado, hasta el punto de que desconocen en qué provincia andaluza se encuentra, por lo que, el letrado de David C.L., Juan Francisco Espejo, expresó su confianza en que no se sustancie el recurso elevado por la Junta ante el TS lo que derivaría en una dilatación del proceso "muy perjudicial" para los intereses de la menor.    

 
 

El 48% de los menores separados de su familia vive en residencias

 
Europa Press | Salamanca
 

El 48 por ciento de los menores que ha sido separados de sus familias temporalmente en Castilla y León viven en residencias de la Comunidad Autónoma y el 43 por ciento en otros núcleos familiares, según los datos facilitados este lunes por el delegado de la Junta en Salamanca, Agustín Sánchez de Vega.

En cuanto al último ejercicio cerrado sobre acogimiento familiar, el de 2008, fueron 682 niños los que participaron en este programa no preadoptivo, 44 más que en 2007. Así lo destacó durante la presentación de la campaña que la Administración regional y Cruz Roja desarrollarán en Salamanca durante los próximos meses para buscar personas que quieran acoger en sus hogares a menores en situación de "vulnerabilidad".

Sánchez de Vega explicó que la Junta y Cruz Roja desarrollan esta actividad conjuntamente en la Comunidad desde hace veinte años y que este hecho ha posibilitado que Castilla y León sea "un modelo a seguir" en el país.

Además, valoró que Castilla y León es sede del Observatorio Nacional para analizar los acogimientos, a lo que añadió otros factores de respaldo como la ley aprobada en 2002 para defender los derechos del menor.

Aún así, reconoció la importancia de realizar nuevas campañas para buscar nuevas familias que se quieran adherir al programa de acogida, "especialmente" aquellas que puedan albergar en su seno a uno o varios hermanos con problemas de discapacidad física o psíquica.

Sánchez de Vega resaltó que pueden participar en esta propuesta voluntaria aquellas personas que lo quieran y que estén en condiciones de asumir las responsabilidades que conlleva, independientemente de si es una pareja o una sola persona. Además, recordó el teléfono de información, 902106060 .

Por su parte, el presidente provincial de Cruz Roja Salamanca, Jesús Juanes, resaltó que los participantes en el programa lo hacen con carácter "voluntario". Igualmente, explicó que los interesados tendrán que participar en un proceso de información y adaptación.

Sobre esta iniciativa temporal de acogimiento, Juanes reconoció que "quizá no es la situación ideal, pero sí imprescindible para mejorar la calidad de vida del menor. Es un elemento fundamental para la integración del niño", dijo.



 
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