domingo, 17 de mayo de 2009

Cruz Roja recibe en quince días más de 300 solicitudes de familias para acoger niños en desamparo

 
LOURDES S. VILLACASTÍN La campaña de acogimiento familiar Cuando una puerta se cierra, otra se abre puesta en marcha por la Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda en colaboración con Cruz Roja ha recibido en apenas quince días 313 llamadas de familias interesadas en acoger a un niño canario en situación de desamparo y que actualmente se encuentra bajo la protección del Gobierno.

El objetivo del programa, iniciativa de Cruz Roja e inédito en la comunidad autónoma, es ofrecer a unos 1.146 niños -de 0 a 18 años-, que viven en centros y hogares tutelados por la Dirección General de Protección del Menor, una familia en donde crecer, ser educados y atendidos de manera temporal.

La campaña informativa se puso en marcha el pasado 30 de abril y desde entonces el teléfono que se habilitó para ello (900 878 773) no ha parado de sonar en Cruz Roja. Se espera que en un año unos 90 niños puedan contar con una familia.

La mayoría de las llamadas recibidas hasta el momento proceden de las islas de Gran Canaria y de Tenerife aunque ha habido también personas interesadas que viven en las islas menores.

Olga Nasco, responsable del programa en Cruz Roja, explica que los únicos requisitos previos que se han establecido para el acogimiento es que los solicitantes tengan un trabajo estable, un domicilio y un espacio en donde pueda vivir el menor.

"No hay ningún obstáculo si se es soltero, se vive en pareja sin estar legalmente casado o se es una pareja gay. Tampoco hay tope de edad", dice.

Nasco señala que lo único que tienen que tener claro los solicitantes que quieran acoger a un niño es que se trata de un "acogimiento temporal" y nunca de una "adopción".

La situación de desamparo no significa que el menor no cuenten con una familia biológica sino que ningún miembro de la misma puede hacerse cargo de él. El Gobierno de Canarias, quien tiene la guarda y tutela del niño, deberá solicitar permiso a la familia biológica antes de dar el visto bueno al acogimiento. El menor además mantendrá durante la acogida el contacto que tenía con los miembros de su familia biológica.

Posteriormente, la organización no gubernamental les dará un curso de formación a los solicitantes para que sepan lo qué es el acogimiento y el proceso de integración del niño en un nuevo hogar.

Cruz Roja será también la responsable de evaluarlas a través de dos educadoras, una trabajadora social y una psicóloga a los solicitantes.

El informe de Cruz Roja se remitirá a la Dirección General de Protección del Menor y de la Familia, quien se encargará finalmente de decidir si se concede o no el acogimiento.

El proceso puede estar abierto durante varios meses hasta que las familias acojan en su casa al menor.

El teléfono habilitado para recibir información sobre el programa seguirá abierto para las personas interesadas.

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