lunes, 7 de abril de 2008

Una familia con distinto apellido

http://www.nortecastilla.es/20080407/palencia/familia-distinto-apellido-20080407.html

PALENCIA
Belén Fernández, Fredericc Rosier y sus hijas Patricia y Karen entraron en el programa hace seis años y repiten experiencia con una niña de casi 6 años y que lleva tres con ellos
07.04.08 -
J. O.
Un granito de arena en un enorme desierto. Así quiere calificar su aportación al programa de acogimientos temporales la familia de Belén Fernández, Fredericc Rosier y sus hijas Patricia y Karen. Quien conozca su aportación seguro que piensa que más que un granito es una duna desde que la historia arrancara hace seis años.
En un momento especialmente sensible para Belén dada la gravedad de su padre, escuchar un anuncio del programa de acogimiento familiar de Cruz Roja hizo que quisiera paliar una vida que se iba con otra nueva. Belén y Fredericc no sentían la necesidad de tener otro hijo biológico y sin embargo sí consideraron que tenían un hueco en casa en metros cuadrados de espacio y en toneladas de cariño.
Así llegó la primera niña, que tenía una pequeña discapacidad, y como una hija más en el hogar vivió con ellos durante dos años y medio. «Es una experiencia muy buena, a los niños les das lo que necesitan, y también a la familia le aporta mucho», afirma Belén Fernández.
Después de una dura separación -más para su hija pequeña que entonces tenía casi la misma edad que la que había sido durante dos años y medio su hermana- llegó otra niña, que ya lleva con ellos casi tres años. La pequeña nació en la cárcel, donde los hijos de las presas pueden permanecer hasta que cumplen los 3 años. Entonces su nuevo hogar fue la casa de Belén y su familia, pero la niña está creciendo consciente de que su madre es aquella a quien ve en las visitas a la prisión, y que la familia con la que convive y atiende todas sus necesidades es la de acogida. Se trata también de su familia, pero con distinto apellido, el de acogida, y con la que pasará aún algo más de un año hasta que su madre salga en libertad.
La experiencia es totalmente aconsejable y no digna de admiración, según Belén. «A nosotros no nos ha cambiado la vida, sino para bien, para darnos más cuenta de que la familia, algo que tienes de forma continuada y que no valoras, es el mayor tesoro del mundo», relata. «Lo más difícil es para los niños, son ellos quienes viven los cambios, pero también es lo mejor para ellos», explica. Belén Fernández rechaza el argumento de que por conocer una familia con todo lo que el nombre supone luego vayan a sufrir más. «Es igual que si por no experimentar la vuelta a la rutina del trabajo y del día a día, no quisiéramos irnos de vacaciones», cree.
Esta madre de acogida reconoce que el único inconveniente es la separación, «pero esa pena o dolor no es nada comparable con todo lo bueno que estás viviendo durante el tiempo que está en casa», explica.
Con este argumento, lanza un mensaje de ánimo a cuantas personas o familias hayan paseado la idea por su cabeza. «No hay que pensar en el final del acogimiento, que es lo más duro, sino que en el camino hay muchas cosas buenas», afirma.
Lo importante, y que las familias deben tener muy presente, según asegura, es no perder de vista que el niño no es tuyo y que la situación va a ser temporal. «Hay que sentirles como un hijo más, pero también estando muy seguros de que no te lo van a quitar porque nunca ha sido tuyo», afirma Belén, de apellidos 'acogida y todo corazón'.

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