miércoles, 2 de julio de 2008

Voluntarios para hacer familia

 
Una organización que colabora con la Junta busca en Zamora personas para acompañar a menores del sistema de protección
 
TERESA SANTOS. A falta de la cercanía de un familiar emocionalmente estable, un voluntario. Con esa filosofía, la organización Asecal busca en Zamora personas para acompañar a menores con expediente de protección, dentro del programa Enlace de la Junta de Castilla y León.
La mayoría de los jóvenes que pertenecen al sistema de protección, por carecer de personas que se ocupen de ellos bien por fallecimiento, bien por una incapacidad, sufren carencias de tipo afectivo y una escasez de habilidades básicas que se convierten en «barreras, a veces insalvables, cuando se incorporan a su vida adulta», señala Flor Montes, responsable del programa Enlace en Asecal, una asociación de carácter social.
Inmigrantes o procedentes de familias con problemas de drogodependencias, en exclusión social, o con discapacidades severas, son jóvenes con bajos niveles de autoestima y llenos de inseguridades, para los que puede resultar muy positivo contar con un referente externo al sistema de protección.
Rodeados de educadores, los adolescentes tienen su parte afectiva «sin cubrir, por mucho que trabajen excepcionalmente con ellos». «Estos chicos tienen muchos profesionales a su alrededor, más que personas que quieran estar con ellos, no porque cobren», prosigue Montes.
Así, se buscan voluntarios, personas con las que crear lazos afectivos, mejor si son duraderos. La organización sabe de casos, de relaciones entre voluntarios y menores que han perdurado incluso con traslados de ciudad de por medio, por parte bien del joven, ya mayor de edad, bien del voluntario.
Ocurre que muchas veces los jóvenes se encuentran con que a los 18 años están fuera del sistema de protección, y sin un referente. «Es como si te hicieran las maletas y te dijeran ahí está la puerta, no es tan drástico, pero es la realidad». A veces son jóvenes que ya trabajan y se ven en la calle «con dinero pero sin muchas habilidades sociales y personales», lo que conlleva un «riesgo alto». Quienes buscan trabajo, quizá no sepan ni dónde acudir, ni a quién recurrir. Podrían pedir ayuda en el centro donde han vivido hasta la mayoría de edad pero «a veces estos chicos no quieren ni recordar que han estado en el sistema de protección», apunta Montes.
El programa Enlace no es nuevo en Zamora, pero en sus cuatro años de desarrollo ha tenido poca actividad en la capital. Sólo ocho chicos y chicas han podido beneficiarse en todo ese tiempo de una iniciativa que brinda la interrelación con un adulto ajeno al sistema de protección. La idea es que, fruto de esas vivencias compartidas, de una relación de amistad, se puedan efectuar «cambios a nivel personal que ayuden a la toma de decisiones personales, a la superación de momentos críticos y al aprendizaje de habilidades y recursos».
Zamora es la provincia, de las cuatro de Castilla y León en las que trabaja Asecal con el programa Enlace, que plantea más dificultades a la hora de encontrar voluntarios. Lo contrario sucede en Salamanca, quizá por tener una población de estudiantes de Psicología o Trabajo Social interesados en hacer prácticas con el acompañamiento de estos menores, que siempre cuentan con entre 14 y 18 años de edad, aunque lo más habitual es que estén cerca de la mayoría de edad, cuando más necesitan de este tipo de recurso, de un acompañamiento que favorezca el tránsito a la vida adulta.
«No sé si es por ese motivo, esto es, por la ausencia de estudiantes de esas especialidades, o porque en Zamora hay menos sensibilidad, o que es lo qué sucede», se pregunta la responsable del programa en Asecal. Eso sí, asegura Flor Montes que «los voluntarios con los que trabajamos en Zamora son muy buenos». A falta de cantidad, calidad.
En Zamora se necesitan ahora mismo acompañantes para dos menores. No hay un tiempo ni un horario establecido al día o a la semana, aunque sí se pide a los voluntarios un equilibrio emocional para tratar con chicos y chicas que «se han llevado muchos palos en la vida» y que tienen historias duras, a veces de malos tratos. La organización asesora a los voluntarios y les ofrece formación para dotarles de habilidades de comunicación con los chicos.
La relación con ellos es «más normal de lo que pudiera pensarse en un principio» si bien dicen que los menores «tardan en dar confianza».

Programa Enlace
El programa Enlace tiene su base en el acompañamiento personal a jóvenes mayores de 14 años que estén dentro del sistema de protección. La participación en el programa requiere que el menor manifieste su voluntad de establecer una relación con el voluntario.
Uno de sus objetivos pasa por crear puentes efectivos entre el joven y la comunidad en la que está inmerso a través de la cercanía con personas que reconozca como referentes importantes a nivel íntimo y personal.
La labor del voluntario no estriba en su capacidad técnica, sino de relacionarse con el otro y vivenciar su historia.

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