martes, 4 de marzo de 2008

Más de 100 menores están en situación de acogida en residencias o pisos

http://www.latribunadealbacete.es/secciones.cfm?secc=Local&id=587968

BIENESTAR SOCIAL
Recursos disponibles. Cien menores de la provincia son atendidos bien en el centro de acogida y breve estancia (con 30 plazas) o bien en pisos y hogares. Otros cinco menores están

Menores con circunstancias particulares son los que integran el programa. / EFE TERESA ROLDÁN
En la actualidad son 1.124 los menores de Castilla-La Mancha en situación de protección. De ellos, 623, es decir, el 55,4%,se encuentra en el programa de acogimiento familiar simple y permanente; mientras que 457, el 40,7% está en acogimiento residencial. Además, 44 de ellos, el 3,9%, están en situación de preadopción.En el caso concreto de la provincia de Albacete, en la actualidad, son 105 los menores con medidas de protección que están siendo atendidos en los distintos dispositivos residenciales, de Albacete o regionales. El 56%de ellos han entrado en el programa a lo largo de este año. En concreto, 100 menores están en los dispositivos residenciales existentes en Albacete y cinco en los disponibles en otras provincias de la comunidad autónoma.A este respecto, el número total de plazas disponibles de acogimiento residencial en Albacete es de 100, si bien a lo largo del presente año 2008 es intención de la Delegación Provincial de Bienestar Social que se aumente el número de plazas.recursos. No obstante, en la provincia de Albacete se dispone de diversos tipos de centros más especializados y adaptados según las necesidades y características diferentes de niños y jóvenes.
Uno de ellos, es el CABE Arco Iris, ubicado en la capital albaceteña, de titularidad pública, de régimen abierto, mixto, indicado para menores de cero a 18 años, con un total de 30 plazas y que durante el 2007 tuvo una ocupación media del cien por cien. Se trata de un centro de primera acogida y valoración, que se utiliza como recurso de urgencia y de forma transitoria mientras se valora la situación del menor y se establece la medida más estable y permanente para cada caso.
Junto a este recurso, en la capital también está la modalidad de los pisos u hogares, gestionados por distintas asociaciones y entidades sin ánimo de lucro como Mensajeros, que cuenta con 13 plazas; Pavonianos, con cinco;Hijas de la Caridad, con cuatro; Asociación Comisión Católica Española de Migración, con 29 plazas repartidas en tres bloques de viviendas y Bayco (término rural que da nombre a esta asociación); con otras 19 plazas repartidas entre tres viviendas distintas.Por otro lado, también de titularidad pública, se encuentra el centro Albaidel, aunque éste es sólo de cumplimiento de medidas judiciales de internamiento para menores con problemas graves de conducta, que en algunos casos han cometido un delito.
El acogimiento residencial es una medida que tiene por un lado un carácter instrumental y por otro una temporalidad, en el sentido de que los menores que requieran un hogar de sustitución por tiempo indefinido o muy larga estancia deberían orientarse hacia el acogimiento familiar.Por ello, los hogares y residencias de acogida, en sus diferentes modalidades, configuran un tipo de recurso social indicado para aquellos menores que precisan de un contexto de convivencia sustitutivo de la familia.
destinatarios. Según informó la jefa del Servicio de Familia de la Delegación Provincial de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, pueden ser objeto de atención de los distintos recursos residenciales todos los menores de 18 años que se encuentren en situación de desamparo o en grave riesgo de cualquier forma de maltrato. Por ello, de manera específica se entiende que las medidas residenciales serán aplicables a aquellos menores en los que existe una necesidad de separación con respecto al núcleo familiar y para los cuales la medida de acogimiento familiar no es posible o es desaconsejable.
Los recursos residenciales tienen como función esencial el ejercicio de la acción educativa y socializadora que todo menor tiene derecho a recibir y que por regla general se desarrolla en un contexto familiar. En ausencia de la familia, las residencias de menores se convierten en su principal soporte educativo y de desarrollo. Para cumplir esta finalidad se deberán tener en cuenta tres grandes objetivos: constituir un entorno de seguridad y protección para los menores; potenciar el máximo desarrollo y crecimiento personal en las principales dimensiones intelectual, afectiva, social y de salud, de forma que la permanencia en un hogar o centro no solamente evite el deterioro propio de una inadecuada situación familiar, sino que contribuya a superar los posibles trastornos o retrasos que el menor pueda presentar; integrar a los menores en los principales contextos de socialización como la escuela, la comunidad o en su caso, el trabajo.

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