lunes, 1 de diciembre de 2008

Piedad ha vuelto a un centro de menores

 
jueves, 27 de noviembre de 2008
La Palmas de Gran Canaria/ Según un comunicado emitido por Prodeni, la niña Piedad ha vuelto a un centro de menores del cabildo de Gran Canaria desde hace un mes. La niña sufre transtornos físicos y de carácter. Éste sería el cuarto centro por el que ha pasado la pequeña en su corta vida.

PIEDAD, fue retirada a su madre biológica a los siete meses de nacer; estuvo sucesivamente en dos centros de menores hasta los tres años; luego fue dada en acogimiento preadoptivo en La Orotava, residiendo feliz en su nueva familia casi tres años, hasta que, por orden judicial, a demanda de la madre biológica, el 10 de mayo de 2007 la separan de esta familia ingresándola en un centro de menores del cabildo de Santa Cruz de Tenerife; la privan de todo contacto y comunicación con su mundo afectivo y meses después la entregan a la madre biológica, con la que permanece alrededor de un año, hasta que a finales del pasado mes de octubre vuelve a caer en un centro de menores, el cuarto en su corta existencia, evidenciándose el fracaso de la medida.

El caso PIEDAD mereció un notable interés informativo a caballo entre 2006 y 2007, en que duró la pugna legal, con una acción de la Justicia fuertemente inclinada a favor de los intereses y derechos de la parte biológica y en contra de los intereses y derechos de la niña, que nunca fue escuchada, desestimándose asimismo informes técnicos y profesionales (incluso de Protección de Menores) contrarios al desarraigo de la menor del lugar donde había encontrado estabilidad y felicidad.

Si bien, en un principio, el Gobierno Canario tuvo clara la defensa de PIEDAD y se posicionó ante el estamento judicial en defensa de los intereses y necesidades de la niña, finalmente cambió de actitud, llegando, incluso, a denunciar a los acogedores preadoptivos, acusándolos de obstrucción a la justicia, motivo por el cual se están enfrentando éstos a sucesivas multas y juicios, con una condena recaída por desobediencia y pendientes de un nuevo juicio señalado para el mes de febrero de 2009.

Entre el 10 de Mayo de 2007 y su vuelta a un centro de acogida a finales del mes pasado, el trayecto de esta niña está sembrado de silencios y absoluta opacidad, hasta el punto de que el propio juzgado de familia nº 5 de Las Palmas, careció de informes sobre la evolución de PIEDAD en el centro de menores hasta que fue entregada a la madre biológica, tal como acreditó la propia jueza, primero en una providencia de Enero de 2008, en el que reiteraba demanda al Gobierno Canario de los informes no recibidos de la menor entre junio y octubre de 2007, y luego, en su resolución de ejecución de la disposición de entrega de la niña, en Febrero de 2008, basándose únicamente en una información telefónica desde La Dirección General del Menor de que la niña estaba bien.

Según Prodeni, no cabe duda de que la noticia de la vuelta de PIEDAD a un centro de acogida es un auténtico escándalo que indignará a una opinión pública que había estado fuertemente posicionada a favor de la estancia de la niña en La Orotava, en contra del proceder de una acción de la justicia, de un ministerio fiscal y de protección de menores que la han arrojado a "los pies de los caballos". Y no nos vengan ahora diciendo que esta nueva coyuntura no estaba prevista en el guión porque el futuro de la niña quedó fatalmente escrito a partir del 10 de mayo de 2007, en que fue condenada por un sistema impropiamente llamada de Protección de Menores que ejerció eficazmente de verdugo de otro llamado impropiamente de Justicia, tal como así lo entienden los miles y miles de ciudadanos que no entienden que estas cosas puedan ocurrir en una sociedad avanzada del siglo XXI.

Y es que el caso PIEDAD, en Canarias, como lo fuera el de DIEGO, el niño de El Royo, en Salamanca, es una muestra de ineficacia demostrada de las instituciones, que en vez de velar por los derechos e intereses de los niños, son, por el contrario, la causa de su desgracia.

En ese sentido el largo peregrinaje de PIEDAD por este camino de despropósitos administrativos y judiciales tiene que acabar cuanto antes porque tiene derecho a su felicidad, la que un día obtuvo en La Orotava, a donde ahora debería volver. Su regreso a La Orotava es el único buen fin que deberíamos conseguir a esta pobre niña, mientras seguimos peleando hasta conseguir una justicia afín a la protección, de verdad, y a la defensa, de verdad, de los derechos y necesidades de los niños y niñas.

Que nadie, desde las instituciones (generalmente "de tapadillo" y sin dar la cara) venga ahora queriendo "dulcificar" este monumental fracaso de regreso de PIEDAD con su madre biológica, diciendo que estas cosas son imprevisibles o acudiendo al fácil recurso de la fatalidad o la mala suerte. Si PIEDAD está en un centro de menores no es por circunstancias inesperadas sobrevenidas, puesto que era una situación que sabíamos se iba a producir más tarde o más temprano, y, eso que por parte de la Administración Canaria, se puso todo el empeño en ayudar a esa madre, con los resultados que todos ahora podemos comprobar.

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