Un joven que acaba de salir de un hogar de Nuevo Futuro relata cómo le ha ayudado desde que era un niño la asociación que cumple 15 años en Alicante.
J. HERNÁNDEZ La asociación Nuevo Futuro, que prepara ya su popular Rastrillo, cumple 15 años en Alicante, donde gestiona dos pisos para niños de familias con problemas en los que viven 14 menores y por los que han pasado en este tiempo unos 90. Uno de ellos, Manuel Ruiz, de 18 años, ha estado en un hogar la mitad de su vida y pese a ser mayor de edad no pierde contacto con las madrinas de la asociación, que le siguen ayudando. En ellas encontró otra familia. Manuel Ruiz Santiago tenía 7 años cuando la actual presidenta de Nueva Futuro, María Victoria López Villaplana, madrina del piso en el que iba a vivir, le recogió en el centro de recepción de menores de la Generalitat. Ahora, con 18, recuerda que en ese nuevo hogar "era todo muy familiar, nos daban mucho cariño", una vida que contrastaba con los problemas de la familia en la que nació. En ese piso de acogida vivió con algunos de sus hermanos y aún dos de ellos, de 15 y 9 años, están en uno de los pisos. "Ahí conoció el significado de lo que es una familia, desconocido para él hasta entonces", explica la presidenta de Nuevo Futuro.
A los 16 años la Conselleria de Bienestar Social estimó que Manuel debía volver a vivir con su padre, el momento más crítico que ha atravesado hasta ahora. "Lo pasé mal porque fue de un día para otro". Aunque en la actualidad padre e hijo mantienen relación, duraron pocos meses juntos y al joven, que ya no podía volver a su sitio en el piso de Nuevo Futuro al estar ocupado por otro niño, le hicieron un hueco en su casa sus hermanas mayores, Lourdes, de 19 años y empleada en la hostelería, y Vanessa, de 21, que estudia Enfermería para ser pediatra y que al dejar el piso de acogida al cumplir los 18, se marchó un año a estudiar a Estados Unidos.
Ahora Manuel también trabaja en restauración y le gustaría estudiar algún curso en el CDT, Imagen y Sonido o desarrollarse como actor ya que le encanta el teatro, para lo que contará con la ayuda de Nuevo Futuro. "La gente quizá piensa que cuando nos vamos del piso la asociación te deja un poco pero no es así, lo mejor es que después de irme siguen apoyándome, a mí y a todos. Nos dan cariño y apoyo económico ya que nos ayudaron a mis hermanas y a mí a establecernos, y también nos dan ayuda de alimentos y me buscaron trabajo como camarero". Tiene más hermanos, entre ellos un mellizo que vive con su padre y otro más que fue derivado a un centro de acogida. "Cuando llega algún niño nuevo al hogar y se enfada porque no quiere estar en él yo siempre digo que es donde se está mejor". En los pisos viven con los niños educadoras que, según la presidenta de la asociación, hacen la labor de "padre y madre, siempre supervisada por la madrina de cada piso y por el comité de Nuevo Futuro".
La relación es tan estrecha que los niños, aunque hayan dejado el piso, van a la cena de Navidad de la entidad y ayudan en el Rastrillo.
PROYECTO
Pendientes de abrir un tercer piso para menores
Nuevo Futuro ha organizado actividades para recaudar fondos para mantener los pisos de estos menores, entre ellas la gala "Un niño, una sonrisa", o la Gala de la Moda celebrada esta semana. Lo recaudado se sumará a lo que recogió la asociación en el último Rastrillo y a lo que consigan en el próximo, en diciembre. A ello se sumarán los 2.500 euros donados por el club de voley Lloixa de Sant Joan obtenidos de un calendario fotográfico de Cristina Mariscal. La entidad recibe una subvención de 55 euros por niño y día de la Conselleria, y está pendiente de vender un piso que se quedó obsoleto para abrir un tercer hogar.
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