Familias de acogida celebran su primer encuentro provincial en La Garza

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Linares
La iniciativa nace con el objetivo no sólo de compartir experiencias, sino como una forma de dar a conocer esta alternativa solidaria con los niños
06.04.08 -
IRENE TÉLLEZ
Siempre se ha dicho que en el desarrollo de un niño y su sociabilización no hay nada más importante que el papel que juega la familia. Pero, ¿qué ocurre cuando esos menores deben ser separados de su nucleo familiar por encontrarse desestructuradas o al borde de la exclusión? Es entonces cuando la solidaridad del otro se hace fundamental. La solidaridad de aquellas familias dispuestas a hacer del suyo el hogar de ese niño hasta que el suyo propio pueda entregarle la paz y armonía que necesita para su desarrollo.
Unas familias solidarias que ayer celebraron su primer encuentro provincial en el complejo deportivo de La Garza con el objetivo de compartir sus propias experiencias de una situación que todos describen como «una experiencia enriquecedora, no sólo por lo que aportas al pequeño en su desarrollo, sino por lo que estos niños pueden aportar en tu hogar».
Así, bajo este objetivo, mientras los pequeños disfrutaron de un día de ocio ajenos al desarrollo de las charlas de sus familias de acogida, los mayores compartían experiencias para aprender unas de otras, y a la misma vez fomentar la continuidad de este trabajo que están haciendo por la sociedad. «Esta jornada es una forma de agradecer muy mucho el trabajo que hacen tan importante con el acogimiento de nuestros menores. Es importante que se conozcan, que se cuenten sus experiencias y sus dificultades y que vean como se desenvuelven cada una de ellas. El segundo objetivo, que también es importante, es conseguir más familias acogedoras porque son relativamente pocas», sostenía la delegada de Igualdad y Bienestar Social, Carmen Álvarez, presente en la jornada.
Junto a la familias, los profesionales de la Asociación para la Promoción del Acogimiento Familiar en Andalucía (APRAF), para apoyar a las familias. Esta organización no gubernamental formada por psicólogos, trabajadores sociales y abogados que pretende fomentar precisamente el acogimiento para que estos niños puedan crecer y desarrollarse con todas las atenciones y en un ambiente de cariño, desarrolló a lo largo de la mañana diversas charlas para compartir y a la misma vez enseñar, acerca de todas las posibles experiencias que se pueden tener junto a un niño en acogida familiar.
«La opción de acoger a un menor es muy importate porque el pequeño se beneficia del clima que e vive en una familia comprometida, pero a la misma vez no rompe los vínculos con los padres biológicos», apuntan desde la asociación.
Quizás precisamente es ese factor, el regreso tras un periodo de tiempo con la familia biológica, lo que representa un mayor problema a la hora de decidirse por acoger a un pequeño. «Es difícil hacerte a la idea de que tarde o temprano se marcha, pero creo que se debe de ver desde la perspectiva de que has ayudado al desarrollo de este niño, que le has aportado estabilidad, y que ahora debe seguir con su vida», apunta una de las madres de acogida, que ya ha pasado por tres acogida permanentes, y otros tres temporales, «los más duros».
Acoger a un menor
Entre las características que deben de tener las familias acogidas se recoge precisamente la necesidad de ser conscientes de que se trata de asumir la guardia y custodia, pero en ningún caso los apellidos, ya que la finalidad es que se integren de nuevo en su origen. «Lo primordial es la predisposición y el interés por ser partícipes de una experiencia solidaria y enriquecedora. También es importante que hayan tenido hijos y que tengan un nivel económico elevado como para cubrir todas las necesidades del que llega de nuevas y, posiblemente, haya padecido algunas carencias», explican desde APRAF.
Existen diferentes modalidades a la hora de tener a un menor en el hogar. La más simple va desde los tres a los doce meses, aunque que también se puede hacer de forma permanente (duración más larga). Por otro lado están las familias de urgencia, que son a las que se recurre cuando se detecta un problema en la familia y se declara el desamparo del menor. Es precisamente esta última tipología la que actualmente tiene más necesidad de fomentar, ya que en la provincia de Jaén tan sólo existen cinco familias de urgencia, a las que los menores llegan directamente desde su familia biológica sin pasar por un centro asistencial, por un periodo no mayor de tres meses, hasta que otra familia pueda ocuparse de él durante más tiempo.
Familias ajenas
Por otra parte, también se diferencia dos tipos de familias respecto a la relación que guarden con el menor. Por un lado están las familias ajenas, aquellas que no tienen ninguna relación con los pequeños; y las extensas, formadas por otros familiares del menor que no son sus padres biológicos, normalmente tíos o abuelos, y que en muchos casos suele ser una alternativa menos traumática para los pequeños, al no desvincularse de su familia.


ACOGIMIENTO
F Es la convivencia e integración en una familia acogedora de un niño que por distintos motivos o dificultades temporalmente no puede permanecer con la suya de origen, evitando su estancia en centros de protección de menores
F ¿Quién puede acoger?: Todas las personas que estén dispuestas a ayudar a un niño que atraviese por dificultades, proporcionándole una familia que le preste la atención y el cariño que necesita hasta que se resuelva su situación
F ¿Cuánto tiempo duran?: Se acuerda con la familia en función de las necesidades y circunstancias de cada niño. Están los simples (corta duración), permanentes (larga duración) y urgentes (inmediatas y durante y máximo de tres meses)
F ¿Con qué ayudas cuenta la familia?: Tiene orientación, asesoramiento y apoyo de profesionales como trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos, etcétera. Además, podrán recibir ayudas económicas para afrontar pagos derivados del acogimiento