miércoles, 17 de diciembre de 2008

La crisis obliga a las familias a limitar la acogida temporal de niños a un máximo de dos hermanos

 
Las dificultades económicas dejan a niños de familias numerosas sin posibilidad de salir de los centros tutelados de la Comunitat
16.12.08 -
E. BROTONS| ALICANTE
 
Se necesitan con urgencia familias que estén dispuestas a acoger a hermanos menores de edad que no pueden vivir o no es conveniente que estén con sus padres biológicos. Éste es el llamamiento que realizan desde la Asociación de Voluntarios de Acogimiento Familiar (Avaf) de Valencia. Y es que la crisis económica está obligando a las parejas educadoras a limitar el número de niños que acogen temporalmente en su hogar hasta que se resuelve su situación familiar.

"Hay casos urgentes de hermanos que necesitan una familia de acogida. Antes salían con más facilidad, pero con la crisis es mucho más complicado y las residencias están llenas", explica Laura Rodilla, trabajadora social.

Por menor en acogida las familias reciben una ayuda de la administración de 250 euros al mes. Se trata de una ayuda ajustada para una pareja de nivel económico medio, ya que hacen frente a todos los gastos del niño: alimentación, ropa, dentista, tratamiento psicológico si fuera necesario... Además, estas subvenciones siempre se reciben con meses de retraso.

Es por ello que las familias deciden acoger a un máximo de dos hermanos. "Cuando son tres o cuatro niños es mucho más complicado. El gasto es mayor", explica Rodilla, quien también apunta que hay dificultades para encontrar el recurso a menores inmigrantes, de 8 y 9 años, que están llegando solos desde Marruecos.


Veinte peticiones
La organización de Valencia se ha hecho cargo de las peticiones de la provincia tras cerrarse el pasado año la sede en Alicante. Durante 2008 han recibido una veintena de solicitudes de parejas alicantinas dispuestas a formarse como familias educadoras.

Una de las funciones de Avaf es la de derivar todas estas solicitudes a los técnicos de la Conselleria Bienestar Social para que los interesados se sometan a un curso de formación y poder ser catalogados como idóneos. Durante el pasado año, la organización recibió una quince nade peticiones, cifra que aumentó a 39 en 2006.

Desde Avaf descartan que este recurso esté estancado, aunque reconocen que todavía falta una mayor difusión. Las quejas de las familias por los retrasos a la hora de recibir la ayuda y los problemas de la Administración en realizar el seguimiento del menor asignado tampoco ayudan a potenciar un recurso importante para que "los niños dejen las residencias, que nunca son un entorno adecuado. Ahora llegan las Navidades y no es lo mismo que estar con una familia; son niños que han sufrido y necesitan una estabilidad afectiva".

El perfil de la familia educadora es muy variado. Según la trabajadora social, hay mucha gente que procede del mundo de enseñanza, también hay solteros que están decididos a acoger y mujeres jubiladas que disponen de más tiempo y apuestan por este recurso.

Aun así, existe la posibilidad de que una familia inicie el acogimiento los fines de semana o el periodo de las vacaciones para ver como se adaptan con el menor antes de tomar una decisión definitiva. Deben tener claro que son niños que tienen una fecha de llegada y otra de vuelta con su familia biológica.

Casi treinta niños de la Comunidad esperan una familia de acogida

 
E. P. | SANTIAGO Martes, 16-12-08
 
Un total de veintiseis, de los que veintitrés en la provincia de La Coruña, están a la espera de una familia a través del proyecto de Acogimiento Familiar que desarrolla la Cruz Roja, en colaboración con Vicepresidencia de Igualdad y Bienestar. Según informó esta organización, se trata de niños y adolescentes bajo medida de protección jurídica o administrativa por algún problema en su hogar, abandono, o maltrato familiar, y a los que se proporciona cuidados y apoyo temporalmente mientras se solucionan los problemas de la familia de origen. En la actualidad, 140 niños están ya en familias de acogida; de ellos, 71 están siendo atendidos por 50 familias coruñesas; 14, en Lugo, 28 en Orense y 27 en Pontevedra. De los 26 menores que están en espera de una familia de acogida en toda Galicia, veintitrés corresponden a la provincia coruñesa, uno a Orense y dos a Pontevedra.
 
Entre los menores que buscan una familia en la provincia herculina hay siete grupos de hermanos: uno compuesto por cuatro hermanos, dos de tres hermanos y cuatro de dos. También hay dos bebés en preadopción para los que se necesita que una familia (de uno o varios miembros) se haga cargo de ellos en sus primeros meses de vida, mientras se tramita la adopción definitiva.
 
Desde el inicio del programa, en 1995, se han llevado a cabo en Galicia 804 acogimientos de menores, a través de Cruz Roja. En el momento en que una familia muestra interés por formar parte del proyecto se pone en marcha un proceso de valoración, formación y de evaluación que garantiza su idoneidad. En todo este proceso, la Cruz Roja trabaja en colaboración con Vicepresidencia.

Sólo doce familias están dispuestas a adoptar a un niño en desamparo

 

Hay casi cuatrocientos menores que viven en los centros de protección de la provincia · Cerca del 70% de ellos tiene más de 13 años · Los extranjeros no acompañados representan casi la mitad del total

Ester Araúzo / Granada | Actualizado 15.12.2008 - 01:00
 
Llevan consigo una historia, siempre triste, que les ha hecho acabar en una situación de desamparo. Algunos han sufrido abusos, otros fueron separados de sus padres porque éstos descuidaban hasta sus necesidades más básicas y otros llegaron en una patera y están solos en el país. Todos residen ahora en un centro de protección bajo tutela de la Junta. Son 394 menores.

Algunos, principalmente los más pequeños, esperan una familia dispuesta a hacerles un hueco en su vida, pero en este momento, en el programa de acogimiento preadoptivo sólo hay 12 familias inscritas. Resulta difícil casar los números. En todo el año pasado fueron 56 los niños que encontraron una familia de adopción.

Aunque tampoco se persigue este destino para todos los menores, aclara la jefa del Servicio de Protección de Menores, Alicia Núñez. "A veces se considera que el centro es el recurso más apropiado. Normalmente cuando son más mayores no sólo es más difícil encontrar una familia para ellos, sino que también para el menor es más difícil la adaptación", explica. "Además, en algunos casos se está trabajando para intentar que vuelvan con su familia biológica o se está diagnosticando el caso". El tiempo medio de estancia en el centro oscila entre los seis meses y los dos años, cuenta.

La realidad es que el 70%, en concreto 274 menores, tienen más de 13 años y a partir de ese momento el recurso de la adopción se complica. Aunque también hay 120 niños que no llegan a esa edad, e incluso 51 no superan los cinco años. Por género, hay bastantes más niños que niñas. De hecho hay más de 300 varones, mientras que las niñas no llegan a un centenar. Y es que en esta radiografía hay que tener en cuenta el peso que representan los menores extranjeros no acompañados, que suponen casi la mitad y que tienen un perfil bastante claro: varón, próximo a la mayoría de edad y de origen marroquí.

Precisamente el descenso en las llegadas de menores inmigrantes es uno de los principales motivos de la reducción que se observa este año en el número de menores en centros de protección. Con los datos del mes de noviembre en la mano, mientras que de 2006 a 2007 se pasó de los 428 a los 443, este año en el mismo mes había sólo 394, lo que supone un descenso del 11%.

La jefa del Servicio de Protección de Menores, Alicia Núñez, interpreta este dato, además, como una prueba de que el sistema de atención a la infancia está funcionando bien. "Existen muchos recursos preventivos, como los equipos de tratamiento familiar, que trabajan cuando se detecta un riesgo, para evitar que el menor se encuentre en desamparo y sea necesario separarlo de su familia", explica Núñez, que también resalta la función que cumplen las medidas de acogimiento familiar, con las que se pretende evitar el paso del niño por el centro, facilitándole su estancia con una familia de manera temporal mientras se decide una solución a su situación.

Es el caso del acogimiento simple o permanente. No es una adopción, porque la tutela sigue estando en manos de Igualdad y Bienestar Social. La familia tiene la guarda del menor, pero está supervisada por la Junta, que la apoya técnica, psicológica e incluso económicamente, cuando existe necesidad. En la provincia 13 familias están dispuestas a acoger a un niño en estos términos, ya sea de manera temporal o no. Además, a este recurso se suman ahora también los acogimientos de urgencia, que funcionan en Granada desde el mes de abril. En todos los casos el objetivo es el mismo: que los niños puedan cambiar el centro de protección por una casa, donde encontrarán el cariño, el cuidado y el calor de una familia.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Cruz Roja busca familias coruñesas para que acojan a 23 menores

 

Los niños están bajo medidas de protección por problemas familiares.

REDACCIÓN. A CORUÑA. Veintitrés menores esperan ser acogidos en una familia de la provincia de A Coruña, según los datos facilitados por Cruz Roja, que desarrolla el proyecto Acogimiento Familiar desde 1995 en colaboración con Vicepresidencia. Los niños y adolescentes que esperan ser acogidos están bajo medidas de protección jurídica o administrativa por algún problema en su hogar, abandono o maltrato familiar. La entidad benéfica busca personas que les den cuidados, afecto y apoyo temporal mientras no se solucionan los problemas que tienen en las familias de origen.
En la actualidad en la provincia de A Coruña cincuenta familias acogen a 71 niños y adolescentes que forman parte del proyecto Acogimiento Familiar, pero hay veintitrés menores que esperan un hogar temporal.
Existen cuatro programas de acogimiento: atención de día, en el que el menor vuelve a casa de su familia biológica cada tarde; convivencia plena, hasta que la situación de la familia del menor se aclare; fines de semana y vacaciones; de urgencia, se desarrolla mientras se valora la situación de la familia. Su duración no se prolonga más de seis meses.
Cruz Roja insiste en que no importa el nivel económico de las personas que deseen acoger a los niños. "Lo que se valora es la aportación positiva que puedan hacer a los menores", destaca la ONG.

Unos 400 menores buscan una familia granadina que los acoja

 
La asociación de apoyo a la infancia Aldaima denuncia la carencia de hogares que quieran atender, sobre todo, a varios hermanos o a niños con necesidades especiales
12.12.08 -
MAR VALLEJO| GRANADA
 
En sus diez años de vida, trescientos menores de toda la provincia han podido conseguir un hogar cuando el suyo no podía calificarse como tal, gracias a Aldaima. La Asociación Andaluza de Apoyo a la Infancia, entidad colaboradora de la Junta de Andalucía que se encarga de regular la acogida de niños en Granada, celebra ahora su décimo aniversario con datos muy optimistas, que han evolucionado favorablemente desde el momento de su creación. En 1998 un menor fue acogido por una familia granadina, por lo que número de niños acogidos se ha multiplicado por 30 en los últimos diez años.
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Según datos de la delegación de Igualdad y Bienestar Social, existen en la provincia 400 niños que aún buscan un hogar, y que lo están esperando en los centros de menores granadinos. Y como explica Concha Cuéllar, presidenta de Aldaima, «en estos momentos, en la bolsa de familias acogedoras solamente hay 36 solicitudes, y se necesitan muchas más para atender los diferentes perfiles de los menores». Y es que, la mayoría de los demandantes buscan un niño pequeño y que esté sano, pero también «hay que hacerse cargo de grupos de hermanos, que apenas son acogidos, y de niños con necesidades especiales, bien porque presenten algún tipo de discapacidad, o porque ya son más mayores», asegura Cuéllar.
Una carestía que ayer se puso de manifiesto en el emotivo acto celebrado para conmemorar el décimo aniversario de Aldaima. Instituciones, trabajadores, colaboradores y familias que han contactado con esta entidad estuvieron presentes y alabaron la excelente labor de esta asociación. La encargada de abrir el acto fue la directora general de Infancia y Familias de la Junta de Andalucía, Carmen Belinchón, quien puso de manifiesto «que la mejor medida que puede llevarse a cargo en el sistema de protección del menor es que éste crezca en un entorno familiar», por lo que agradeció a Aldaima por ello y a todos los hogares que hacen que esto sea posible.
 
Formas de acoger
Entre las modalidades de acogimiento, el que se realiza en familia extensa, es decir, cuando un pariente de los padres del niño se hace cargo de él, tiene preferencia respecto al acogimiento en familia ajena. En la provincia, es la más demandada, actualmente doscientos menores conviven ya con sus tíos, abuelos o primos. Como cuenta Cuéllar, «desde septiembre de 2007, Aldaima viene desarrollando un programa de seguimiento, formación y apoyo a la familia extensa acogedora, y en estos primeros nueve meses de andadura se ha puesto en evidencia la fuerte demanda que existía de un programa de estas características, por el elevado número de familias acogedoras que han pedido nuestro apoyo».
El último programa que Aldaima acaba de incorporar es el llamado 'Acogimiento Simple en Familia Acogedora de Urgencia', puesto en marcha el pasado mes de abril y «para el que se necesitan muchas personas que deseen hacerse cargo de un menor en un momento puntual», dice Cuéllar. Esta modalidad se ocupa de los niños cuando es necesario actuar de forma inmediata y urgente, ofreciéndoles la posibilidad de estar arropados por un ambiente familiar aunque el tiempo de estancia en la familia sea corto.
Desde su andadura, siete menores de la provincia se han beneficiado de este programa, que se diferencia de los demás por no tener una duración superior a seis meses y porque los padres de acogida reciben una remuneración.
 
Cómo acoger
Desde Aldaima, se incide en que los diferentes Programas de acogimiento familiar tratan de facilitar la mejor alternativa a los menores en aquellos casos en que es necesario separarlos de su entorno familiar porque no están siendo bien atendidos por sus progenitores.
Aldaima proporciona asesoramiento, preparación y apoyo a cualquier familia o persona mayor de edad que desee acoger a un niño, o ya lo esté haciendo. Según Cuéllar, «la mayor publicidad es el 'boca a boca', pero también se elaboran campañas de sensibilización en colaboración con la Consejería de Igualdad y Bienestar Social».
Por otro lado, hasta el 17 de diciembre, el hotel Abades Nevada Palace acogerá una exposición con fotografías de niños con sus familias de acogida de toda Andalucía.
En la web http://aldaima.blogspot.com se puede encontrar toda la información sobre esta asociación, así como las diferentes modalidades de acogida. Aquellos que estén interesados, pueden ponerse en contacto con Aldaima a través del teléfono 958 25 52 03, y en el correo electrónico aldaima@terra.es.
 
FICHA
Exposición: Fotografías de niños en familias de acogida
Lugar: Hotel Abades Nevada Palace
Dirección:
Horario: Ininterrumpido
Duración: Del 10 al 17 de diciembre

Rojas busca familias que acojan a niños en desamparo para vaciar los centros

 
La Consejería de Bienestar Social del Gobierno canario firmará un convenio con Cruz Roja para bajar las cifras de los menores en desamparo que viven en los centros (1.167), priorizando el acogimiento en la familia externa, para evitar el desarraigo del niño y fomentando su integración en otros hogares.
 
10/dic/08 07:28

DORY MERINO, Tenerife

La Consejería de Bienestar Social del Gobierno canario quiere vaciar los centros de acogida de menores en desamparo del Archipiélago, donde viven en la actualidad 1.167 niños, con el fin de lograr que la mayoría crezca en un hogar, a ser posible de su familia extensa (abuelos o tíos) o en otras familias.

Por este motivo, la máxima responsable de la Consejería, Inés Rojas, firmará en los próximos días un convenio con Cruz Roja para potenciar el acogimiento en familia ajena y profesionalizada y llevar a cabo un programa de captación de acogentes, información y preparación, previo a la determinación de la idoneidad (prevaloración) y posterior seguimiento e intervención con los menores que ahora viven en un régimen residencial.

Del total de 2.442 menores en desamparo que tutela en acogimiento el Gobierno canario, 1.275 están en acogimiento familiar y los 1.167 restantes viven en centros, según datos del Ejecutivo canario.

Así, más de la mitad de los menores en protección de Canarias están con una familia, porque, el Gobierno potencia, mediante programas de atención a la infancia, que los niños y niñas en desamparo eviten los centros residenciales y pasen a vivir con una familia.

La directora de Protección al Menor y la Familia del Gobierno de Canarias, Carmen Steinert Cruz, participó el pasado sábado en el encuentro de familias acogentes, organizado por la Fundación O'Belén, en la Finca Las Lagunetas (Tenerife), que reunió a un centenar de personas.

Con O'Belén se desarrolla un programa de seguimiento e intervención dirigido a menores en acogimiento familiar no profesionalizado, acogentes y padres de los menores con los que la entidad pública ha formalizado o instado judicialmente la constitución de acogimiento familiar, en sus modalidades simples o permanentes. Sólo en el primer semestre de 2008 se han derivado 307 casos.

Tal y como precisó Steinert, "desde el Gobierno canario se fomenta el acogimiento familiar en sus diferentes opciones: con familia extensa, familia ajena o profesional como la mejor alternativa al ingreso en una residencia".

La Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias potencia el acogimiento familiar de los menores que por diferentes motivos, sociales o económicos, no pueden ser atendidos por sus familias biológicas y son tutelados por el Gobierno canario a través de diferentes programas y actuaciones en colaboración con entidades.

Otro tipo de medida, en el ámbito de la protección, es el llamado acogimiento familiar de hecho, que es el de aquellos chicos que conviven, con algún familiar, en el ámbito de la familia extensa, porque así lo han establecido sus padres. Se trata de niños y niñas que provienen de familias multiproblemáticas en las que se establecen relaciones muy conflictivas.

Otros de los proyectos en el ámbito de acogimiento son los que desarrollan Ansite y Tamayada con familias de Canarias y que llevan a cabo programas de intervención con niños en acogimiento familiar. Estos programas se orientan a la normalización personal, social, educativa y familiar mediante un trabajo terapéutico con toda la unidad familiar.

El perfil de las familias atendidas es de niños de 12 a 14 años con familias biológicas con problemas de toxicomanías o trastornos psiquiátricos. En cuanto a la familia acogente, se trata principalmente de abuelos o tíos de los pequeños.

La mayoría de los pequeños a los que se les aplica una medida de protección, han sufrido alguna negligencia por parte de su familia biológica, como el abandono físico, maltrato o abuso sexual.

Las familias canarias han adoptado a más de 400 niños en la última década

 
 
9/dic/08 07:19
EUROPA PRESS, Tenerife

A lo largo de la última década han sido adoptados en Canarias 431 niños, la mayoría de ellos en Gran Canaria y Tenerife. Del total de adopciones, 200 se produjeron en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 231 en Las Palmas.

La Consejería de Bienestar Social, Juventud y Vivienda informa de que entre 1998 y 2008 fueron adoptados por procedimiento de adopción nacional 431 menores, una media de 43 niños al año. Estos datos se desprenden de la respuesta parlamentaria del mencionado departamento autonómico a la diputada socialista Olivia Cedrés.

En la provincia de Las Palmas fueron adoptados 231 menores, 176 en Gran Canaria, 22 en Fuerteventura y 33 en Lanzarote. Al tiempo que en Santa Cruz de Tenerife se dieron en adopción 200 niños, 174 de ellos en Tenerife, dos en La Gomera, 23 en La Palma y uno en El Hierro.

Las adopciones han decrecido desde 1998, año en que 38 menores encontraron un hogar, hasta situarse en la actualidad en 13 adopciones nacionales. En 2001 se produjo un "pico", ya que fueron adoptados 61 niños.

La fiebre por adoptar remite: cae a la mitad el número de cántabros que pide la idoneidad

 
Este año, hasta octubre, sólo 51 personas habían pasado este trámite ante Servicios Sociales, frente a los 123 de todo 2007
VIOLETA SANTIAGO | SANTANDER
 
En 2008, ha caído en picado el número de cántabros interesados en adoptar: mientras en 2006 se registraron en la región 189 peticiones de idoneidad y en 2007 la cifra de aspirantes fue de 123, este ejercicio sólo se han recibido 51 solicitudes. Este trámite -que hay que realizar obligatoriamente (la valoración psicológica y social de la persona o personas que optan a tener un hijo no biológico)- lo han pasado la mitad de ciudadanos que el año anterior, a sólo dos meses de que acabe el ejercicio.
La referencia de solicitudes de idoneidad es la que usa María Luisa Real, directora general de Servicios Sociales, para medir cómo evoluciona la decisión de adoptar, ya que cualquiera que quiera dar este paso debe conseguir el visto bueno de su departamento, encargado de decidir la capacidad de los aspirantes. De media, en un año, el Gobierno desestima entre el 2 y el 5% de las peticiones que les llegan «y siempre es por cuestiones muy obvias», afirma Real.
Ni la responsable de Servicios Sociales del Gobierno, ni las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (Ecais) consultadas (Adecop e Interadop) ni las asociaciones del sector (Afamundi y Andeni) atribuyen a la crisis económica esta repentina apatía, si bien en todos los organismos consultados son conscientes de que tendencia ha variado. Lo atribuyen, básicamente, a que está habiendo grandes cambios en los países en que era más fácil adoptar y, quienes tenían la idea, «están a la expectativa».
También la directora de Servicios Sociales se apunta esta tesis. A sus ojos, las numerosas modificaciones legislativas que han introducido en los principales países donde se adoptaba, que son China, Rusia, con muchísima diferencia sobre los demás, en los cuatro últimos años. En 2006, se dispararon las adopciones en Etiopía, ya que el tiempo de espera se reducía a unos 14 meses, frente al doble de plazo que se daba para volver con un hijo de los otros dos países citados.
 
Curva ascendente
La información que maneja el Gobierno cántabro indica que, de 2001 a 2006, la curva de peticiones de idoneidad no dejó de ascender. En 2006 se llegó al máximo: 189 cántabros pasaron el trámite. Las Ecais coinciden en que ese año fue el de más actividad. Andeni, una asociación que centra sus gestiones en exclusiva en China, tramitó ese ejercicio 47 adopciones, mientras que en 2008 ha tenido (hasta octubre) 20 solicitudes.
Los datos oficiales dicen, además, que la adopción sigue estando centrada en el extranjero. La información de 2007 lo subraya con claridad, ya que por sólo 61 adopciones nacionales se pidieron 124 (el doble) fuera de España. Y, efectivamente, se formalizaron sólo 12 adopciones nacionales frente a 70 de carácter internacional. Con cifras diferentes, la distancia entre las adopciones que se afrontaron en años anteriores fueron parecidas, aunque hubo ejercicios (como 2005 y 2006) en que los adoptantes estuvieron todavía más inclinados a la adopción fuera de las fronteras nacionales: en 2005, por sólo 11 operaciones de este tipo se realizaron 86 en el extranjero, por ejemplo.
Ecais y asociaciones atribuyen el hecho a una cuestión cultural, por un lado («no se tiene costumbre, o no se piensa, o da más reparo»). Por otro, influye el hecho de que los adoptantes casi siempre quieren un bebé o una criatura de la más corta edad posible. Y eso queda «más garantizado» cuando se acude al circuito internacional.
 
60 acogimientos
En la actualidad, en Cantabria son efectivos 60 acogimientos preadoptivos, el paso previo a la formalización, por vía judicial, del proceso. Tras el acogimiento, se pide el asentimiento y queda concluido el trámite oficial.
 
 

lunes, 8 de diciembre de 2008

Cuando las adopciones fallan

 
07/12/2008
Texto de Beatriz San Román
Ilustraciones de Gallardo
 
La adopción es un puente que une la necesidad que un niño tiene de una familia y el deseo de unos adultos de ser padres. La inmensa mayoría de las adopciones funciona y, gracias a ellas, más de cinco mil menores encuentran cada año en España la posibilidad de recuperar algo que nunca debieron perder: el calor y el amor de una familia en la que crecer. Sin embargo, para un número de niños difícil de cuantificar la fórmula no funciona.

"Todavía no he podido perdonármelo", relata entre sollozos una mujer a la que llamaremos Marta que, pasados los cuarenta, decidió ser madre a través de la adopción. Tras tres largos años de trámites e incertidumbre, conoció finalmente a su hija un frío invierno en Kiev. "Los primeros meses todo parecía marchar bien, pero luego empezó a mostrarse cada vez más desafiante, me empujaba si intentaba acercarme y estallaba en una pataleta terrible a la menor contrariedad. Fuera de casa era una niña dócil y encantadora. Ni mi familia ni mis amigos podían entrever el infierno en el que vivíamos las dos."
Marta pensó que la situación iría mejorando, que el roce hace el cariño, que todo lo que necesitaban era tiempo. No fue así. Los años fueron pasando y, al empezar el instituto, el conflicto estalló en toda su magnitud. "Estaba totalmente fuera de control, mentía constantemente, me quitaba dinero del monedero, salía hasta las tantas y nunca sabía dónde estaba." Todavía hoy no puede evitar las lágrimas al contar su historia. Le corroe pensar que tal vez las cosas hubieran sido distintas si hubiera pedido ayuda desde el principio, si no hubiera hecho aquello, o si hubiera hecho lo otro. "Estuvimos unos meses consultando con una psicóloga, pero ya no había nada que hacer. Nunca me aceptó como madre." Con la voz entrecortada por el llanto añade: "… y creo que yo tampoco llegué nunca a sentirla mi hija".

Los niños no se devuelven 

En el habla coloquial y en los medios de comunicación, se habla con frecuencia de los niños devueltos de la adopción, una expresión que resulta totalmente inapropiada. Un hijo –ya sea biológico o adoptado– no es un objeto de consumo que uno adquiera y pueda retornar en caso de no sentirse satisfecho. En la legislación española, la adopción es irreversible y establece vínculos legales idénticos a la filiación biológica. Una vez finalizados los trámites, los adoptados son tan hijos de sus nuevos padres como si los hubieran engendrado. "El abandono de un hijo adoptado es igual al de un hijo biológico. Si tú abandonas a tu hijo en la calle, estás cometiendo un delito castigado por el Código Penal con una pena de prisión que puede ir de 18 meses a tres años. Si acudes al servicio de protección de menores porque no te puedes hacer cargo de él, el Estado puede asumir su tutela, pero sigue siendo tu hijo", explica la jurista Salomé Adroher.
Sea porque se sienten incapaces de protegerlos o controlar su comportamiento, porque padecen una enfermedad mental, por problemas de drogas o por las circunstancias que fueren, el recorrido que siguen las familias que acuden a la administración buscando que esta se haga cargo de sus hijos es el mismo para todos. La primera opción de los servicios sociales es tratar de reconducir la situación para que el menor pueda seguir viviendo en el hogar familiar. Cuando no es posible, asumen la guarda del niño y se encargan de buscarle de inmediato un hogar sustituto, que puede ser una familia de acogida o un centro de menores.
Que sea la administración la que tutela al niño no significa que este deje de ser hijo de sus progenitores o sus padres adoptivos. Las comunidades autónomas consultadas refieren que es práctica habitual obligar a las familias a pagar la manutención de sus hijos. Salvo que una sentencia judicial les retire la patria potestad (como ocurre cuando se entrega al menor en adopción a una nueva familia), esos niños seguirán siendo hijos de sus padres toda la vida y conservarán todos sus derechos como tales, incluidos los sucesorios.
Cuando el fracaso de la adopción es irreversible, la administración emprende la difícil tarea de buscar un hogar permanente. Los técnicos son conscientes de que no siempre es prudente intentar que lo adopte una nueva familia. Saben que la vida en un centro, por bien gestionado que esté, no es comparable a la vida familiar, pero también que el riesgo de una segunda adopción es alto, ya que el niño o el adolescente suele llegar muy dañado. La vida le ha enseñado que los adultos no somos de fiar, y ha aprendido a desconfiar de los que se supone que le van a cuidar. Suele ser necesario un trabajo previo de reparación psicológica y, aun así, se necesitan unos adoptantes capaces de comprometerse incondicionalmente y ayudar al niño a recuperar la confianza en la vida. Las acogidas residenciales o los pisos tutelados son a veces lo mejor que se les puede ofrecer.

¿Cuántos son?
El número de niños adoptados que pasan cada año a estar tutelados por la administración es un misterio insondable. Algunos expertos estiman que son en torno a 80; otros creen que se trata de varios centenares. La ley marca que la adopción produce vínculos idénticos a la filiación biológica, por lo que las administraciones no tienen estadísticas oficiales que discriminen entre hijos biológicos y adoptados.
El primer estudio sobre el tema se llevó a cabo en el 2003 en la Comunidad de Madrid y arrojaba la cifra de un 1,5% de fracasos, entendiendo como tales aquellos en los que el menor dejaba de convivir con la familia y la administración se encargaba de buscarle un nuevo hogar. Aplicando este porcentaje a las adopciones internacionales realizadas en los últimos cinco años (23.035), estaríamos hablando de 346 niños. Sin embargo, como reconoce la propia directora del estudio, Ana Berástegui, los datos no son fiel reflejo de la realidad. "Estoy convencida de que, al igual que en la violencia doméstica, sólo vemos la punta del iceberg. Muchas veces las familias no recurren a la administración, pero se buscan otros recursos de ruptura, como instituciones o internados." Estudios más recientes sitúan los fracasos adoptivos en torno al 10%. En cualquier caso, estos porcentajes están muy por encima de los de las familias biológicas que pierden o renuncian a la patria potestad de sus hijos. A falta de estadísticas estatales, tomaremos como referencia Cataluña, donde los niños tutelados por el Estado que no conviven con sus familias son cinco de cada 10.000 (el 0,05%).
Por otro lado, dado que la ruptura de la convivencia no siempre se produce al poco tiempo, adopciones que hoy figuran como exitosas pueden pasar a engrosar el porcentaje de fracasos en los próximos años. Según fuentes de los servicios sociales, la aparición de los fracasos describe una curva en forma de U. Una parte importante se produce a los pocos días del primer encuentro, pero otra proporción, que podría ser equivalente, se evidencia tras varios años del niño en la familia, cuando este llega a la preadolescencia. "Estamos viendo casos en los que los adolescentes y sus familias viven en una situación de conflicto permanente, al borde del abismo", apunta un técnico de la administración.

¿Qué falla?
Se dice que los adoptados son los hijos más deseados. "Nadie se queda burocráticamente embarazado por una noche loca", se puede leer en un foro de internet. Las familias que culminan una adopción han recorrido un camino de tesón y paciencia antes de ser padres. En la mayoría de los casos, la adopción funciona, pero ¿qué es lo que falla cuando no es así? ¿En qué punto se tuerce el sueño de convertirse en padres y de encontrar una familia para transformarse en pesadilla?
Cuando se pregunta a los expertos, el primer factor de riesgo que suelen citar es la falta de expectativas realistas por parte de los adoptantes. No es suficiente con querer dar amor, repiten, hay que entender que adoptar supone asumir un pasado incierto y sus consecuencias. Detrás de cada adopción, hay siempre un niño que ha sido golpeado por la vida, un pequeño que perdió sus padres y sus referentes cuando más los necesitaba. La experiencia del abandono o la vida en un orfanato son vivencias que impactan negativamente en el desarrollo natural de cualquier niño y dificultan su capacidad para relacionarse de un modo positivo. La adopción supone para ellos una nueva oportunidad. Les devuelve algo que nunca debieron perder, el amor y el calor de una familia atenta a sus necesidades, el entorno óptimo para recuperarse y desarrollar todo su potencial. "Adoptar –recalca la psicóloga Rosa Mora– supone aceptar y comprometerse con un niño que ha tenido un pasado difícil, y asumir todas las consecuencias. Reparar los daños del pasado requiere capacidades que no todas las familias tienen. Además, socialmente deberíamos comprometernos y poner en marcha recursos necesarios que actualmente no existen o son escasos." Pr lo general, cuando la familia adoptiva no consigue funcionar como tal y se llega a la conclusión de que es necesaria la separación, son muchos los factores que se han conjugado. "Suele ser un cóctel molotov donde se combinan unas expectativas muy poco realistas por parte de los adoptantes y las dificultades en la historia previa del niño que afectan a su capacidad de crear vínculos. Se producen rupturas en menores sin excesivos problemas (en estos casos, el peso del fracaso en la vinculación está en las expectativas y la idea de la adopción de los padres), pero también es cierto que algunos niños están tan extremadamente dañados que sólo familias muy preparadas y comprometidas pueden afrontar con éxito su adopción", resume Ana Berástegui. La negación de los orígenes es también otro factor de riesgo que suma y sigue: "Los niños necesitan sentir que también eran queridos y valiosos antes de la adopción. Cuando los adoptantes se colocan en la posición de a-ti-no-te-querían-y-yo-soy-el-único-que-puede-salvarte, la relación está abocada al fracaso".

Prevención y reparación
Cuando pensamos en la adopción como un modo válido de fundar o ampliar una familia –que sin duda lo es–, olvidamos a veces que, ante todo y por encima de todo, se trata de una medida de protección de la infancia. La adopción ha demostrado ser una herramienta eficaz para restituir a los menores declarados en desamparo su derecho a vivir en una familia. Cuando una adopción no logra su objetivo, es un fracaso de todos: de los adoptantes en primer lugar, pero también del sistema de protección de la infancia, de los profesionales que han intervenido y de la sociedad que le ha fallado al niño y no ha sabido protegerle ni evitarle esa carga añadida de sufrimiento. La responsabilidad, en cualquier caso, es siempre de los adultos. 
Psicólogos y trabajadores de los departamentos responsables del tema en distintas comunidades autónomas coinciden en señalar que la inmensa mayoría de las adopciones funciona, pero también en su preocupación por los casos en que no es así. Tienen la sensación de que es un fenómeno que crece de forma preocupante y sobre el que es necesario realizar un trabajo serio de prevención y reparación. Sotto voce muchos de ellos dicen que el sistema está fallando en el modo en que se tramitan las solicitudes de adopción. "Se olvida que esto va de buscar una familia para un niño, y no un niño para una familia. Se declara la idoneidad para adoptar con mucha ligereza. Apenas se deniega un 5% de las solicitudes y, cuando se hace, las familias recurren judicialmente y muchas veces ganan. Piensan que una familia imperfecta es mejor que un orfanato en el tercer mundo, pero la disyuntiva real es entre una familia adecuada que está a la espera de que le asignen un niño y otra que no lo es."
Tres de los niños adoptados en Barcelona que este año fueron reabandonados y pasaron a la custodia de la administración habían sido insertados en familias que recurrieron judicialmente la denegación de la idoneidad para adoptar. Es un dato que preocupa a las administraciones y a las asociaciones de familias adoptivas. "No es suficiente con desear ser padres, ya es hora de decir en voz alta que no todo el mundo vale para adoptar. Las familias adoptivas llevan a cabo una función terapéutica para la que necesitan preparación y apoyo antes, durante y después de la adopción. En otros países, se rechazan (o se autoexcluyen después de la formación obligatoria) alrededor de un 25% de los candidatos", explica Kike Eguzkiza, de la asociación Ume Alaia. 
Para Iolanda Galli, autora del libro El fracaso en la adopción, la prevención es esencial, pero también lo es ofrecer a estos niños una respuesta adecuada. Les fallamos una vez y no podemos permitirnos hacerlo de nuevo. En la misma línea se pronuncia Javier Múgica, tras tres décadas trabajando en el área del acogimiento y la adopción: "A veces, que la relación fracase nada más empezar es una bendición porque daña menos al niño. Para estos niños, el abandono es malo, pero peores son la inoperancia y el desconocimiento."


El caso del pequeño Angel

Los cuatro primeros años de la vida de Ángel transcurrieron como los de muchos otros niños de Wollo, la región etíope que le vio nacer. Aprendió a andar y a jugar en la ciudad de Dessie, y allí hubiera crecido si no hubiera sido porque la aparición de un personaje siniestro, que cobraba por encontrar niños

Dos meses después, el pequeño se encontraría con su nueva familia: papá, mamá y sus dos nuevos hermanitos mayores. La ilusión con que habían iniciado la aventura de la adopción se fue diluyendo poco a poco en una situación cada vez más agobiante para todos. La llegada de Ángel supuso un auténtico cataclismo en la vida de esta familia, en la que los profesionales encargados de evaluarla habían encontrado unos candidatos idóneos para la adopción. Nada fue como esperaban. Ángel les pareció un niño

¿Y Ángel? Hemos de suponer que no fue fácil para él. De pronto, todo su mundo había desaparecido, y se encontraba en un lugar extraño, donde nadie entendía sus palabras, donde todo funcionaba muy rápido y con normas distintas. No entendía por qué estaba allí ni cuándo iba a volver a casa. ¿O acaso no iba a volver nunca? A ratos, disfrutaba de aquello, de los juegos, de la atención de unos adultos que se esforzaban en hacerle sentir querido y atendido, aunque se empeñaran en llamarle por un nombre raro. Pero también había momentos en que se sentía completamente perdido, en que no entendía lo que estaba pasando ni por qué sus nuevos papás le miraban tan serios o le reprendían. Incapaz de darles otra vía de escape, su frustración y su malestar se abrían paso con un comportamiento explosivo. Los gritos y las reprimendas aumentaban su sensación de soledad y reavivaban los escasos recuerdos de su lugar natal, ese pequeño mundo que había perdido y en el que tenía claro quién estaba de su lado. "Era un niño asustado, al que se le estaba exigiendo demasiado", resume un técnico que intervino en el caso. 

Tres meses después de su llegada a España, Ángel estaba viviendo en un centro de menores. Los técnicos de la administración habían tenido que tirar la toalla y reconocer que la separación era necesaria. Había demasiadas heridas abiertas en todos: en los padres, en los otros dos niños y en el pequeño Ángel.

El brillante sueño de una vida mejor que habían prometido a su madre biológica se había truncado. Ella no lo sabe, y a buen seguro trata a veces de imaginar a su hijo creciendo feliz en el primer mundo. Pero Ángel no ha conseguido de momento esa vida feliz sino un calvario de experiencias dolorosas a las que todavía no puede poner nombre. Diez meses después de su llegada a España, Ángel sigue viviendo en un centro. Algún día quizás comprenda por qué las dos madres que ha tenido no se ocuparon de él. Algún día quizás encuentre una familia que le ayude a sanar sus heridas invisibles y que sea, esta vez sí, su familia para siempre. De momento, sólo entiende que no te puedes fiar de nadie y que está solo en el mundo.

adoptables para un orfanato de la capital, cambió su vida. Él fue quien convenció a la madre de Ángel de que su futuro estaba en Europa. Allí podría acceder a una educación y una vida mejores. difícil, inquieto, irascible y desafiante. Les costaba entender cómo, después de todo lo que habían pasado para llegar hasta él, el pequeño se negaba a quererlos y a integrarse en la familia. Quince días después de su llegada, acudieron a los servicios de Bienestar Social buscando una solución.

 

Un total 154 menores adoptados por familias valencianas el primer semestre del año

 
EFE
 
Valencia.-  Un total de 154 niños y niñas han sido adoptados por familias valencianas durante el primer semestre de este año, de los cuales 52 corresponden a adopción nacional y 102 a adopción internacional, aunque han disminuido a la tercera parte las adopciones constituidas en China.

En un comunicado, la directora general de la Familia, Carolina Martínez, ha advertido de que hay que tener cautela con la elección de los países, y ha reiterado la importancia de informarse sobre la situación de la adopción en los países antes de comenzar las tramitaciones

De las 154 adopciones constituidas, 93 corresponden a la provincia de Valencia (28 de adopción nacional y 65 internacional), 47 a la provincia de Alicante (19 nacional y 28 internacional) y 14 a la provincia de Castellón (5 nacional y 9 internacional).

Tres de cada diez adopciones internacionales constituidas, son de menores procedentes de China, es decir, de las 102 adopciones de menores extranjeros constituidas, 34 han correspondido a menores procedentes de China, lo que supone el 33,3% de las adopciones internacionales constituidas.

Según ha destacado la directora general de la Familia, estos datos demuestran un "descenso considerable" de tramitaciones respecto al mismo periodo del año anterior en el que se constituyeron 95 adopciones de menores procedentes de China, que suponía el 62,5% del total de ese periodo.

Este descenso, a juicio de Carolina Martínez, responde al incremento del tiempo de tramitación que ha producido la gran cantidad de expedientes que ha recibido China en los últimos años.

Tras China, Rusia con 34 adopciones, Etiopía con 25, Ucrania con 16 y Colombia con 9, son los siguientes países en la constitución de adopciones.

La directora general de la Familia ha advertido que las familias que optan por la adopción internacional deben dirigirse hacia países donde perciban, una mayor transparencia y agilidad en la tramitación de adopciones, y ha instado a que las decisiones a la hora de seleccionar un país "sean maduradas, y no fruto de un comportamiento social de imitación".

Carolina Martínez ha asegurado que para la Generalitat, lo fundamental es que las adopciones que se constituyan, "reúnan las necesarias garantías que revierten a favor del niño y de la familia, y no en conseguir más adopciones a cualquier precio".

Por otro lado, la directora general ha explicado que la conselleria de Bienestar Social, como entidad pública responsable, participa en todo el proceso, desde el inicio de la tramitación, resolver la idoneidad y supervisar que el procedimiento se siga adecuadamente, tanto por parte de la ECAI, como por el país.

Al respecto ha precisado que únicamente son válidos los procedimientos de adopción que se tramitan desde las administraciones.

Nuevo Futuro recibe 800.000 euros para los niños en acogida

 
03.12.08 - J.M. | ALMERÍA
 
La entidad colaboradora en acogimiento residencial de menores 'Nuevo Futuro', tiene suscritos cinco Convenios de Colaboración con la Delegación Provincial para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, al amparo de los cuales se gestionan cinco centros donde actualmente veinticinco menores reciben una atención residencial básica.
Cuatro de los centros citados se ubican en la capital, se trata de las viviendas denominadas 'Juan de la Encina', 'Torres Naharro', 'Santa Isabel' y 'Mediterráneo'. Otro centro 'Casa Huércal', se encuentra en la localidad de Huércal de Almería.
Durante 2007 percibió un total de 797.906,08 euros para llevar a cabo el acogimiento residencial de acuerdo con los convenios citados. Además, a final del mismo año, la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social abonó a la citada asociación la cantidad de 2.880 euros con destino a sufragar los gastos derivados de los regalos de Reyes Magos para los menores acogidos en los centros que la misma gestiona.
En el año, el importe recibido por Nuevo Futuro desde enero hasta octubre, destinado a la atención residencial de los menores ha sido de 525.352,44 euros, estando previsto para final de año que la liquidación supere los 850.000 euros.
Nuevamente, como en otros años, para garantizar un regalo de los Reyes Magos, se va a pagar 120 euros por cada niño.

Localizados en Portugal los cuatro menores secuestrados por su madre en Olivenza

 
03.12.08 - 18:42 - EFE | HOY.es
 
Los cuatro niños raptados por su madre el pasado 7 de octubre del Centro de Menores Ana Bolaños, de Olivenza, han sido localizados por la policía portuguesa en Setúbal, desde donde regresarán para ser de nuevo acogidos en el centro de la localidad pacense.
Así lo ha confirmado hoy en un comunicado la Junta de Extremadura, en el que asegura que los niños ya se encuentran bajo su tutela y que regresarán a Olivenza una vez cumplimentados los trámites pertinentes con el Servicio de Protección de Menores de Portugal.
El Gobierno extremeño ha agradecido en la nota la "estrecha colaboración y coordinación" mostrada para la recuperación de los niños por la Fiscalía de Menores de Badajoz, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Policía lusa y el Servicio de Protección de Menores de Portugal.
Agentes españoles y portugueses han colaborado desde el primer momento para tratar de localizar a la madre y sus cuatro hijos, ya que los indicios apuntaban que podría haberse marchado a Portugal.
Hace unos dos años, la Junta de Extremadura retiró la custodia a la mujer, de nacionalidad portuguesa y afincada en Badajoz, de sus tres hijos 11, 9 y 6 años y una hija de 8 años.
Sobre el joven huido a mediados de noviembre de un piso tutelado de Castuera, indica que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aún continúan su búsqueda.

Decretan el desamparo del bebé intoxicado con cocaína

 
Pedro Jiménez
 

La Junta decretó el desamparo provisional de la niña de once meses de edad que ingresó el pasado domingo en un hospital de Málaga con una intoxicación por haber ingerido cocaína. Los padres de la pequeña pasaron ayer a disposición judicial para declarar ante el magistrado que se ha hecho cargo del caso. El bebé evoluciona favorablemente y pasó a planta, abandonando el área de observación de urgencias.

Los padres de la pequeña se encontraban ayer en dependencias judiciales a la espera de testificar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga. Fuentes judiciales no precisaron si llegaron a declarar, aunque apuntaron que el juez estaba a la espera de recibir unos informes y se prevé que hoy adopte una decisión sobre la situación de ambos.

Los progenitores, de 23 y 22 años de edad, fueron detenidos por la Policía Local de Málaga después de llevar a la niña a Urgencias con problemas respiratorios, agitación y lloro continuo. Allí los médicos detectaron la presencia de cocaína en la orina después de hacerle los primeros análisis.

Los agentes decomisaron al padre en el momento del arresto "un trocito de sustancia marrón que llevaba en un bolsillo del pantalón, al parecer hachís". Esta persona tiene antecedentes policiales, con tres detenciones anteriores por lesiones, robo y poner en peligro la seguridad del tráfico.

La delegación de Bienestar Social del Gobierno regional en Málaga decretó el desamparo, una medida de protección al bebé mientras continúa la investigación policial. La delegada, Amparo Bilbao, explicó que, "una vez que se valore la situación de la familia biológica", se decidirá si se queda con ellos o pasa a un centro de protección de menores.

lunes, 1 de diciembre de 2008

La falta de recursos obligó a la madre de Piedad a dejarla en un centro

http://www.laprovincia.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008112900_4_192714__LasPalmasGC-falta-recursos-obligo-madre-Piedad-dejarla-centro

M. REYES - LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Las dificultades económicas de la madre de Piedad -nombre ficticio- han motivado el regreso de la niña a un centro de menores. La medida la ha adoptado el Gobierno de Canarias a petición de la propia progenitora, que recuperó la potestad de su hija por sentencia judicial en 2007, después de que la pequeña viviera con una familia de Tenerife durante más de dos años en régimen de acogida.

Se trata de una situación provisional, que viene regulada por el Código Civil para afrontar situaciones en las que los padres no pueden cuidar de sus hijos "por circunstancias graves". De ahí que la madre haya solicitado a la Dirección General del Menor la guarda de la pequeña.

Además, el centro infantil se encargará de la acogida residencial de la niña durante "el tiempo necesario", estos es, hasta que la administración competente encuentre una solución al asunto, circunstancia en la que ya trabajan los servicios sociales de la Comunidad Autónoma. En cualquier caso, la madre de Piedad continúa siendo la responsable de su hija mientras permanezca en situación de guarda voluntaria en el centro de menores.

EVOLUCIÓN FAVORABLE. El portavoz de la Fiscalía, Guillermo García Panasco, negó ayer que la medida judicial tomada para reintegrar a Piedad con su madre biológica haya fracasado, tal como afirmó el pasado jueves la asociación Prodeni (Pro Derechos del Niño y la Niña). "Todo lo contrario, la evolución de la niña es buena y el pronóstico favorable", añadió García Panasco.

El portavoz también aclaró que no se ha producido ninguna intervención por parte de la Fiscalía de Menores, entre otros motivos porque no se ha producido ninguna situación de desamparo. "Lo que ha ocurrido es una incidencia puntual que se va a resolver en el ámbito administrativo", puntualizó Panasco.

La solución a ese inconveniente pasa por encontrar un lugar adecuado y digno en el que madre e hija puedan vivir, pues el regreso de la pequeña a un centro está relacionado con un problema de convivencia en la casa que ambas compartían. Otras fuentes aseguraron ayer que la relación de la madre con la niña es "excelente".

La cara oscura de la adopción

 
RTVE..es MADRID 30.11.2008Aunque parezca mentira, siete de cada 100 niños adoptados de más de seis años acaban siendo abandonados de nuevo. El lado oscuro de la adopción ha sido investigada por el equipo de Reporteros de TVE.

Después de ocho años conviviendo con su familia adoptiva, una familia la devolvió a su hija adoptiva a la casa de acogida de donde la recogieron. ¿Las razones? según los expertos, la inadaptación entre la nueva familia y la hija adoptiva no siempre es fácil. Para Mayte Celerio, coordinadora de Arela Apoyo a la Infancia, en ocasiones no se genera el cariño necesario para la relación. Los primeros años y la adolescencia son los momentos críticos.

El problema es mutuo, pero aseguran que los niños regresan a las casas de acogida con la sensación de haber hecho algo mal.

Para evitarlo, cada vez se toman más medidas, como programas de formación para padres que quieren adoptar, según indica Ana Berasategui, socióloga y autora del libro 'Adopciones truncadas'. "Cada vez hay niños con más retos, por lo que se buscan familias capaces de afrontar esos retos", afirma Berasategui.

Aunque la incidencia de este problema es escasa, el número es preocupante en España, el segundo país en adopciones del mundo, después de Estados Unidos.

Familias que abren su casa a los niños de otros

 
La Diputación busca hogares para menores abocados a vivir en centros de la Administración. Los padres de acogida relatan su experiencia
30.11.08 - ESTIBALIZ SANTAMARÍA | BILBAO
 
El calor de un hogar no tiene sucedáneos. Los centros de acogida pueden solventar necesidades de alojamiento, alimento y seguridad, pero sus abrazos no abrigan, sus regañinas no duelen y sus consejos no calan. Los pequeños crecen sin referencias, acostumbrados a que sus figuras 'maternas' cambien por turnos de 8 horas. En ocasiones, estas residencias son la única opción para los menores que deben ser separados de sus familias, pero muchos están preparados para adaptarse a una vida en un entorno más cálido, ya sea de forma permanente o temporal, en aquellos casos en que su familia biológica vuelva a ser capaz de cuidarles. Esta semana, la Diputación ha lanzado una nueva campaña en busca de familias dispuestas a abrir su hogar a pequeños, sobre todo bebés, que necesitan con urgencia unos brazos que les acunen. Al menos, hasta que los de sus padres vuelvan a ser lo suficientemente firmes. Tampoco olvidan a los que han dado los primeros pasos de su vida en centros forales y, con escasas opciones de regresar con su familia, reclaman el cariño que les corresponde. Hoy más 60 pequeños crecen con 50 familias de acogida en Vizcaya. Hogares de guardia que «en un acto de extraordinaria generosidad, brindan su casa y su entorno familiar temporalmente», alaba el diputado de Acción Social, Juan María Aburto. Tres de esas familias han repasado para EL CORREO todas las etapas del camino que han recorrido con sus hijos de acogida de la mano.
MARISA Y ANTÓN
La evaluación de los padres
«En la evaluación, te sientes desnudo»
Marisa y Antón tienen dos hijas biológicas de 16 y 13 años, pero en 2003 decidieron incorporarse al programa de acogimiento y en pocos meses tuvieron una más a la mesa: una niña de 8 años que necesitaba un acogimiento permanente. «Cuando las niñas fueron mayores flirteamos con la idea de acoger un niño. Un día oímos en la radio que hacían falta familias y consideramos que nuestra situación era idónea para ello», relatan. «Nos animamos a venir y en la primera charla, nos enganchamos». Fue el primer paso de un largo proceso de evaluación al que el equipo de acogimiento familiar somete a cada familia que ofrece su hogar a algún pequeño. «El proceso de evaluación fue lo peor, parecían los servicios secretos», bromean. «Con una trabajadora social y una psicóloga rellenamos test sobre educación y nos hicieron un montón de preguntas sobre la familia, la relación de pareja, que siempre son complicadas. Terminamos contándolo todo. Te sientes desnudo, pero ellos tienen que comprobar que puedes ofrecer un hogar adecuado. Eso sí, salimos de las entrevistas con la impresión de que si nos daban la idoneidad a nosotros se la darían a cualquiera».
Iniciaron el proceso sin contárselo prácticamente a nadie. «Hasta que no ves que la cosa está hecha no tienes ganas de aguantar comentarios ni consejos». Tampoco llegaron dispuestos a cualquier tipo de acogimiento. «Desde luego no pedíamos una niña rubia monísima, pero pusimos ciertos límites. Por ejemplo, nuestra casa no nos permitía tener un niño con dificultades físicas graves». Sus requisitos coincidieron de pleno con las necesidades de una niña que debía olvidar urgentemente su centro de acogida, así que en una semana Marisa y Antón conocieron a su hija pequeña. Las primeras semanas fueron como la seda, «luego empezó a ser ella misma y son niños acostumbrados a que les cuiden por turnos, sin una persona de referencia. Así se vuelven unos artistas de la manipulación para que les hagan caso. Acomodarse a tener la referencia de aita y ama ha sido muy saludable para ella, pero también ha resultado muy difícil». La pequeña tenía mucho más equipaje emocional del que llevó en sus maletas «y estos niños te llevan al límite como para comprobar que realmente no les echas. Todos tuvimos que apechugar y nuestras hijas mayores le han tratado como a una hermana, con las mismas escenas de celos y peleas que hubo entre las mayores». La satisfacción de Marisa y Antón es «ver que ya es una niña del montón y va a aceptando el lugar que ocupa. Ahora estamos asustados con la llegada de la adolescencia».
ADELINA
La convivencia
«Dicen 'mamá' cien veces»
Adelina cuida desde hace dos años a una niña que está apunto de cumplir diez. No es fácil encontrar familias de acogida para niños a partir de 7 años, porque a la vida le ha dado tiempo a golpearles mucho más. Pero Adelina siempre deseó criar una hija y ha logrado un fuerte lazo de afecto con la niña, que ha dado un giro a la conducta de la pequeña. «Hace años no se podía adoptar siendo soltera y cuando se me planteó la opción de la acogida, lo tuve claro». Recuerda que «la selección fue muy dura. Respondes a un montón de preguntas, no sabes si te van a volver a llamar...». Ella se ofreció para cualquier tipo de acogimiento, «aunque prefería uno permanente como el que tengo». Pese a no tener que sufrir el dolor de la despedida, en el fondo a Adelina le duele que la situación de la familia de la pequeña haga casi imposible su regreso al hogar biológico. «No es que quiera que se vaya; sé positivamente que caería enferma si se marchara. Es que para mí es triste que no pueda volver con su madre. La niña podría venir a mi casa cuando le diera la gana, pero como una madre no hay nada».
Cuando la pequeña llegó a casa de Adelina todo cambió. «La llegada fue terrible. Llegó un huracán. Me las montó pardas desde el principio», recuerda. Cuesta discernir quién ha aprendido más si la pequeña o su madre de acogida. «Tengo toda una carrera sobre cómo manejar la situación, porque el día a día te desborda. Desde la mañana es una pelea». A su juicio, el truco es «estar encima de ellos constantemente y ceder un poco para llegar a un intermedio. Vienen sin ningún límite y tú tienes que ir poniéndoselos poco a poco». Es un «desgaste» continuo, así que hay cosas que Adelina no perdona. «Su hora de dormir son las nueve de la noche y eso sí que no se lo paso de ninguna manera. Nos lavamos las manos, la meto en la cama, le leo un cuento y de nueve y media a diez y cuarto es el rato que yo tengo para respirar, leer un libro... El resto estoy encima de ella, porque por sí misma no haría nada».
Confiesa que «está resultando mucho más duro de lo que me imaginaba», pero recomienda la experiencia «porque es muy gratificante. Das mucho, pero recibes muchísimo más. Te dan equilibrio y te das cuenta de que la vida no es sólo la que tu has vivido. Hay otra que muy pocos conocen». Para ella es impagable «ver cómo un niño evoluciona contigo. Van al parque y te llaman mamá cien veces como si el resto no tuviera familia».
SONIA Y GABRIEL
Las despedidas
«Crees no haber hecho lo suficiente»
Sonia y Gabriel tienen un hijo biológico de 22 años y ofrecieron por primera vez su hogar a la Diputación en el año 2001. Desde entonces han realizado tres acogimientos de urgencia de bebés que, temporalmente, no podían vivir con sus padres biológicos. Ellos han tenido que afrontar la despedida de los pequeños, algo implícito en este modelo de acogida, pero que supone el trago más amargo para los padres temporales. Sonia y Gabriel han visto volver con su familia biológica a dos de los bebés y el otro encontró un hogar adoptivo. Todo un éxito para la vida futura de los pequeños que ellos ayudaron a cimentar.
Sonia conoció el programa de acogida por un familiar y enseguida comenzó un proceso de evaluación «muy bonito y muy raro. Te mueve muchas cosas por dentro y descubrí aspectos de mi marido que no había visto en 16 años de matrimonio. Te rompe los esquemas mentales cuando ves que otros consiguen un niño antes que tú, que formas parte de un matrimonio supuestamente feliz». No pasó demasiado tiempo hasta que el primer bebé, de apenas tres meses, llegó a casa de Sonia y Gabriel. «El segundo día ya era uno más de casa». Desde entonces en su piso hay una habitación de quita y pon. «Es como un despacho con armarios, libros y un ordenador. Cuando me llaman porque viene un niño, va todo fuera, lo llevamos a la sala, bajamos la cuna del camarote y en unas horas se convierte en una habitación para el crío. Cambiamos libros y ordenador por peluches y cuna». En la familia hubo las reacciones típicas: «Los jóvenes encantados y los abuelos más reticentes, pero cuando mi madre vio la niña en la cuna dijo: 'mira que yo no quería quererte y te voy a tener que querer'». El primer bebé se marchó de casa a los 7 meses, al igual que los otros dos. Ninguno paso más de un año «y entonces, lloras, nada más. Desde el principio sabes que se tiene que marchar y se lo vas diciendo a tu corazón, pero siempre te parece que no has hecho lo suficiente por él, que le podías haber achuchado más». Estos padres temporales aprenden a gestionar su dolor. Sonia y Gabriel cambiaron la cocina tras la marcha de uno de los bebés, compraron coche en otra despedida. «Necesitamos cambios». Hacen borrón y cuenta nueva. «Me quedo con recuerdos. De la primera un faldón, del segundo un bañador, porque le gustaba mucho el agua, y de la tercera un sombrero de paja y una ropita de verano. Lo demás lo tiro todo y me riñen porque cuando viene el siguiente tengo que volver a comprar de todo».
Un año después de la última despedida «estamos preparados para acoger al cuarto. Tenerlos en casa el tiempo que estén es una satisfacción. Entra vida en casa, alegría, llega la primavera con ellos».

La niña 'Piedad' vuelve a un centro de menores de Gran Canaria, un año y medio después de volver con su familia

 
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

   La conocida como niña 'Piedad' ha vuelto un año y medio después a un centro de menores de la isla de Gran Canaria, después de que las autoridades canarias devolviesen a la menor a su familia biológica y tras una dura polémica suscitada ya que la madre de acogida se negase a devolverla, según ha informado en un comunicado la asociación Prodeni.

   La ONG recuerda en un comunicada que la menor "fue retirada a su madre biológica a los siete meses de nacer; estuvo sucesivamente en dos centros de menores hasta los tres años; luego fue dada en acogimiento preadoptivo en La Orotava (Tenerife), residiendo con su nueva familia casi tres años, hasta que, por orden judicial tras una demanda de la madre biológica, el 10 de mayo de 2007 la separan de esta familia ingresándola en un centro de menores del Cabildo de Tenerife".

   Más tarde la devuelven a la madre biológica, con la que permanece alrededor de un año, hasta que a finales del pasado mes de octubre vuelve a caer en un centro de menores, el cuarto en su corta existencia, "evidenciándose el fracaso de la medida", según comunica Prodeni.    

   El denominado caso 'Piedad' --nombre falso para preservar la intimidad de la menor-- mereció un notable interés informativo entre 2006 y 2007, tiemp en que duró la 'pugna legal'. Para Prodeni, la acción de la Justicia estuvo "fuertemente inclinada a favor de los intereses y derechos de la parte biológica y en contra de los intereses y derechos de la niña, que nunca fue escuchada, desestimándose asimismo informes técnicos y profesionales --incluso de Protección de Menores-- contrarios al desarraigo de la menor del lugar donde había encontrado estabilidad y felicidad.

   La ONG explica que "si bien, en un principio, el Gobierno de Canarias tuvo clara la defensa de 'Piedad' y se posicionó ante el estamento judicial en defensa de los intereses y necesidades de la niña, finalmente cambió de actitud, llegando, incluso, a denunciar a los acogedores preadoptivos, acusándolos de obstrucción a la justicia, motivo por el cual se están enfrentando éstos a sucesivas multas y juicios, con una condena recaída por desobediencia y pendientes de un nuevo juicio señalado para el mes de febrero de 2009".

   Prodeni denuncia que "entre el 10 de mayo de 2007 y su vuelta a un centro de acogida a finales del mes pasado, el trayecto de esta niña está sembrado de silencios y absoluta opacidad, hasta el punto que el propio juzgado de familia nº 5 de Las Palmas, careció de informes sobre la evolución de 'Piedad' en el centro de menores hasta que fue entregada a la madre biológica, tal como acreditó la propia jueza, primero en una providencia de enero de 2008, en el que reiteraba demanda al Gobierno de Canarias de los informes no recibidos de la menor entre junio y octubre de 2007, y luego, en su resolución de ejecución de la disposición de entrega de la niña, en Febrero de 2008, basándose únicamente en una información telefónica desde La Dirección General del Menor de que la niña estaba bien".

UN ESCÁNDALO

   Para la asociación,  la vuelta de 'Piedad' a un centro de acogida es un "auténtico escándalo" que indignará a una opinión pública que había estado fuertemente posicionada a favor de la estancia de la niña en La Orotava, en contra del proceder de una acción de la justicia, de un ministerio fiscal y de protección de menores que la han arrojado a "los pies de los caballos".

Piedad ha vuelto a un centro de menores

 
jueves, 27 de noviembre de 2008
La Palmas de Gran Canaria/ Según un comunicado emitido por Prodeni, la niña Piedad ha vuelto a un centro de menores del cabildo de Gran Canaria desde hace un mes. La niña sufre transtornos físicos y de carácter. Éste sería el cuarto centro por el que ha pasado la pequeña en su corta vida.

PIEDAD, fue retirada a su madre biológica a los siete meses de nacer; estuvo sucesivamente en dos centros de menores hasta los tres años; luego fue dada en acogimiento preadoptivo en La Orotava, residiendo feliz en su nueva familia casi tres años, hasta que, por orden judicial, a demanda de la madre biológica, el 10 de mayo de 2007 la separan de esta familia ingresándola en un centro de menores del cabildo de Santa Cruz de Tenerife; la privan de todo contacto y comunicación con su mundo afectivo y meses después la entregan a la madre biológica, con la que permanece alrededor de un año, hasta que a finales del pasado mes de octubre vuelve a caer en un centro de menores, el cuarto en su corta existencia, evidenciándose el fracaso de la medida.

El caso PIEDAD mereció un notable interés informativo a caballo entre 2006 y 2007, en que duró la pugna legal, con una acción de la Justicia fuertemente inclinada a favor de los intereses y derechos de la parte biológica y en contra de los intereses y derechos de la niña, que nunca fue escuchada, desestimándose asimismo informes técnicos y profesionales (incluso de Protección de Menores) contrarios al desarraigo de la menor del lugar donde había encontrado estabilidad y felicidad.

Si bien, en un principio, el Gobierno Canario tuvo clara la defensa de PIEDAD y se posicionó ante el estamento judicial en defensa de los intereses y necesidades de la niña, finalmente cambió de actitud, llegando, incluso, a denunciar a los acogedores preadoptivos, acusándolos de obstrucción a la justicia, motivo por el cual se están enfrentando éstos a sucesivas multas y juicios, con una condena recaída por desobediencia y pendientes de un nuevo juicio señalado para el mes de febrero de 2009.

Entre el 10 de Mayo de 2007 y su vuelta a un centro de acogida a finales del mes pasado, el trayecto de esta niña está sembrado de silencios y absoluta opacidad, hasta el punto de que el propio juzgado de familia nº 5 de Las Palmas, careció de informes sobre la evolución de PIEDAD en el centro de menores hasta que fue entregada a la madre biológica, tal como acreditó la propia jueza, primero en una providencia de Enero de 2008, en el que reiteraba demanda al Gobierno Canario de los informes no recibidos de la menor entre junio y octubre de 2007, y luego, en su resolución de ejecución de la disposición de entrega de la niña, en Febrero de 2008, basándose únicamente en una información telefónica desde La Dirección General del Menor de que la niña estaba bien.

Según Prodeni, no cabe duda de que la noticia de la vuelta de PIEDAD a un centro de acogida es un auténtico escándalo que indignará a una opinión pública que había estado fuertemente posicionada a favor de la estancia de la niña en La Orotava, en contra del proceder de una acción de la justicia, de un ministerio fiscal y de protección de menores que la han arrojado a "los pies de los caballos". Y no nos vengan ahora diciendo que esta nueva coyuntura no estaba prevista en el guión porque el futuro de la niña quedó fatalmente escrito a partir del 10 de mayo de 2007, en que fue condenada por un sistema impropiamente llamada de Protección de Menores que ejerció eficazmente de verdugo de otro llamado impropiamente de Justicia, tal como así lo entienden los miles y miles de ciudadanos que no entienden que estas cosas puedan ocurrir en una sociedad avanzada del siglo XXI.

Y es que el caso PIEDAD, en Canarias, como lo fuera el de DIEGO, el niño de El Royo, en Salamanca, es una muestra de ineficacia demostrada de las instituciones, que en vez de velar por los derechos e intereses de los niños, son, por el contrario, la causa de su desgracia.

En ese sentido el largo peregrinaje de PIEDAD por este camino de despropósitos administrativos y judiciales tiene que acabar cuanto antes porque tiene derecho a su felicidad, la que un día obtuvo en La Orotava, a donde ahora debería volver. Su regreso a La Orotava es el único buen fin que deberíamos conseguir a esta pobre niña, mientras seguimos peleando hasta conseguir una justicia afín a la protección, de verdad, y a la defensa, de verdad, de los derechos y necesidades de los niños y niñas.

Que nadie, desde las instituciones (generalmente "de tapadillo" y sin dar la cara) venga ahora queriendo "dulcificar" este monumental fracaso de regreso de PIEDAD con su madre biológica, diciendo que estas cosas son imprevisibles o acudiendo al fácil recurso de la fatalidad o la mala suerte. Si PIEDAD está en un centro de menores no es por circunstancias inesperadas sobrevenidas, puesto que era una situación que sabíamos se iba a producir más tarde o más temprano, y, eso que por parte de la Administración Canaria, se puso todo el empeño en ayudar a esa madre, con los resultados que todos ahora podemos comprobar.

Aragón ha registrado en el primer semestre del año 62 adopciones entre nacionales e internacionales

 
viernes, 28/11/2008
Servicios Sociales y Familia
Imagen decorativa de separacion de informacion
El Departamento de Servicios Sociales y Familia incrementa sus esfuerzos en el proceso de postadopción con la puesta en marcha de un programa
 

El Departamento de Servicios Sociales y Familia quiere incrementar sus esfuerzos en el proceso de postadopción con la puesta en marcha de un programa con el que apoyar a las familias en esa fase, de cara a ayudarles en los problemas que puedan surgir en ese momento. Así lo ha señalado hoy la consejera de Servicios Sociales y Familia, Ana Fernández, en la inauguración de las II Jornadas aragonesas sobre postadopción, organizadas por la Asociación de Familias Adoptantes de Aragón (AFADA) con el apoyo del Gobierno de Aragón, y que se van a centrar en la educación y la integración.

 

Entre los objetivos de la fase postadoptiva se encuentran la prevención de las dificultades que pueden surgir en el proceso evolutivo de la adopción, el facilitar la transición del menor a una nueva familia y a una nueva cultura, la ayuda a las familias adoptantes a hacer frente a las situaciones especiales que puede presentar el menor en el momento de incorporarse a la familia adoptiva o a lo largo de su  proceso evolutivo, el refuerzo de la seguridad y capacidad educativa de los padres adoptivos, dotar a los padres de habilidades y destrezas para hacer frente a los especiales retos que van a plantear sus hijos adoptados, ayudar al niño a conservar, valorar y entender su propia historia o crear o afianzar el vínculo afectivo entre padres e hijo a través de la expresión de sentimientos, manejo de emociones y creación de ritos familiares, entre otros.

 

Por todo ello, desde el Departamento de Servicios Sociales se han puesto en marcha una serie de recursos para apoyar a las familias después de haber realizado la adopción. Por un lado, está el programa que en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) denominan seguimiento del acogimiento y apoyo al acoplamiento. En todos los casos de adopción nacional e internacional hay previsto un periodo de acompañamiento de la familia adoptiva por parte de los técnicos de la Administración para facilitar el acoplamiento del menor a su nueva familia, para que ésta vaya resolviendo adecuadamente las situaciones que se le planteen. Por otro parte, se ofrece un servicio de consulta, orientación y asesoramiento a familias con hijos adoptados que necesiten apoyo puntual sobre situaciones familiares, así como un asesoramiento pediátrico.

 

Con el servicio de apoyo terapéutico a la adopción se busca atender situaciones de conflicto personal o intrafamiliar, por lo que está dirigido a familias adoptantes que requieren un apoyo durante el proceso adoptivo, especialmente, en las fases de adaptación y de la adolescencia, así como a menores adoptados que sufren acoplamientos difíciles en la fase inicial y dificultades o  crisis  en la etapa de la adolescencia o en cualquier otra edad.

 

El proceso adoptivo es, generalmente, largo y tiene unos plazos inciertos que provocan espacios de espera en los que los adoptantes se sienten desconectados, sobre todo, después de haber vivido momentos de relación muy intensa con los técnicos durante la fase de formación y la valoración. También sucede que, una vez cerrada la adopción y concluidos los procesos de seguimiento, finalizan los contactos con los técnicos de la Administración, lo que provoca que las familias no tengan la información suficiente sobre los procesos evolutivos de sus hijos adoptados. Desde estas perspectivas, el programa de postadopción de Aragón tiene previsto establecer una serie de acciones formativas permanentes para las familias. También se va a reforzar la mediación en la búsqueda de los orígenes por parte de las personas adoptadas. Todo ello, sin olvidar la colaboración permanente del IASS con las asociaciones de adoptantes, por el papel clave que juegan en la formación a lo largo del proceso postadoptivo.

 

Además, la realidad de los niños adoptados en las aulas plantea nuevos retos a un sistema escolar. Por ello, el Servicio de Protección a la Infancia del IASS ofrece una formación específica sobre temas de adopción y sus implicaciones en el aula y en la vida de los menores a aquellos colegios que deseen formar a su personal educativo en las necesidades especiales que presentan los menores adoptados. Asimismo, se quiere ofrecer la colaboración de un experto internacional en temas de salud para menores adoptados a aquellos estamentos o personas del ámbito sanitario  que lo necesiten.

 

Adopciones en Aragón

 

Durante los primeros seis meses de 2008, se han registrado en Aragón un total de 62 adopciones (11 nacionales y 51 internacionales). En el caso de las internacionales, 37 se han realizado en Zaragoza, 13 en Huesca y una en Teruel. En cuanto a la procedencia de los niños, 16 venían de China, 11 de Rusia, 7 de Nepal, y el resto de India, Ucrania, Colombia, El Salvador y Kazajstán.

 

Respecto al número de solicitudes, en el primer semestre de este año, se han recibido 201 (84 para adopción nacional y 117 para internacional). De los expedientes correspondientes a adopción internacional, 80 se han presentado en Zaragoza, 31 en Huesca y 6 en Teruel. De estas familias, 27 han solicitado la adopción en Rusia, 10 en China, 9 en Vietnam, 6 en Etiopía y otros seis en India. Once adoptantes han mostrado su preferencia por otros países y 48 no han elegido país.

«Al encontrar a mis padres biológicos logré una estabilidad que no tenía»

http://www.diariovasco.com/20081122/al-dia-sociedad/encontrar-padres-biologicos-logre-20081122.html

22.11.08 - CRISTINA TURRAU

Céline Giraud tiene 28 años y hace tres fundó la asociación 'La Voix des Adoptés' (La voz de los adoptados), un punto de encuentro para personas con esta experiencia. A los 16 días fue adoptada en Lima por una pareja francesa. Con 24 años, con el apoyo de sus padres adoptivos, viajó a Perú a conocer a sus padres biológicos. Descubrió así que había sido robada al nacer por una red de tráfico de niños. Lo ha contado en el libro JŽai été volée à mes parents (Fui robada a mis padres). Y hace unas semanas, en Donostia, invitada por Anichi.
- Su asociación ofrece apoyo a los jóvenes que quieren conocer a sus padres biológicos. ¿Es una búsqueda siempre necesaria?
- Apoyamos a quienes nos lo piden, a partir de los 18 años. Quien necesita hacerlo es porque ello le va a ayudar a construirse y seguir adelante. A veces estamos bloqueados por la necesidad de saber de dónde venimos y quién es esa mujer que nos dió la vida. En nosotros hay un hueco negro porque no conocemos el pasado.
- ¿Cómo se resuelve la cuestión del 'hueco negro'?
- Cada historia de adopción es única. En nuestra asociación hay quien no quiere saber nada de sus orígenes. Sólo se siente francés y quiere seguir así. También hay quien 'enloquece' por su país de origen y se va a vivir allí. Entre estos extremos hay distintos grados. No podemos generalizar.
- Esa oscuridad, ¿se aclara de una u otra manera?
- Hay adoptados que no tienen ningún dato. Quieren llenar el hueco negro y no lo logran. Tienen que aceptar que va a ser así. Nosotros les ayudamos a ello. A comprender que no es culpa de nadie, pero su expediente no tiene datos. Son niños de padres desconocidos que fueron encontrados en la calle y no hay forma de saber más. Nosotros les ayudamos a hacer su luto.
- ¿Hay países dónde es más fácil seguir la pista de un nacimiento?
- China se ha abierto a la adopción hace sólo 10 años. Los niños son pequeños y no han aparecido casos de jóvenes que quieren conocer a sus padres biológicos. Pero llegarán. Y en China no hay datos en los expedientes de adopción, por lo que será difícil encontrar respuestas. En Colombia, por ejemplo, es casi automático poner en el expediente el nombre de la mamá. Es muy importante tener aunque sea un nombre. Con ello se puede empezar.
- ¿Qué problemas específicos tiene un niño adoptado?
- Hay un problema de identidad. A nosotros no pueden decirnos quién nos dio la vida y por qué estamos en este mundo. Y es una pregunta fundamental. También hay que superar un abandono.
- ¿Cómo se logra?
- Nosotros no conocemos nuestra historia pero hay una cosa que sí sabemos y es que nos abandonaron. Es un paso previo a ser adoptado. Y es difícil. Nos hemos perdido la relación que el bebé tiene con su mamá, en su pecho, todo ese contacto. Es una herida. Y tarda tiempo en curar.
- Hay algo más...
- Los adoptados en el extranjero tenemos un añadido. Por nuestro físico sabemos que venimos de otra parte del mundo. Hay interés, curiosidad y miedo por ese país que nos abandonó. Tengo un hermano coreano que tiene miedo de volver a su país. Me dice que quisiera viajar a China, a Japón o a Vietnam, pero que no se siente con fuerzas para ir a Corea. Y hay bastantes casos así. A veces el interés crece con la edad. Hay mucha variedad de casos.
- Habla de su hermano...
- Hablo de mi hermano adoptivo. Nuestros padres nos adoptaron a los dos. A mí, de Perú. Y a él, de Corea. Ahora tengo otro hermano que está en Perú, además de hermanas y una familia completa allí.
- ¿Qué aprendió en la búsqueda de sus orígenes a los 23 años?
- Es un camino muy duro. Es fácil decir 'quiero encontrar a mi familia biológica'. Pero después está lo que puede aparecer. Mi historia es trágica. Pero hay otras también muy difíciles. Puede haber casos de violación o incesto. Historias muy difíciles de escuchar, de comprender y de asumir. Es un camino muy duro. Y siempre digo a quienes me consultan que tengan mucho cuidado. No para que dejen de buscar, sino para avisarles de que hay que prepararse. Uno puede estar muy mal después. La asociación ofrece talleres de acompañamiento y preparación para quien quiere buscar.
- Hay un lado positivo en la búsqueda....
- Yo encontré una estabilidad que no tenía antes. Ahora sé quien soy. Conozco mi historia. Sé de dónde vengo y por qué estoy en Francia y en este mundo. Y eso me dio unas ganas de seguir adelante que antes no tenía. Porque tenía muchas preguntas. Me bloqueaba y no podía avanzar. El proceso me unió más con mis padres adoptivos. Siempre les había querido. Pero después aún les quise más. Estaba muy orgullosa de ellos. Se comportaron como padres.
- A saber...
- Me apoyaron y me comprendieron. Me acompañaron en este camino. No se trata de una presencia física. Es un momento que a veces queremos vivir solos. Mi primer viaje a Perú decidí ir sola, aunque mi madre adoptiva quería acompañarme. Para mí era algo muy íntimo. Era algo que quería hacer sola porque era mi historia.
- Se atrevió...
- Sabía que si pasaba cualquier cosa mis padres estaban ahí para consolarme o escucharme. Eso quiero hacer comprender a los padres adoptivos. Que apoyen a sus hijos. No hace falta seguirles y preguntar a cada rato. Deben hacerles ver que le comprenden. Yo me preparé de modo intuitivo. Estudié el idioma y contacté con grupos latinoamericanos.
- Para referirse a su caso habla de tragedia.
- Sí. Que tuvo un final muy bonito. Mis padres adoptivos me lo dieron todo. Pero no puedo olvidar el dolor que sintió mi mamá al perder a su bebé. Yo soy madre. Y si me roban a mis hijos el dolor sería insuperable. Fue muy bonito cuando nos encontramos. La última vez que me vio tenía 3 días. Y me volvió a ver con 23 años. Ahora estamos en contacto.
- A veces hay que asumir que no te han querido...
- Sí. La herida del abandono se graba en nosotros. Un bebé no habla pero siente. Después comprendemos. Pensar que no nos han querido es como un tortazo en la cara. Por eso queremos saber. Pensamos: 'Si me abandonó tenía una buena razón. Una madre no abandona a su hijo por nada'. Por eso se busca.
- ¿Se supera?
- Hay quien encuentra a su madre y ella no desea el contacto. Esa madre ha asumido el abandono y su hija no está en su vida. Esto puede ocurrir. Hay que estar muy preparado y ser fuerte para poder superarlo.
- Y habrá que hacerlo...
- Si sabes que puede pasar, estás bien preparado y ocurre, podrás seguir adelante. Al menos has tenido una respuesta. Hay quien lo supera y quien no. Hay quien no lo acepta. Quieren saber y son tercos. Hay gente más madura y preparada que decide vivir su vida. Y lo logra.

Cruz Roja recaba familias para su programa de acogimiento temporal a niños

 
La asociación informó ayer en la calle de la iniciativa, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos del Niño
21.11.08 -
EL NORTE | PALENCIA
 
Voluntarios de Cruz Roja salieron ayer a la calle con motivo del Día Internacional de los Derechos del Niño para informar fundamentalmente del programa de acogimiento familiar que tiene la entidad. Voluntarios de Cruz Roja informaron a los palentinos en la Calle Mayor sobre este programa, dado que necesitan más personas o familias dispuestas a hacer un sitio en su hogar a estos niños.
El programa de acogida pretende reducir la estancia de los menores en los centros o pisos tutelados en los que viven y facilitarles su integración en un ambiente familiar que no tienen. Pero no se trata de adopciones, ya que las acogidas tienen un carácter siempre temporal. Su duración está determinada por las necesidades y la edad y los problemas del niño, si bien se puede prolongar hasta la mayoría de edad del menor.
El programa se desarrolla en la comunidad desde 1989 cuando se firmó un convenio con Cruz Roja de Castilla y León y en el primer año se registraron 22 acogimientos en toda la región.
En Palencia, se instauró dos años después y entre 1992 y el 2007 Cruz Roja tiene contabilizados 231 acogimientos, si bien hay algunos que se prolongan varios años y se contabilizan en cada ejercicio.
Las campañas de captación de familias de acogimiento pretenden sensibilizar sobre las necesidades de los niños.

Se necesitan urgentemente 15 hogares para acoger a niños que han quedado sin familia

 
UNAI ETXEBARRIA. 20.11.2008
  • Los pequeños están viviendo en centros de la Diputación de Vizcaya.
  • Los interesados recibirán apoyo económico y profesional.
  • "Mi niña acogida me da la vida", explica una madre.

Todos los niños necesitan una familia. Pero para ellos es urgente. La Diputación busca a familas vizcaínas que acojan a 15 niños menores de 3 años cuyos padres ya no les pueden cuidar. Estos pequeños están viviendo actualmente en centros de la Diputación, a la espera de un hogar.

La mayoría de estos 15 niños tiene tan solo unos meses de vida. La Diputación busca a hogares que les acojan durante un máximo de 6 meses. Después, o se formaliza un acogimiento permanente o el pequeño vuelve a la tutela de su familia biológica. El acogimiento de urgencia suele ser producto de que los padres biológicos han sufrido percances, tales como enfermedades, ingresos en prisión, problemas con las drogas...

La Diputación necesita ya mismo diez familias dispuestas a acoger a niños. Y de cara a los próximos 12 meses, requerirá 5 más. Pueden participar en este programa parejas con o sin hijos, o personas solas. Recibirán una ayuda social de 325 euros mensuales. También contarán con el apoyo de un equipo de psicólogos, educadores...

Las familias reciben ayuda económica y profesional


 

 

"Tenemos que evitar a toda costa que un niño se institucionalice en un centro", ha explicado este jueves el diputado de Acción Social, Juan Mari Aburto. Ha agradecido la "gran generosidad" de las familias que participan en estos programas.

No todos los acogimientos son de urgencia. Hay otras fórmulas destinadas a menores más mayores. En estos casos, el acogimiento puede durar dos años e incluso puede ser permanente.

Los interesados pueden llamar al 94 447 07 37 ó 94 447 69 62. También hay más información en la web de la Diputación de Vizcaya .

Begoña: "La niña me da la vida"

Begoña ha acogido a un total de cinco niños en diez años. Explica emocionada su experiencia: "Me tiré a la piscina, y además no había agua. Oí por la radio que buscaban familias de acogida, lo hablé con mi familia y mi hija, y nos decidimos".

"Hace diez años acogimos a una niña que se quedó permanentemente a vivir con nosotros. Hoy tiene 19 años. Los primeros días, no me lo podía creer. Siempre sonreía, era obediente, no paraba de trabajar. Yo sabía que los niños no son así. Un día salí al pasillo, y vi a ella y a mi hija biológica pegándose, agarrándose de los pelos y gritándose. Entonces supe que ya era una más de la casa".

"Hoy son como hermanas. Se quieren y se pelean, como todas. También he tenido acogidos a bebés durante unos meses. Fue corto, pero me dejó gran sabor de boca. Los niños que hemos acogido me dan todo. Su sonrisa, su afecto, la vida".



 
^

Powered by Blogger