http://www.ideal.es/granada/20081019/granada/anos-quede-nino-hermano-20081019.html
Más de un centenar de padres con problemas mentales, droga o cárcel deja a 150 vástagos en manos de otro familiar que los 'adoptan' bajo tutela de la Junta
19.10.08 -
JOSÉ R. VILLALBA
Rubén no conoce a su madre biológica y el padre continúa en la cárcel cumpliendo una condena de cuatro años. Rubén es un tío muy sano de seis años, que sueña con supermán y se pierde cada día jugando con los coches que guarda en su habitación. Es un niño más, con sus virtudes y sus defectos, con una mente llena de sueños y con una imaginación sin límites. Para él, papá y mamá no son quienes abandonaron el barco hace tiempo sino Rosario y Alejandro, la hermana del padre biológico y su pareja. Ciento cincuenta niños granadinos han sido acogidos por familiares de sus padres biológicos, después de que la Junta les retirara la custodia tras detectar su incapacidad para criarlos.
«Con 21 años me tuve que quedar con el niño de mi hermano y te aseguro que para mí es un hijo más». Rosario Ruiz, la madre, es un todo un monumento a esas personas que hacen posible lo imposible. Hoy tiene 27 años y cría a dos hijos naturales suyos, a otros dos de su pareja y a Rubén. «Aunque Rubén es muy especial», asegura.
Los problemas mentales, la droga o la cárcel se esconden detrás de la mayoría de las familias a quienes la Junta retira la custodia por incapacidad para criar a estos niños.
La asociación Aldaima, responsable de la mediación entre la Junta y las familias acogedoras, organizó ayer un encuentro en Dílar para escuchar las demandas de estas familias y trasladarles todo el apoyo que necesitan. La delegada de la Consejería de Bienestar Social, Magdalena Sánchez, no faltó al acto. «Este programa de acogimiento funciona bien porque logramos que estos niños no se separan del núcleo familiar, cuando hay buenas condiciones para que permanezcan», apunta Concha Cuellas, presidenta de Aldaima.
Estos hijos de la mala suerte han hallado en sus abuelos, en sus tíos e incluso en sus primos a sus otros padres. Eso sí, en el encuentro celebrado ayer las personas mayores se repartían por igual con los más jóvenes. La vida nunca sabe qué puede deparar.
«Yo estoy con Rubén desde que nació. Es un chaval muy cariñoso, el más cariñoso. Y lo único que me genera problemas es el día en que el padre al que suelo ver, pueda pedir la custodia del niño, sin saber que las cosas han cambiado».
Rubén tuvo tiempo ayer para presumir con sus otros cuatro hermanos de que aún conservaba sus dientes de leche. Pedro, Jaime, Raúl o Ana corretearon ayer bajo los castaños de la ermita de Dílar en un día muy especial que pudieron disfrutar todos esos niños granadinos que por el azar de la vida crecen en un hogar distinto al que les corresponde. Pero, en el mejor hogar de todos los posibles.
jrvillalba@ideal.es
«Con 21 años me tuve que quedar con el niño de mi hermano y te aseguro que para mí es un hijo más». Rosario Ruiz, la madre, es un todo un monumento a esas personas que hacen posible lo imposible. Hoy tiene 27 años y cría a dos hijos naturales suyos, a otros dos de su pareja y a Rubén. «Aunque Rubén es muy especial», asegura.
Los problemas mentales, la droga o la cárcel se esconden detrás de la mayoría de las familias a quienes la Junta retira la custodia por incapacidad para criar a estos niños.
La asociación Aldaima, responsable de la mediación entre la Junta y las familias acogedoras, organizó ayer un encuentro en Dílar para escuchar las demandas de estas familias y trasladarles todo el apoyo que necesitan. La delegada de la Consejería de Bienestar Social, Magdalena Sánchez, no faltó al acto. «Este programa de acogimiento funciona bien porque logramos que estos niños no se separan del núcleo familiar, cuando hay buenas condiciones para que permanezcan», apunta Concha Cuellas, presidenta de Aldaima.
Estos hijos de la mala suerte han hallado en sus abuelos, en sus tíos e incluso en sus primos a sus otros padres. Eso sí, en el encuentro celebrado ayer las personas mayores se repartían por igual con los más jóvenes. La vida nunca sabe qué puede deparar.
«Yo estoy con Rubén desde que nació. Es un chaval muy cariñoso, el más cariñoso. Y lo único que me genera problemas es el día en que el padre al que suelo ver, pueda pedir la custodia del niño, sin saber que las cosas han cambiado».
Rubén tuvo tiempo ayer para presumir con sus otros cuatro hermanos de que aún conservaba sus dientes de leche. Pedro, Jaime, Raúl o Ana corretearon ayer bajo los castaños de la ermita de Dílar en un día muy especial que pudieron disfrutar todos esos niños granadinos que por el azar de la vida crecen en un hogar distinto al que les corresponde. Pero, en el mejor hogar de todos los posibles.
jrvillalba@ideal.es
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