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El objetivo de priorizar el acogimiento familiar será "más decidido" entre los pequeños de hasta tres años.
Aitziber Atxutegi
Bilbao. El Departamento de Acción Social se ha marcado como objetivo lograr que ningún niño menor de seis años en situación de desprotección ingrese en una residencia, sino que sea acogido por una familia. El II Plan de Infancia, aprobado ayer por el Consejo de Gobierno de la Diputación y que tendrá una vigencia de cuatro años, considera "absolutamente prioritario" el acogimiento familiar e incluye programas novedosos como la profesionalización de estas familias acogedoras.
El objetivo consiste en dar prioridad al acogimiento familiar frente al residencial y en lograr que los niños menores de seis años, especialmente los más pequeños, no estén en residencias, sino en familias "en todos los casos en los que sea posible. En el caso de los niños de 0 a 3 años, el objetivo es que ninguno esté en acogimiento residencial", subrayó el diputado de Acción Social, Juan Mari Aburto. Actualmente los niños de menos de tres años con acogidos en el centro Dolaretxe, en Bilbao.
El año pasado se formalizaron en Bizkaia 82 nuevos acogimientos familiares. De ellos, 37 fueron en familia extensa y 45, en ajena.
El diputado precisó que el 90% de los menores que son acogidos por familias -también existe el acogimiento en residencia, que supone actualmente el 50% de los casos- lo son en hogares pertenecientes a su "familia extensa", como tíos o abuelos. El 10% restante de los menores son acogidos por "familias ajenas" y es en este apartado donde quiere incidir el Departamento de Acción Social para aumentar, dijo Aburto, el número de familias dispuestas a acoger a niños en situación de desprotección.
Para ello, se llevarán a cabo diferentes campañas de comunicación, la primera de ellas, "muy potente", el próximo mes de mayo, que incluirán unas jornadas de comunicación y de trabajo sobre el acogimiento familiar, con el objetivo de "incidir en familias que estén dispuestas a realizar un acogimiento familiar".
Aburto reconoció ayer, en la presentación del II Plan de Infancia, la dificultad que existe hoy en día para encontrar familias dispuestas a acoger menores desprotegidos o en situación de riesgo. "No es fácil", admitió, para recordar que se trata de una opción totalmente distinta a la adopción, ya que en el caso del acogimiento el objetivo es que el menor regrese con su familia una vez superadas las dificultades que han llevado a su separación. Ello, destacó Aburto, exige un compromiso "muy grande" por parte de la familia acogedora. "Hay que estar preparado primero para el desarrollo del acogimiento como tal y segundo para el momento en que ese niño vuelve a su familia de origen", advirtió.
"NO DA TIEMPO" Ello hace que actualmente no se disponga de una bolsa de familias de acogida para hacer frente a las necesidades. "No da tiempo", señaló el diputado de Acción, ya que ya hay niños ingresados en residencias que pasan a convivir con las familias en cuanto son calificadas como idóneas tras superar el proceso de evaluación.
La figura de la familia profesional del acogimiento dará a la institución foral "un margen de maniobra importante para resolver situaciones puntuales, sobre todo en el caso de los niños más pequeños", subrayó el diputado. Para ello se formará a un grupo de familias, que percibirán una remuneración, de forma que estén disponibles para hacerse cargo de un niño "en cualquier momento", explicó.
Según relató Aburto, empezarán a desarrollar esta figura este mismo año. Técnicos del departamento han analizado las experiencias desarrolladas en otros lugares, con una valoración "muy positiva" de las mismas que ha llevado a su puesta en marcha dentro de este II Plan de Infancia. Por el momento no se ha determinado el número de familias que son necesarias y que dependerá "del acogimiento en familia extensa, del acogimiento familiar y de las necesidades que se detecten en cada momento".
Actualmente proporcionar acogida a un niño es un acto gratuito y voluntario aunque, para que la capacidad adquisitiva de la familia no se vea afectada, el Departamento de Acción Social ofrece a las familias acogedoras un apoyo económico. Es de dos tipos: periódico, para contribuir con los gastos de manutención, educación y asistencia sanitaria de los menores, y extraordinario para supuestos derivados de circunstancias especiales que requieran de un gasto extraordinario como ortopedias, ortodoncias o atención psicológica.
DIVERSIFICAR EL ACOGIMIENTO
Para lograr que cada vez sean menos los niños desprotegidos que tienen que ingresar en una residencia, el Departamento de Acción Social diversificará los tipos de acogimiento familiar. Además de los acogimientos en familias profesionalizadas, Aburto citó los acogimientos de urgencia, de corta duración en muchas situaciones; acogimientos de menores con necesidades especiales, y de menores extranjeros no acompañados.
También se trabajará en un programa "específico" destinado a las familias extensas acogedoras, en los casos que sea necesario, "de apoyo e intervención, dotándoles de la formación y los instrumentos necesarios para abordar situaciones que se van a producir en el desarrollo de este acogimiento familiar".
El acogimiento familiar ofrece a muchos niños la oportunidad en una familia adecuada que garantice su normal desarrollo, al tiempo que mantienen su identidad y la relación con sus padres verdaderos y resto de su familia biológica. Los expertos defienden este sistema frente a su internamiento en residencias, ya que lo más parecido a una familia es otra familia. Legalmente, el acogimiento se define como una medida temporal cuyo objetivo es promover la vuelta del menor con sus padres en los casos que sea posible, y que garantiza que el pequeño pueda mantener una relación con su familia de origen a través de visitas.
Inicialmente se intenta el acogimiento en familia extensa y si no es posible se recurre a una familia ajena dispuesta a acoger temporalmente. Existen dos tipos de acogimientos familiares: el simple, pensado para las situaciones en las que existe una alta probabilidad de que el niño pueda volver con sus padres biológicos, y permanente, cuando no existe un pronóstico tan claro de retorno pero la vinculación emocional del menor con su familia tiene que mantenerse.
Diez años de familias acogedoras
Este año se cumple una década desde que se empezó a desarrollar el sistema de acogimiento familiar en Bizkaia. El año pasado se formalizaron en el territorio un total de 82 acogimientos familiares, 45 de ellos en familias ajenas. A la hora de valorar a una familia como idónea para realizar el acogimiento de un niño, desde la Diputación se tienen en cuenta aspectos como disponer de medios de vida estables y suficientes, disfrutar de un estado de salud física y psíquica que garantice la atención normalizada del menor, llevar una vida familiar estable, disfrutar de un entorno familiar y social favorable a la integración del menor, no existir en las historias personales de los solicitantes episodios que impliquen riesgo para el menor, o mostrar flexibilidad en las actitudes y adaptabilidad a situaciones nuevas. Asimismo, también es importante que las familias que se plantean convertirse en una familia de acogida asuman la dificultad inherente a la situación del menor, así como respetar la historia personal del menor. Además, tienen que aceptar las relaciones entre el menor y su familia de origen y, en su caso, el régimen de visitas establecido. >A.A.
Mis estrellas negras: Anna Zingha.
Hace 11 años
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