La asociación Hogar Abierto lanza una nueva campaña para captar a más familias que quieran cuidar a niños y adolescentes
Ángel Recio / Málaga | Actualizado 11.06.2009 - 01:00
Parece mentira que en una sociedad moderna como la actual aún haya niños totalmente desamparados. Pero es así. Menores que sufren maltratos, o que tienen padres drogadictos, encarcelados o simplemente desaparecidos, entre otros muchos problemas. Afortunadamente, una sociedad moderna como la actual también tiene cosas positivas como instituciones que se hacen cargo de esos menores y, sobre todo, personas solidarias que, sin recibir nada a cambio, son capaces de ayudar a estos niños con la ilusión de que sean personas de provecho en el futuro y no sean carne de cañón de la marginalidad.
En Málaga la asociación Hogar Abierto trabaja desde hace 11 años en el acogimiento temporal de los menores con problemas familiares en colaboración con la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En estos momentos, según datos aportados ayer por la delegada provincial de Bienestar Social, Amparo Bilbao, hay 820 menores acogidos por familias de los cuales 221 están siendo atendidos por personas que no tienen ningún tipo de vínculo familiar con ellos. En 2008 hubo 51 nuevos acogimientos frente a los 36 del año anterior. En los centros de protección de menores hay 423 personas por lo que, en total, hay 1.243 menores acogidos o en estos centros en la provincia.
Acoger a un menor tiene doble mérito. Por una parte se ayuda a una persona indefensa en uno de los peores momentos de su vida y, en segundo lugar, el interesado sabe que, pese a que le pueda tomar cariño al menor, este proceso es temporal y no es una adopción como tal, ya que el objetivo último es que el menor pueda volver con su familia cuando ésta esté sin dificultades. De hecho, el periodo medio de acogimiento es de seis meses a un año, salvo en aquellos casos que, por especiales dificultades, sea permanente y la familia que acoge pueda tener la tutela del menor.
Alberto Peláez, presidente de Hogar Abierto, agradece el apoyo de las familias pero "tenemos que captar a más y evitar los posibles prejuicios que puedan surgir". Uno de ellos, por ejemplo, es pensar que los adolescentes pueden ocasionar más problemas a los padres de acogida "cuando no es así ya que al ser más mayores son conscientes de que intentas ayudarlo". Esta asociación ha lanzado una nueva campaña para atraer a más familias en la que vuelve a contar con el barítono malagueño Carlos Álvarez, que además es presidente de honor de este organismo. "Debo destacar la generosidad inmensa, la idoneidad y la capacidad de estas familias de prestar servicios a toda la sociedad desde la desesperanza porque estas familias no tienen nada que recibir, sólo dan", afirmó Álvarez, quien pidió a los posibles interesados que no tengan dudas sobre el funcionamiento de esta asociación.
El acogimiento habitual es el de menores, pero recientemente se ha incorporado la figura del acogimiento de urgencia, a través del cual se puede llevar a bebés abandonados o con padres con problemas directamente desde el hospital a estas familias de acogimiento. En Málaga hay seis familias que tienen bebés y otras tres están a la espera de que surja cualquier caso. "Estas familias tienen siempre el móvil encendido porque saben que las podemos llamar a cualquier hora", destacó Amparo Bilbao. No cualquier familia vale para acoger un niño. Debe pasar unas evaluaciones por parte de profesionales y recibir una formación específica. Eso sí, tienen la grandeza de querer ayudar sin pedir nada a cambio.
En Málaga la asociación Hogar Abierto trabaja desde hace 11 años en el acogimiento temporal de los menores con problemas familiares en colaboración con la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En estos momentos, según datos aportados ayer por la delegada provincial de Bienestar Social, Amparo Bilbao, hay 820 menores acogidos por familias de los cuales 221 están siendo atendidos por personas que no tienen ningún tipo de vínculo familiar con ellos. En 2008 hubo 51 nuevos acogimientos frente a los 36 del año anterior. En los centros de protección de menores hay 423 personas por lo que, en total, hay 1.243 menores acogidos o en estos centros en la provincia.
Acoger a un menor tiene doble mérito. Por una parte se ayuda a una persona indefensa en uno de los peores momentos de su vida y, en segundo lugar, el interesado sabe que, pese a que le pueda tomar cariño al menor, este proceso es temporal y no es una adopción como tal, ya que el objetivo último es que el menor pueda volver con su familia cuando ésta esté sin dificultades. De hecho, el periodo medio de acogimiento es de seis meses a un año, salvo en aquellos casos que, por especiales dificultades, sea permanente y la familia que acoge pueda tener la tutela del menor.
Alberto Peláez, presidente de Hogar Abierto, agradece el apoyo de las familias pero "tenemos que captar a más y evitar los posibles prejuicios que puedan surgir". Uno de ellos, por ejemplo, es pensar que los adolescentes pueden ocasionar más problemas a los padres de acogida "cuando no es así ya que al ser más mayores son conscientes de que intentas ayudarlo". Esta asociación ha lanzado una nueva campaña para atraer a más familias en la que vuelve a contar con el barítono malagueño Carlos Álvarez, que además es presidente de honor de este organismo. "Debo destacar la generosidad inmensa, la idoneidad y la capacidad de estas familias de prestar servicios a toda la sociedad desde la desesperanza porque estas familias no tienen nada que recibir, sólo dan", afirmó Álvarez, quien pidió a los posibles interesados que no tengan dudas sobre el funcionamiento de esta asociación.
El acogimiento habitual es el de menores, pero recientemente se ha incorporado la figura del acogimiento de urgencia, a través del cual se puede llevar a bebés abandonados o con padres con problemas directamente desde el hospital a estas familias de acogimiento. En Málaga hay seis familias que tienen bebés y otras tres están a la espera de que surja cualquier caso. "Estas familias tienen siempre el móvil encendido porque saben que las podemos llamar a cualquier hora", destacó Amparo Bilbao. No cualquier familia vale para acoger un niño. Debe pasar unas evaluaciones por parte de profesionales y recibir una formación específica. Eso sí, tienen la grandeza de querer ayudar sin pedir nada a cambio.
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