viernes, 18 de diciembre de 2009

«Necesitan amor y mucha paciencia»

http://www.lasprovincias.es/valencia/20090805/valenciana/necesitan-amor-mucha-paciencia-20090805.html

05.08.09 - BEATRIZ LLEDÓ VALENCIA
María tiene 10 años y está postrada en una silla de ruedas porque sufre espina bífida. Juanma, el benjamín, nunca podrá ver la luz. El pequeño de seis años es ciego, además de autista. Miguel está en estado vegetativo desde los dos años. Hoy tiene más de 20 y el chupete todavía está en su boca.
Son algunos de los 11 niños con graves deficiencias que residen en el centro de acogida Xiquets, que se ha convertido en el hogar en el que viven su difícil infancia. Están a la espera de encontrar una familia que los adopte, ya que sus padres biológicos no pudieron hacerse cargo de ellos.
«Necesitan amor y mucha paciencia, por eso pedimos a los matrimonios valencianos que no tengan egoísmo. Si los acogen los querrán como a un hijo más, aunque necesiten un cuidado especial», asegura Isabel Atienza, directora del centro, gestionado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
En estos momentos, más de 60 niños discapacitados o con problemas de la Comunitat Valenciana esperan una familia que se haga cargo de ellos. Se trata de menores de entre 12 y 16 años (por su edad más elevada, tienen más dificultad de formar parte de una familia adoptiva), grupos de hermanos, niños con deficiencias psíquicas y físicas, enfermos o en riesgo de exclusión social.
"He aprendido a dividir, ayudo a hacer las camas y voy todos los días a por el pan», asegura satisfecha María mientras come un bocadillo de jamón. Ya piensa en volver a su colegio en septiembre. «Voy al María Inmaculada y muchas veces me llevan a la piscina", explica contenta. Y es que pasado mañana cumple 11 años.
Muchos de estos menores ya conocen la experiencia de vivir en una familia de adopción. Pero no siempre ha sido satisfactoria. «Algunos han sido rechazados y esto hace que puedan presentar problemas de comportamiento, pero no supone un riesgo. Desean ser queridos y precisan familias conscientes de sus necesidades y capaces de responder a ellas», destacan desde Bienestar Social.
Acción loable
Según Carolina Martínez, directora de Familia de la Generalitat, en el primer semestre del año se han producido 12 adopciones de niños con necesidades especiales, lo que calificó de «acción loable». A lo largo de la década, 600 menores con problemas han sido entregados en adopción en la Comunitat. De ellos, 51 presentaban alguna discapacidad -24 con problemas psíquicos, 22 con deficiencias físicas y 5, de tipo sensorial-. El 36% del total son grupos de dos hermanos o mayores de 6 años.
Entre los jóvenes de Xiquets, hay algunos con síndrome de Down, hiperactivos y otros que, por sus enfermedades más delicadas, permanecen todo el día en cama. «La mayoría van a centros especiales por el día y por la tarde hacen repaso con las religiosas. Hay que atenderlos uno a uno», recalca la directora.
Con frecuencia estos menores están «condenados por su condición o características específicas a permanecer institucionalizados en centros de protección, con pocas posibilidades de que las familias se interesen en adoptarlos», lamentan desde Bienestar Social. Para Martínez, además, «la adopción no tiene por que ser el único medio de su integración familiar, puesto que el acogimiento permanente también es una opción válida hasta que realmente se verifique si existe interés por parte de niños y familias para llevar adelante la adopción».

Acoger a un niño no es problema

http://www.laprovincia.es/las-palmas/2009/08/01/acoger-nino-problema/248308.html


La familia Oliva espera con ilusión abrir su casa a uno de los menores que tutela la Dirección General del Menor. Se han presentado al programa de acogimiento familiar 'Cuando una puerta se cierra, otra se abre' y están a la espera del informe de evaluación. Su única preocupación es que el niño que les toque no se adapte a ellos

LOURDES S. VILLACASTÍN Una consulta familiar y una llamada telefónica. Así de inmediata fue la respuesta de la familia Oliva al programa 'Cuando una puerta se cierra, otra se abre' puesto en marcha en abril por la Consejería de Bienestar Social en colaboración con Cruz Roja y destinado a acoger temporalmente a menores que, por diversas causas, no pueden estar con sus familias biológicas. Francisco y Carmen son padres experimentados. No sólo porque han criado ya a Elena y Beatriz, de 17 y 15 años, respectivamente, sino porque durante ocho meses acogieron a un bebé.La pequeña Irene llegó a sus vidas de forma "inesperada" y aunque su relación con la Dirección General del Menor no les dejó un buen sabor de boca, eso no ha sido impedimento para volver a solicitar otro "acogimiento familiar".La "sonrisa" que les regalaba tiene la culpa de que quieran repetir la experiencia. La únicas condiciones que han puesto es que el menor tenga entre "cero y doce años" y que no sea "conflictivo". "Nos da igual si son dos hermanos o si tiene alguna discapacidad", cuenta Carmen."Mucho amor, cariño, un ambiente tranquilo y ayuda para que salga adelante", son las dosis de bienestar que va a aportar esta familia al pequeño que llegue a su casa, en pleno campo. También la compañía de seis perros, algunos de ellos "adoptados".
La única preocupación que tiene el cabeza de familia es si el menor se "adaptara" a ellos. "Sabemos que algún día nos tendremos que despedir de él, pero en la vida tienes que afrontar problemas muy graves, despedirte de mucha gente que quieres a lo largo de tu vida", dice.Francisco y Carmen están a la espera de que Cruz Roja les haga el informe social y psicológico con el que la Dirección General de Menores decidirá su idoneidad como padres de acogida. El matrimonio tiene muy claro que un niño más en la familia no será un "problema" para su ritmo de vida. "Los niños nunca lo son, son los padres", dice Francisco. Animan a las familias a que se apunten al programa y a que no se planteen "nada", sólo "ayudar". Dicen que si "lo haces, te frenas". Su experiencia como padres de acogida les permite, además, dar un consejo también a la Administración. "Trabajan mucho con los padres de acogida, pero también deberían hacerlo con los padres biológicos. No somos sus enemigos".

Diecinueve menores, a la espera de una familia de acogida en A Coruña

http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009072100_8_305605__Sociedad-Diecinueve-menores-espera-familia-acogida

AGENCIAS SANTIAGO Siete grupos de varios hermanos están en la actualidad en espera de una familia que los acoja temporalmente en la provincia de A Coruña. Se trata de 17 niños de diferentes edades a los que se suman otros dos menores, que están separados de su familia.

Un total de 48 familias coruñesas participan actualmente en el proyecto de Acollemento familiar que Cruz Roja desarrolla en toda Galicia desde 1995 en colaboración con la Xunta. Con ellas conviven temporalmente 69 menores bajo medida de protección jurídica o administrativa por algún problema en su hogar y a los que proporcionan "cuidados, afecto y apoyo mientras se solucionan los problemas de la familia de origen".

No obstante, desde Cruz Roja destacan que la necesidad de familias, de uno o varios miembros, dispuestos a acoger a un niño o adolescente "es permanente" y ahora 19 de los menores, 17 de ellos pertenecientes a grupos de hermanos, necesitan un hogar temporal en la provincia coruñesa.

Cruz Roja señaló que, sobre las familias que se integran en el programa, "no importa su nivel económico y que lo que se valora es la aportación positiva que puedan hacer a los menores". De este modo señalan que se analiza su motivación, su disposición a ayudar y que sea "un hogar con una vida equilibrada, cariñosos y dispuestos a implicarse en la educación del menor", ya que éste se encuentra habitualmente "en una situación de inestabilidad y carencias".

La entidad que promociona esta iniciativa explicó que existen tres modalidades de acogimiento, que se aplican tras el estudio detallado de cada caso. Por una parte, está la Atención de día, por la que el menor vuelve a casa de su familia biológica cada tarde; otra de Fines de semana y vacaciones, y una tercera de acogimiento temporal hasta que se supere la situación que provocó la separación.

Además, se pueden dar también en ocasiones casos de Acogimientos de Urgencia, según puntualizó Cruz Roja, que se producen en situaciones urgentes y se desarrollan mientras se valora la situación de la familia. Su duración no se prolonga más de seis meses.

Cruz Roja asegura que las actividades de formación "son muy importantes dentro del proceso del acogimiento". Se trata de ocasiones que proporcionan a los participantes una oportunidad para compartir vivencias, contrastar las ideas y expectativas propias con la realidad, conocer directamente la experiencia de otros acogedores, modificar actitudes y sensibilizarse ante determinados aspectos.

Los objetivos de las periódicas sesiones formativas se centran, entre otros aspectos, en conocer cómo ha de ser la relación entre un menor acogido y su familia de origen, preparar a las familias de acogida para el momento de la despedida en el momento del retorno del menor con su familia, y encauzar la relación entre la familia acogedora y el menor para que sea la óptima y para que el acogimiento se desarrolle de forma positiva. Además, estas sesiones proporcionan a los participantes, según indicó la ONG, las "habilidades necesarias" para hacer frente "de manera adecuada" a las "tareas y retos" del acogimiento.



 
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