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Los ourensanos presentaron durante el pasado año un total de 47 solicitudes en el extranjero
L.R. - Ourense - 03-03-2008
Etiopía ha desbancado a China y ha pasado a ser el país donde los ourensanos que desean ser padres presentan el mayor número de solicitudes en el caso de optar por las adopciones internacionales. Así, de los 78 expedientes tramitados por la Secretaría Xeral de Benestar el pasado año, 47 fueron realizados en el extranjero y 31 en el ámbito nacional, donde, además, se produjeron un total de 16 resoluciones de acogimiento preadoptivo y ocho autos de adopciones producidos.
Los ourensanos presentaron durante el pasado año un total de 78 solicitudes de adopciones, 47 internacionales y 31 nacionales. La preferencia por las primeras se mantiene en los últimos años -porque el proceso es más rápido-, si bien se ha producido un leve descenso, puesto que en el 2006 se tramitaron 52 peticiones, lo contrario de lo que ha sucedido en las españolas, que han aumentado en cinco expedientes.
Además, China ha dejado de ser el país donde más adopciones realizan los ourensanos, pues ahora se sitúa a la cabeza Etiopía, con 16 expedientes en 2007, frente a los 12 tramitados en el país asiático -en 2006, China registró 32 solicitudes frente a las seis de Etiopía-. Otros lugares donde se solicitaron adopciones desde la provincia en 2007 fueron Colombia (6), Filipinas (3), Nepal (4) y Ucrania (2), entre otros.
El matrimonio ourensano formado por Enrique Alvarez y Sara Fernandez adoptó el pasado mes de mayo un niño de ocho años en Etiopía, porque ’nos pareció más fácil llevarlo a cabo allí -en seis meses arreglamos todo el papeleo-’, afirmó el padre.
Explica que como no tenían hijos -se casaron ya mayores- y deseaban ser padres, ’siempre lo tuvimos claro y optamos por un niño mayor por nuestras edades, 50 y 51 años, ya que no podía ser un bebé. Estamos muy contentos, porque nos ha aportado alegría, otras metas y no tenemos dudas de que hemos hecho lo correcto y de que saldrá una buena persona’.
Relata que desde el primer día ’nos llamá papás y aunque es difícil adaptarnos a la nueva situación tanto para él como para nosotros, se notan los progresos’. Explica que le cuesta aceptar algunas normas, ’como los horarios para ir a la cama o a casa después del colegio, pues su cultura es diferente, además de ser un niño que ha pasado mucho tiempo en la calle, en una zona conflictiva de guerra’.
Con todo, señala que está completamente integrado en el colegio y en la familia. ’Es muy feliz aquí. Tiene muchos amigos, es muy sociable, cariñoso e independiente y, a pesar de que hay momentos duros, no estamos arrepentidos. No nos planteamos renunciar a él’.
Por ello considera que ’si quiere volver a su tierra es un buen síntoma, queremos que conozca sus orígenes y nos gustaría volver allí con él a conocer a su gente, con la que ahora no mantiene contacto, aunque nos habla de ellos’.
Mis estrellas negras: Anna Zingha.
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