Comunidad Valenciana
Cerca de 5.000 niños desamparados viven en la Comunitat bajo la protección de Bienestar Social
NEUS NAVARRO
VALENCIA
En la barra del bar Buenos Aires, junto a la máquina de café, reposa la fotografía de un niño recién nacido, de pelo oscuro y mejillas coloradas. "Cuando lo encontramos estaba moradito y no paraba de llorar", recordaba ayer Emilio Gómez.
El pasado 2 de octubre, Emilio encontró, junto al seto cercano al bar que regenta en Valencia, un bebé. "Abrí a las seis de la mañana. Al rato un chico vino a decirme que había oído el llanto de un niño. Aún tenía el cordón umbilical", contó. Tras la llamada al 112, los servicios sociales y la Policía se llevaron al pequeño al Hospital La Fe. "No lo hemos vuelto a ver. Sólo sé que está con una familia de acogida", recordó con añoranza.
El hallazgo del pequeño abandonado, por desgracia, no es aislado. En los últimos días varios niños han vivido situaciones similares en la Comunitat y de ellos se ha hecho cargo la Conselleria de Bienestar Social, con competencias en este ámbito. La lista de abandonos es larga. Hace poco vendieron a un bebé en Cullera y otro fue abandonado en Tarragona.
Sea por abandono, maltrato o renuncia de los progenitores, la realidad muestra que existen cerca de 5.000 menores de edad que se encuentran bajo la protección administrativa de la Generalitat. El 60% de ellos están tutelados y el 40%, con medida de guarda y custodia.
Las cifras se leen con rapidez pero asimilar la historia que se esconde tras ellas es más difícil. Así lo considera el vicepresidente y conseller de Bienestar Social, Juan Cotino, que defiende un tratamiento específico para cada menor. "Las estadísticas agrupan los casos, pero hay muchas historias y detrás de cada una, un ser humano", declaró ayer Cotino a LAS PROVINCIAS al término de la clausura de los cursos que organiza la Asociación de Orientación Familiar Pref.
Aumento por la inmigración
Medio centenar de niños abandonados viven bajo la protección de la Generalitat. Y es que en los últimos años, el número de renuncias, maltratos o negligencias (descuidos) con menores se han disparado. Desde el departamento que dirige Cotino aseguran que la cifra de niños protegidos por la Generalitat ha crecido globalmente en un 25% en los últimos siete años, en cierta medida por el aumento de la población extranjera. De los 5.000 menores atendidos, más de 2.000 son inmigrantes, según datos de la conselleria.
Juan Cotino anunció que, después del verano, la Dirección General de la Familia activará un campaña para explicar a las madres que deben acudir a centros sanitarios o sociales en el caso de que quieran renunciar a sus hijos. "Nunca hay que llegar a estas realidades, pero las madres tienen que saber que si ellas no quieren atenderlos, la Generalitat sí. Hay cientos de familias valencianas que quieren adoptar", manifestó Cotino.
Este año han habido 26 mujeres que, antes de dar a luz, han querido dar a sus hijos en adopción. Y en la actualidad, ocho de cada diez menores en situación de desamparo (unos 4.000 niños) son integrados en un ambiente familiar, a través del acogimiento en familia extensa (con parientes allegados, como abuelos o tíos) o de tipo educadora (sin vínculos familiares).
Como en el caso de la niña valenciana, de apenas cuatro meses, donada por su madre a un hombre en Tortosa (Tarragona), a la que ahora cuida una familia de acogida de urgencia. El pasado 15 de mayo, Mihaela, una joven rumana de 26 años, entregó a su hija a un desconocido porque, "no podía cuidarla", dijo.
Las causas del desamparo de los niños de la Comunitat son tan diversas como escalofriantes. Entre las más comunes destaca la renuncia de los padres a sus hijos, que se da en el 6% de los menores. En este porcentaje se podría incluir Mónica, la vecina de Piles que dio a luz a su hijo hace dos semanas y que, dos días después, lo vendió a un matrimonio de Cullera a cambio de 5.300 euros.
"Me obligaron a renunciar a mi hijo. Yo firmé, pero acababa de dar a luz y no era consciente de lo que estaba haciendo", señaló Mónica a LAS PROVINCIAS el pasado viernes. Ahora, el niño se encuentra tutelado por los Servicios Sociales de la Generalitat. "Un único hecho, como este, ya es alarmante. Con un sólo niño abandonado ya hay alarma", aseguró ayer el conseller Juan Cotino en declaraciones a este periódico.
Pero hay más. El 14% de los niños protegidos por la Generalitat sufrieron maltrato físico, mientras que en el 12% de los casos fue de carácter emocional. Según fuentes autonómicas, un estudio del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia establece que se dan más casos de maltrato físico y negligencia entre los niños, a la vez que las niñas padecen más el maltrato emocional y el abuso sexual. De hecho, el 3% de los niños de la Comunitat están en situación de desamparo por este tipo de vejaciones.
Como ejercicio de la guarda de esos niños, la conselleria de Bienestar Social dispone de 90 centros residenciales con un total de 1.200 plazas, así como otras 1.140 en los centros de día.
El pasado 2 de octubre, Emilio encontró, junto al seto cercano al bar que regenta en Valencia, un bebé. "Abrí a las seis de la mañana. Al rato un chico vino a decirme que había oído el llanto de un niño. Aún tenía el cordón umbilical", contó. Tras la llamada al 112, los servicios sociales y la Policía se llevaron al pequeño al Hospital La Fe. "No lo hemos vuelto a ver. Sólo sé que está con una familia de acogida", recordó con añoranza.
El hallazgo del pequeño abandonado, por desgracia, no es aislado. En los últimos días varios niños han vivido situaciones similares en la Comunitat y de ellos se ha hecho cargo la Conselleria de Bienestar Social, con competencias en este ámbito. La lista de abandonos es larga. Hace poco vendieron a un bebé en Cullera y otro fue abandonado en Tarragona.
Sea por abandono, maltrato o renuncia de los progenitores, la realidad muestra que existen cerca de 5.000 menores de edad que se encuentran bajo la protección administrativa de la Generalitat. El 60% de ellos están tutelados y el 40%, con medida de guarda y custodia.
Las cifras se leen con rapidez pero asimilar la historia que se esconde tras ellas es más difícil. Así lo considera el vicepresidente y conseller de Bienestar Social, Juan Cotino, que defiende un tratamiento específico para cada menor. "Las estadísticas agrupan los casos, pero hay muchas historias y detrás de cada una, un ser humano", declaró ayer Cotino a LAS PROVINCIAS al término de la clausura de los cursos que organiza la Asociación de Orientación Familiar Pref.
Aumento por la inmigración
Medio centenar de niños abandonados viven bajo la protección de la Generalitat. Y es que en los últimos años, el número de renuncias, maltratos o negligencias (descuidos) con menores se han disparado. Desde el departamento que dirige Cotino aseguran que la cifra de niños protegidos por la Generalitat ha crecido globalmente en un 25% en los últimos siete años, en cierta medida por el aumento de la población extranjera. De los 5.000 menores atendidos, más de 2.000 son inmigrantes, según datos de la conselleria.
Juan Cotino anunció que, después del verano, la Dirección General de la Familia activará un campaña para explicar a las madres que deben acudir a centros sanitarios o sociales en el caso de que quieran renunciar a sus hijos. "Nunca hay que llegar a estas realidades, pero las madres tienen que saber que si ellas no quieren atenderlos, la Generalitat sí. Hay cientos de familias valencianas que quieren adoptar", manifestó Cotino.
Este año han habido 26 mujeres que, antes de dar a luz, han querido dar a sus hijos en adopción. Y en la actualidad, ocho de cada diez menores en situación de desamparo (unos 4.000 niños) son integrados en un ambiente familiar, a través del acogimiento en familia extensa (con parientes allegados, como abuelos o tíos) o de tipo educadora (sin vínculos familiares).
Como en el caso de la niña valenciana, de apenas cuatro meses, donada por su madre a un hombre en Tortosa (Tarragona), a la que ahora cuida una familia de acogida de urgencia. El pasado 15 de mayo, Mihaela, una joven rumana de 26 años, entregó a su hija a un desconocido porque, "no podía cuidarla", dijo.
Las causas del desamparo de los niños de la Comunitat son tan diversas como escalofriantes. Entre las más comunes destaca la renuncia de los padres a sus hijos, que se da en el 6% de los menores. En este porcentaje se podría incluir Mónica, la vecina de Piles que dio a luz a su hijo hace dos semanas y que, dos días después, lo vendió a un matrimonio de Cullera a cambio de 5.300 euros.
"Me obligaron a renunciar a mi hijo. Yo firmé, pero acababa de dar a luz y no era consciente de lo que estaba haciendo", señaló Mónica a LAS PROVINCIAS el pasado viernes. Ahora, el niño se encuentra tutelado por los Servicios Sociales de la Generalitat. "Un único hecho, como este, ya es alarmante. Con un sólo niño abandonado ya hay alarma", aseguró ayer el conseller Juan Cotino en declaraciones a este periódico.
Pero hay más. El 14% de los niños protegidos por la Generalitat sufrieron maltrato físico, mientras que en el 12% de los casos fue de carácter emocional. Según fuentes autonómicas, un estudio del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia establece que se dan más casos de maltrato físico y negligencia entre los niños, a la vez que las niñas padecen más el maltrato emocional y el abuso sexual. De hecho, el 3% de los niños de la Comunitat están en situación de desamparo por este tipo de vejaciones.
Como ejercicio de la guarda de esos niños, la conselleria de Bienestar Social dispone de 90 centros residenciales con un total de 1.200 plazas, así como otras 1.140 en los centros de día.
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