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Un total de 357 menores y jóvenes fueron atendidos en 2007 en el Servei d'Infància i Família (SIF) por encontrarse en una situación de abandono y negligencia, o tras haber sufrido maltrato físico y psicológico, así como abusos sexuales, que en el 80 por ciento de los casos se producen en el entorno familiar.
El responsable del SIF, dependiente del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), Serafín Carballo, explicó en declaraciones a Europa Press la importancia de que exista este servicio, porque no sólo ayuda a estos menores víctimas a intentar superar las graves secuelas ocasionadas por el maltrato, sino que es necesario para evitar que en la vida adulta repitan las pautas de violencia a las que fueron sometidos en la infancia.
El SIF, que en 2008 cumple veinte años de existencia, atendió en 2007 a 189 menores de uno a doce años y 168 jóvenes de 13 a 22. Según su responsable, la violencia 'no entiende de clases' y algunos de los casos más graves de maltrato o abusos se producen en familias de clase media-alta. En concreto, del total de casos que atiende el servicio, el 40 por ciento son fruto de abandono y negligencia; maltrato psicológico y emocional (30%); palizas (20%); y abusos sexuales (18%).
El SIF trabaja con niños y jóvenes que residen en centros de acogida de Protección de Menores de Mallorca así como en familias de acogida. La función de los psicólogos y asistentes sociales es rehabilitar las secuelas y daños físicos provocados en estos niños en su entorno familiar, aunque también se presta apoyo a los padres para 'mejorar sus habilidades parentales'. En algunos casos 'los padres sencillamente no saben cómo cuidar de sus hijos y la forma de educarles sólo pasa por la violencia', señaló Carballo.
Según destacó, a los más pequeños se les ayuda mediante juegos, prácticas de psicomotricidad, actividades con fango o marionetas, mientras que los adolescentes acuden a terapia para intentar controlar sus impulsos y su agresividad. El objetivo siempre es 'garantizar la seguridad del menor, sobre todo en aquellos casos en los que no se interrumpe la convivencia con la familia'.
El centro cuenta con 15 profesionales: trece psicoterapeutas infantiles y familiares, un psicomotricionista infantil y dos administrativos. Carballo insistió en la necesidad de que estos menores y adolescentes reciban la terapia adecuada, porque 'las secuelas de la violencia pueden ser de tal envergadura que sean en un futuro padres malos y abusivos', señaló.
Terra Actualidad - Europa Press |
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