miércoles, 13 de mayo de 2009

Se necesitan 19 familias para acoger a 27 menores guipuzcoanos maltratados

http://www.diariovasco.com/20090513/al-dia-local/necesitan-familias-para-acoger-20090513.html

La Diputación busca hogares para atender a chavales separados de sus padres. La mayor parte son parejas de hermanos, desde bebés hasta niños de 12 años
FERNANDO SEGURA SAN SEBASTIÁN.

DV. 27 menores guipuzcoanos que han padecido malos tratos por parte de sus padres necesitan urgentemente familias que los acojan. Este escueto enunciado esconde un drama y una esperanza. La tragedia de haber sufrido palizas, abusos sexuales o abandono por parte de los padres biológicos y la esperanza de rehacer la vida en una nueva familia de acogida temporal. No es una utopía. En Gipuzkoa en la actualidad 217 menores viven en 177 familias.
Estos 27 menores requieren 19 familias que se comprometan a acogerlos en sus casas. La mayor parte son parejas de dos hermanos, excepto un grupo de tres. La franja de edad más numerosa, once menores, tiene entre 6 y 12 años, en tanto que otros catorce van desde los pocos meses hasta los 5 años.
La cruda realidad de los chavales que sufren malos tratos en el seno de su familia biológica es una lacra en ascenso. Así lo indicó el lunes la diputada de Política Social en las Juntas Generales. La Diputación atendió el año pasado a 801 menores, frente a 561 en 2007, un incremento del 42,7%.
La Diputación dispone de centros para la atención de estos niños. Sin embargo, este recurso es el último a utilizar. Se intenta que los menores se inserten en un nuevo hogar, pero no siempre resulta fácil. De hecho, la institución foral desarrolla todos los años una campaña para captar familias. La iniciativa suele dar buen resultado pero, al tratarse de un problema en ascenso, siempre se requieren nuevos hogares.
Temporal
Una de las dificultades para lograr familias de acogida estriba en su carácter temporal. Los nuevos padres deben tener siempre presente que el chaval puede volver con sus progenitores biológicos en el caso de que se resuelven los problemas que originaron la separación. Además, el contacto del menor con su familia se mantiene, siempre que sea posible, aunque resida en el hogar de acogida.
José Ignacio Insausti, director foral de Infancia, explica que es importante que la familia receptora «asuma que debe permitir que el menor mantenga el contacto con la familia biológica. A veces, alguien puede pensar que una vez que acoge al menor, se convierte casi en un hijo natural. No es así. Se trata de un tipo de acogimiento en el que se fomenta que el menor mantenga la relación con sus padres y, en su caso que vuelva con ellos».
La realidad indica que el reingreso de los niños en el hogar de los progenitores sólo se da en el 2% de los casos. Por tanto, la inmensa mayoría se queda con los 'nuevos' padres hasta los 18 años. En ese momento, se emancipan con el apoyo de la Diputación, pero habitualmente mantienen una relación de por vida con los padres adoptivos.
Las familias receptoras reciben ayudas económicas de la Diputación. Estas se han fijado en 600 euros al mes por cada menor. En el caso de que éste presente algún problema y que requiera una atención especial, la subvención se eleva a 1.238,60 euros mensuales.
Insausti señala que las familias que deciden participar en este programa no lo hacen por dinero. «Se trata de personas con un alto grado de altruísmo. No hay que olvidar que meten en su casa a un menos que ha sufrido situaciones muy difíciles. El alto grado de implicación de la familia de acogida -indica el responsable foral- explica el buen resultado de la iniciativa. Esta actitud no se logra con dinero, sino por el buen hacer de estas personas».
Clase media
La tipología de los malos tratos que han padecido estos niños va desde la agresión física hasta al abandono, pasando por el abuso sexual (ver gráfico).
Insausti quiere romper estereotipos sobre el tipo de familias donde se producen estos hechos. «Hasta hace poco se solía pensar que se trataba de hogares desestructurados y de clase baja. En realidad, es una situación que se da en todos los estratos sociales, pero especialmente en la media y también en la media-alta».
El director de Infancia explica que el incremento en el número de menores atendidos se debe a que se está haciendo un trabajo importante de detección. «Estas situaciones siempre se han dado, pero quizá no se ponían en conocimiento de las administraciones. Se miraba para otro lado, algo que hoy todavía se sigue haciendo. Denunciar que unos padres no están cumpliendo con su deber - asegura Insausti- es algo que cuesta: podemos tenerlo en nuestra vecindad cuando no en nuestra familia. No es fácil tomar la decisión de darlo a conocer para que se tomen las medidas oportunas».

<< Las familias interesadas en acoger a un menor pueden llamar al teléfono: 943-45-77-40
En Gipuzkoa hay en la actualidad 217 niños en 177 hogares de adopción temporal >>

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