domingo, 22 de marzo de 2009

Un hogar para niños sin casa

 
 
Oviedo, Elena FDEZ.-PELLO
La Consejería de Bienestar Social se ha propuesto buscar un hogar a cada uno de los niños que tutela, con una familia que se hará cargo de su cuidado temporalmente, hasta que sus padres biológicos sean capaces de hacerlo por sí mismos. Para los niños que afrontan una situación de abandono o desprotección ocasional el acogimiento familiar temporal resulta «más sano que vivir institucionalizados», en opinión de la directora del Instituto de Atención Social a la Infancia del Principado, Gloria Fernández. Y no sólo es más beneficioso para ellos. Según datos de la sección de adopción y acogimiento familiar del propio Instituto, mantener a un niño en un hogar resulta más barato para la Administración de lo que le cuesta una plaza en una institución de la red de protección de menores.

La Consejería cuenta con argumentos de sobra para fomentar el acogimiento, pero le faltan familias dispuestas a hacerse cargo de los niños por un tiempo limitado. Actualmente, desarrolla dos programas de acogimiento familiar, uno con Cruz Roja y otro con la asociación Meniños. En cada uno de ellos participan no más de veinte familias y son insuficientes, afirman los técnicos de Servicios Sociales, para ofrecer un hogar a todos los niños que podrían beneficiarse de esta medida.

El proceso de selección de las familias de acogida es similar al que superan aquellas que aspiran a adoptar a un niño. Han de superar un período de formación y reciben apoyo constante de los Servicios Sociales, incluso apoyo psicológico para afrontar el momento de la separación, una circunstancia que, reconocen desde el Instituto de Atención a la Infancia, desanima a muchas familias a ofrecer su ayuda. «La figura del acogimiento es poco conocida y a las familias se les hace muy cuesta arriba entregar a los niños», comenta su directora. Ese mal trago tiene su recompensa. «Las familias entienden que han ayudado al niño y sienten una satisfacción plena», aseguran desde los Servicios Sociales.

En el acogimiento, la familia biológica y el niño no se desvinculan, el Principado ejerce la tutela y la familia de acogida, la guardia y custodia. «La familia tiene que conocer el sistema de protección y el bagaje del menor, que posiblemente llega dañado, abandonado o maltratado», observa un responsable del Servicio de Adopción y Acogimiento Familiar. Los nuevos padres asumen la responsabilidad «de ayudarle a crecer e integrarse en la sociedad».

En Asturias, el acogimiento dentro del propio ámbito familiar -una abuela que se hace cargo de su nieto, por ejemplo- es frecuente, pero la acogida en familias ajenas no es tan habitual como en otras comunidades.

Los bebés plantean pocos problemas: en cuanto el Principado asume su tutela, son dados en acogida. No se trata de un paso previo a la adopción, indican los responsables de los Servicios Sociales. Aunque existe un acogimiento preadoptivo, en el modelo que la Administración regional se propone fomentar las familias saben que algún día los niños se irán. Se dan en acogimiento niños mayores -aunque no suelen superar los 10 años, edad en que su integración en un ámbito familiar desconocido se complica- y niños con necesidades especiales.

Las familias perciben unos 250 euros mensuales para la manutención del niño y la Administración se hace cargo de todos los gastos médicos y los cuidados específicos que requiera. «Los niños no pueden suponer un coste añadido a las familias que los acogen solidariamente», manifiestan.

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